Pep Laguarda: Haciendo amigos

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«La historia no ha sido justa conmigo en el sentido de que muchos de mis méritos nunca han salido a la luz»

Más de tres décadas después de su grabación, en 1979, se publica por primera vez “Plexison impermeable”, el segundo elepé del músico valenciano Pep Laguarda, responsable del legendario “Brossa d’ahir” y pilar fundamental de un pop con sonido mediterráneo reivindicado por las nuevas generaciones.

 

 

Texto: EDUARDO GUILLOT.
Foto: LIBERTO PEIRÓ.
 

 

En 1977 publicó “Brossa d’ahir” y entró en la leyenda, pero su segundo elepé nunca llegó a editarse. Pep Laguarda se convertía así en uno de los grandes malditos de la música pop valenciana, tras hacer historia con un álbum mágico que supuso el principio y el fin de su carrera discográfica. Hasta ahora, que “Plexison impermeable”, el disco perdido, ve por fin la luz, treinta y tres años después de su grabación, en 1979.

¿Por qué se ha editado el disco ahora?
De repente, se han dado las circunstancias. Recuperé el master en los ochenta y entonces iba sacarlo CBS/Sony. Después quise que se hiciera cargo Mario Pacheco [Nuevos Medios], a quien le gustaba mucho. Confirmó el acuerdo, pero falleció. Al final, ha sido Discmedi, que ya hizo la reedición de “Brossa d’ahir”.

¿Por qué no se editó antes?
He estado haciendo otras cosas, como trabajar en RTVV. No era el momento. También tuve problemas técnicos. El master estaba en minidisc y no pudimos extraerlo… Y yo pasaba bastante del tema, me daba lo mismo sacarlo que no, porque no pensaba actuar.

Te has convertido en un músico de culto. ¿Lo achacas a tu retiro voluntario?
Bueno, estuve actuando hasta 1989. La fama que tengo de músico de culto me la han atribuido los demás, no es algo que haya potenciado yo. El disco de vinilo valía casi cuatrocientos euros y eso despertaba curiosidad por más cosas.

¿Por qué no grabaste nada durante esos diez años en que seguiste tocando?
No podría explicarlo. En Valencia no había discográficas. Pero si hubiera querido grabar, podría haberlo hecho, porque he tenido ofertas. No lo sé. Canciones tenía de sobra, eso sí. Que no saliera “Plexison impermeable” me frenó mucho, como te puedes imaginar.

Es diferente a “Brossa d’ahir”. Incluso tiene tres temas en inglés.
Como joven de la época, me hacía gracia cantar en inglés. Toda la música que había mamado en los sesenta era en inglés. Sabía que eso comportaba una dificultad para que se editara. Y así fue.

¿Fue una de las razones?
No de manera oficial, pero creo que sí. El sello Edigsa quería algo más pop y en catalán, que se pudiera escuchar en la radio. Pero había canciones en inglés y no les hizo gracia. Cuando fueron al estudio ya estaban grabadas. Luego hubo un cambio de directivos en el sello y se cancelaron los proyectos previos. Ese es el motivo oficial.

¿Qué fue del master?
Edigsa desapareció y su catálogo se lo quedó PDI, que ni siquiera sabía lo que tenía. Hasta me presenté allí con un detective privado a ver si encontraba algo. Utilizaban los masters de los discos para pagar las deudas contraídas. El único acreedor suyo en Valencia era Paco Muñoz, así que le dije que pidiera el master de “Plexison impermeable” y que yo le pagaría la deuda a cambio de la cinta. Así lo recuperé.

De Tapineria, el grupo que te acompañó en “Brossa d’ahir”, pasas a grabar con The Reisons. ¿Por qué?
“Plexison impermeable” era un disco pop. Cuando íbamos a grabarlo, le dije a los músicos de Tapineria que debían cambiar de instrumentos. Que quien tocaba la flauta debía pasarse al saxo, y añadir un bajista y un guitarrista. Pero no lo hicieron.

Y Tapineria ha seguido por su cuenta.
Vamos a ver. Un personaje robó el nombre de Tapineria y como no lo habíamos registrado, lo registró a su nombre, hasta tal punto que algún miembro del grupo original se ha quejado y han tenido que pasar a llamarse Tapiners.

¿El personaje que citas es el músico conocido como Garri?
Es Manolo Garrido. Y Joan Marí fue quien le dijo que no utilizara el nombre. Ese personaje ha hecho mucho daño. En internet se ha publicado que las canciones eran del grupo, y no mías. Ha dicho de todo. Son temas que yo llevaba cantando en la montaña quince años antes de que se formara Tapineria, todos los conocían. Nunca pensé que Tapineria se apropiaría de ellos. Les costó un año aprendérselos. Y están registrados a mi nombre.

Pero prevalece la otra versión.
Ya ha aparecido en alguna publicación. Se ha dicho que yo no hice nada, que pasaba por allí y quiero atribuirme lo que no es mío. Y un colega tuyo llegó a decírmelo a la cara, que las canciones no eran mías. Todo salía del mismo sitio, de envidias. Yo soy muy creativo, mientras que él no lo es, y tiene mucha envidia.

¿Ha sido justa contigo la historia de la música valenciana?
¿Pero hay historia de la música valenciana? En Cataluña nunca me han excluido, siempre me han prestado atención. Aquí es diferente.

En el resto de España todo el mundo conoce la trilogía mediterránea de Julio Bustamante, Remigi Palmero y Pep Lagurarda.
No ha sido justa en el sentido de que muchos de mis méritos nunca han salido a la luz, pero bueno… Por ejemplo, [Julio] Bustamante y Remigi Palmero cantaron en valenciano porque yo lo hice primero. Que nadie se lleve a engaño. “Brossa d’ahir” salió en el 77. En el 79 apareció “Humitat relativa” [Palmero], y en el 81, “Cambrers” [Bustamante]. Bustamante estaba en la primera actuación de Tapineria en Barcelona. Pensaría que era el camino a seguir. Cuando vio que no era tan bonito, se pasó al castellano.

Pero hay un reconocimiento por su parte al grabar ‘Cims i abismes’ con el grupo Maderita.
Diciéndolo suavemente, es así.

¿Y no diciéndolo suave?
Está obsesionado conmigo. Su referencia es Pep Laguarda. En los años ochenta y noventa ya cerraba los conciertos con ‘Reina del Flash’, que es una canción de “Plexison impermeable”. Con ‘Cims i abismes’ es lo mismo. La escucha, sabe que suena mucho en Estados Unidos, y hace una versión. Eso se entiende perfectamente. Pero hay que pedir permiso, y cuando tocas en directo debes decirlo y rendir cuentas al autor.

¿Qué referencias sonoras manejabas?
En «Brossa d’ahir» se habló de Dylan, y es normal, porque grabamos con la guitarra Martin de Joan Bibiloni, que es la misma que usaba Dylan. Claro, si usas los acordes de ‘Knockin’ on heaven’s door’, suena a Dylan. Pero hay miles de referencias: Renato Carosone, Mina, Pau Riba, «Les cançons del ghetto» de Núria Espert… Pueden ser el cinco por cien de todo. Lo que hay allí es una vivencia mía en la montaña, iniciática, en una casita con agua, pero sin luz, la «caseta del plater». Noche y día solo. Esa fue la experiencia fuerte del disco. Estuve más de un mes. Al principio iba a grabar el disco con piedras y cosas así. Después ya contacté con gente que insistió en hacer un grupo de amigos para tocar las canciones.

¿Te sorprende la reivindicación actual?
No. Antes de hacer el disco [se refiere a la reedición de «Brossa d’ahir»] ya sabía lo que iba a pasar. Lo dije. Tengo testimonios. Cada vez que se ha reeditado se ha agotado. Discmedi tenía reservas de sacar una caja con la edición doble, les parecía muy costoso, pero les dije que lo haría con otro sello. Lo sacaron y a base de goteo se agotaron, a más de cuarenta euros ejemplar. No es casual. En Corea y en Japón es un superventas.

Se rumorea que tienes un proyecto de colaboración con Litoral.
Me han ofrecido hacer algo conjuntamente, y no me he negado nunca, pero ellos están siempre dando vueltas por ahí. Seguramente, algún día nos encontraremos.

¿Es cierto que Pau Roca [Litoral] tiene temas inéditos tuyos?
Tuve una debacle informática y él me dijo que conocía un sitio donde podían rescatar las canciones que yo tenía en un disco duro dañado. Y se lo di. Le conozco poco, pero espero que no trate de robarme ninguna canción. Aunque le di cuatro minidisc y hay dos que no aparecen. ¿Para qué quiere él eso? Me devolvió dos, pero faltan otros dos. Y tengo mails suyos en los que me dice que las canciones son estupendas. La discográfica no tenía copia de eso, sino que lo tenía en papel, y parte de las canciones las quería para hacer un disco que ya me habían pedido. Querían mandar a la policía allí.

Ahora que “Plexison impermeable” está en la calle, ¿grabarás algo más?
No lo descartaría. Pensaba publicar un disco de rhythm & blues en 1980, uno de music hall en 1981, otro de psicodelia… Lo tenía todo planificado. Las canciones estaban hechas, solo había que trabajarlas. Así que alguno caerá, aunque hay que ver lo que más conviene. De momento, tengo un poemario que quiero recuperar de la debacle informática y que podría salir en formato CD-libro.

Porque tú también escribías. Fuiste finalista del Premi Octubre, ganador del Jesús Huguet… ¿Eres un artista total?
También he escrito artículos. Escribo bastante. Si la vida hubiera querido, yo hubiera sido escritor, y no músico. Hubiera tirado por ahí. Pero hicimos un disco que fue un éxito y la escritura quedó en segundo plano. Y también pinto.

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