Punto de partida: José Antonio García y Sex Pistols

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«Me hizo saltar y removió mi esqueleto, me hizo sentir una rabia que nunca antes había sentido»

 

Protagonista de nuestro Cuadernos Efe Eme 36 a través de las bandas que ha habitado a lo largo de su vida, José Antonio García se anima también a escoger el disco que lo cambió todo: el primer y único elepé de los Sex Pistols.

 

The Sex Pistols
Never mind the bollocks, here’s the Sex Pistols
SEX PISTOLS RECORDS, 1977

 

Texto: JOSÉ ANTONIO GARCÍA / EFE EME.

 

El corazón eternamente punk de José Antonio García, frontman de 091 entre otros muchos proyectos y, desde hace décadas, artista también en solitario, se revolvió el día que se topó con Never mind the bollocks, here’s the Sex Pistols, el único álbum que facturaron los extintos Sex Pistols. «Este disco hizo estallar todos los esquemas conocidos del rock, era algo totalmente nuevo, era diferente a lo que se había hecho hasta el momento, era la música que inconscientemente estaba buscando y por fin la había encontrado. Aquel disco me hizo sentir algo que hasta el momento era desconocido para mí. Creo que lo simple es lo más difícil. Me hizo saltar y removió mi esqueleto, me hizo sentir una rabia que nunca antes había sentido. Abrió las puertas a un mundo donde quería meterme y no sabía cómo hacerlo», confiesa, y rememora cuál fue la ruta hasta el disco y a través de él.

Aquella música le pegó un latigazo instantáneo. «Lo escuché en la radio, y dije: “¿Pero que pollah es esto?”. Flipé tanto que todo el dinero que pillaba lo guardaba para poder comprarme el disco», admite. Cuando reunió el montante suficiente, se lanzó a por él: «Lo compré en Callejas, era una tienda que estaba en una bocacalle de Plaza Nueva, vendía discos e instrumentos musicales. Los músicos no tenían dinero y los instrumentos eran caros, así que todos los músicos compraban los instrumentos allí, te ayudaban vendiéndotelos a plazos, firmabas unas letras y pagabas poco a poco, era la mejor tienda de Granada. Lo compré en vinilo y me costó 550 pesetas en el año 1980». Por aquel entonces, su hermano trabajaba en Alemania y le mandó un radiocasete donde escuchaba la música: «Tenía algunas cintas de los Beatles, el primer disco de Tequila, Matricula de honor, y algunas cintas más de Ramoncín y WC?, Rubettes, Sweet… cosas así. En concreto, el disco del que te hablo fue el tercero que compré en vinilo. Ya tenía Stupidity de Dr. Feelgood y el primero de Stray Cats».

En cuanto el vinilo empezó a girar en el tocadiscos, José Antonio se quedó atrapado por aquella colección. «Me impactó desde el comienzo del disco la primera canción, “Holidays in the sun”, cuando entra el sonido de botas desfilando y esos guitarrazos de Steve Jones. Me pareció algo muy ingenioso para empezar un disco, esos arreglos de guitarra son muy simples pero no era lo normal, las canciones no te dan respiro y cada una de ellas es un trallazo diferente. En la vida se había visto unas canciones de tres acordes con esa fuerza tan descomunal», reflexiona. Eran otro lenguaje y otra lengua: «No entendía muy bien lo que decían las letras pero, por lo poco que entendía en inglés, descubrí que Johnny Rotten estaba vomitando furia por su boca. Nunca había oído cantar a nadie de una forma tan chillona y agresiva, con ese lamento tan desgarrador, las melodías muy anárquicas y machaconas me fascinaban». Y aunque el disco entero le encanta, entre sus favoritas están “God sabe the Queen”, “Submission” y “Pretty vacant”.

La opera prima de los Sex Pistols, su único cancionero, es, en opinión de José Antonio, «uno de los mejores discos de rock and roll hecho jamás». Por eso vuelve a él de cuando en cuando: «Cada cierto tiempo tengo que escucharlo, me sirve para recargarme, es de esos discos que no me canso de escuchar. Descubro mucha música nueva e intento abrirme a muchos estilos, pero reconozco que escuchar discos de aquellos años conecta con lo más profundo de mí, me transporta, me recuerda por qué estoy metido en la música». Y, como no podía ser de otra manera, le dejó huella como artista: «Por supuesto. Marcó mis gustos musicales, mi forma de crear, de sentir, de vivir la música. Mi actitud es lo simple hecho grande, es mi biblia musical. Fíjate que uno de mis temas más conocidos, “A punto de estallar”, comienza con un sonido de botas chocando en el suelo. Continuamente se pueden encontrar giros, referencias más o menos evidentes de este disco en mis canciones y en mi forma de interpretar».

Los Sex Pistols fueron decisivos en su camino profesional, pero también en la ruta hacia otras bandas. «Empecé a buscar la palabra punk en todos lados. Así descubrí a los Ramones, buscando discos leí en uno el título de una canción “SHEENA IS A PUNK ROCKER” y directamente lo compré, sin saber el contenido. Después vinieron The Clash, Wire, Stranglers, 999, The Jam, Revillos, Stiff Little Fingers…». Coordenadas que ayudaron a conformar a un músico que continúa al frente de una de las bandas históricas del rock nacional, 091, y que ha formado otros muchos proyectos —TNT, Mezcal, Guerrero García, su carrera solista…— que aborda, en un minucioso recorrido, en la entrevista que le ha hecho Eduardo Tébar en el número 36 de Cuadernos Efe Eme.

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