Punto de Partida: Suso Giménez (Petit Mal) y Lou Reed

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«El momento apoteósico es cuando enlaza de forma sublime con “Sweet Jane”: un breve parón y entra el mítico riff de guitarra. Para mí, el más poderoso de la historia del rock»

 

Petit Mal andan saboreando las mieles de su nuevo disco, Como que nada ocurrió. Un trabajo de latido pop folk que consagra definitivamente a la banda valenciana, tras el anterior Páramo con el que ya habían conquistado a la escena. Sin embargo hoy, Suso Giménez, su líder y considerado uno de los mejores letristas del momento, viene a hablarnos de otro disco; ese que le cambió la vida.

 

Lou Reed
Rock n roll animal
RCA, 1974

 

Texto: SUSO GIMÉNEZ / EFE EME.

 

«Recuerdo que, una tarde, mi hermana mayor apareció con el vinilo de Rock n roll Animal, de Lou Reed. Tal vez, el mejor regalo que me han hecho. Yo tendría unos 14 o 15 años y recuerdo que la portada me pareció a la vez fascinante e inquietante. Cuando lo escuché, fue una revolución en mi cabeza», confiesa Suso Giménez, líder de Petit Mal, cuando le hacemos elegir el disco que cambió su vida.

La música, de alguna manera, siempre había estado presente en su vida: «Afortunadamente, en casa de mis padres había una buena colección gracias a mis hermanas. Recuerdo que ya estaban por allí el Transformer y algún recopilatorio de The Velvet Underground, que sonaban a menudo».

Sin embargo, este primer álbum en directo de Lou Reed fue el que le marcó definitivamente: «La intro instrumental me flipaba, pero el momento apoteósico es cuando enlaza de forma sublime con “Sweet Jane”: un breve parón y entra el mítico riff de guitarra. Para mí, el más poderoso de la historia del rock. Y cuando ya no se podía pedir más, se oían los aplausos anunciando que Lou Reed había salido al escenario. Y empezaba a cantar. La voz sonaba como desganada pero, ¿se podía molar más? Me encantaba todo el disco pero, otra de mis favoritas era “Rock ‘n’ roll”, el último corte del disco».

Piensa Suso que, en directo, este el mejor disco del tótem neoyorquino, «me hizo vibrar en incontables escuchas», pero, como disco, «Berlin me gusta más, aunque es otro rollo».

Reconoce que lo sigue escuchando, aunque «esporádicamente. Ahora me emocionan más las guitarras acústicas». Pero, sin duda siempre será un disco especial para él: «Una de las cosas que más me fascinó y valoré a posteriori, después de haber escuchado toda su discografía, es que Lou Reed transformaba sus propias canciones. Algunos de los temas en directo tienen muy poco que ver con la versión que fue grabada en estudio, pero eran igualmente ricos y brillantes, incluso más».

Rock n roll Animal, además, le abrió las puertas a otros mundos: «Me hice con todos los discos de The Velvet Underground y de Lou Reed. No voy a decirte que todos los discos de Lou Reed sean igual de maravillosos, pero yo los escuchaba con devoción y siempre sacaba algo bueno de ellos. No he vuelto a ser tan fan de nadie. Pero, como comentaba antes, diría que lo que más admiraba de él era la capacidad que tenía de versionarse a sí mismo, llegando a hacer un mismo tema dos o más veces tan diferente como genial: “She’s my best friend”, con la Velvet, y luego en Conney Island Baby, por ejemplo. O incluso cambiándoles casi toda la letra y el título, como “Stephanie says” y “Caroline says II”».

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