Joy Division, el legado que no cesa

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Amaral: “Joy División son minimalismo, energía y belleza”

 

Este 15 de julio, Ian Curtis habría cumplido sesenta años. En su memoria, bandas como Amaral, La Habitación Roja, Dorian y Second nos hablan de la huella que les han dejado. Un reportaje de Sara Morales.

 

Texto: SARA MORALES.
Fotos de Macclesfield: SARA MORALES.

 

Hoy, 15 de julio de 2016, Ian Curtis habría cumplido sesenta años. Resulta inevitable elucubrar: ¿estaríamos asistiendo a su madurez al frente de Joy Division? Y de ser así, ¿nos estaría convenciendo? ¿Se habría decantado la banda por las hordas electrónicas como parecían apuntar, o seguirían en pie de guerra del post punk? Quizá si el pasado fuera otro, nunca habría existido New Order, o sí, y a lo mejor él sería ahora su vocalista. De cualquier modo, la realidad azota impune y, puestos a divagar, que cada cual esboce su final imaginario como guste, porque el de verdad, el que ocurrió y todos conocemos, fue crudo y es irreversible.

El propio Ian dejó escrito esto en 1979: «La realidad es solo un término basado en valores y principios gastados. El sueño, sin embargo, siempre permanece». Sigamos soñando entonces.

 

Ian Curtis, alma de un dogma llamado Joy Division

Se fue del mundo el 15 de mayo de 1980 sin ser consciente de estar convirtiéndose, en ese preciso instante, en el padre del existencialismo urbano. Creador de una lírica conmovedora teñida de nihilismo, encontró en la música su propio exorcismo poniendo palabras a la angustia vital a través de su papel de líder, letrista y voz de los incunables Joy Division.

Sumida en la fría y gris Inglaterra de Margaret Thatcher, la banda supo dibujar con su inquietante sonido el perfil emocional de la sociedad de aquel momento, al mismo tiempo que se enredaban en los tormentos y asfixias personales que Ian encriptaba en sus letras. Una serie de alegorías modernistas que ahondaron en la decepción, la frustración, la autocrítica, la enfermedad, la soledad, el amor y sus consecuencias, y tomaron forma en un lenguaje sonoro enraizado en el punk de aroma industrial.

Nadie habló de los abismos emocionales como él. El determinismo nunca sonó tan oscuro y cortante como en Joy Division. Canciones atemporales que han sobrevolado el mundo y sus generaciones hasta hoy, desde que quedaran escritas en aquel Manchester de finales de los setenta, reunidas en dos discos considerados obras maestras por la historia: «Unknown pleasures» (1979) y «Closer» (1980). Un pulso conceptual dramático y metarealista, confeccionado desde un alma rota acompañada de la sensatez de Bernard Sumner y su guitarra vertiginosa, la rebeldía de Peter Hook al frente de un bajo omnipresente y demoledor, y la templanza de Steve Morris sentado a la batería electroacústica de latido pionero.

Eran jóvenes, principiantes, vehementes… Estaban cabreados y sentían que su presente les ahogaba, no estaban conformes con él y reaccionaron. Inconscientes, y de la mano de Ian, se movieron entre el pecado y la inocencia, y casi sin pretenderlo crearon un discurso propio bajo un código sonoro con ecos de eternidad que el futuro no ha olvidado ni podrá hacerlo.

 

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Jorge Martí (La Habitación Roja): “Admiro esa capacidad de mostrar belleza, incluso en la desolación más absoluta”

 

Homenaje a un legado irrepetible

La trascendencia del paso de Ian Curtis por el mundo es tan certera como inabarcable, y su delicada dedicación a su banda se ha convertido en la más bella y enigmática de las herencias culturales. Un legado poético y sonoro que ha tomado forma de leyenda universal y mito imperecedero, más allá de los límites del tiempo y, posiblemente, de la propia música. Ahora, en su sesenta aniversario, le rendimos este especial tributo de la mano de músicos y artistas de nuestra escena que han querido sumarse al recuerdo compartido.

 

Eva y Juan, de Amaral

«Joy Division representan la unión de la velocidad, el ruido y el sentido del ambiente y del espacio. Elevan un pulso de corcheas a la categoría de mantra. Esconden melodías imperecederas bajo estructuras musicales aparentemente sencillas. Son una banda profunda sin parecer pretenderlo. Una especie de «collage» entre la música serial repetitiva y el rock clásico. Sus canciones reflejan euforia y angustia al mismo tiempo. Son la cuadratura de un círculo personal donde lo depresivo se encuentra con atmósferas y música de baile. Son minimalismo, energía y belleza. Están en el ADN sonoro de muchas bandas de décadas posteriores, cualquiera que toque una melodía de bajo de sonido penetrante y melancólico sobre una base rítmica recta y rápida recuerda a Joy Division. Tienen canciones inolvidables, pero evidentemente destacan ‘Love will tear us apart’ o ‘Transmission'».

 

Jorge Martí, de La Habitación Roja

«Siempre me he sentido identificado con la música de Joy Division. Al leer sobre su vida, escuchar su obra y ver documentales y películas que cuentan su historia, he sentido siempre una gran empatía. Me encantan las portadas de los discos, las fotos del grupo y su estética, pero sobre todo, esa música que es oscura y enigmática pero que muestra vulnerabilidad y una gran sensibilidad.

Musicalmente me encantan cada uno de sus componentes, todos con personalidad y carisma, con una forma de tocar muy característica, más ligada a la pasión que a la técnica, y siempre al servicio de ese todo que es la canción. Y capitaneados por una figura única y carismática como Ian Curtis. Creo que Ian vivía en una encrucijada constante y que en su vida chocaban un montón de sentimientos encontrados que se veían inevitablemente reflejados en su música y en sus textos de manera casi obsesiva. Admiro esa capacidad de mostrar belleza, incluso en la desolación más absoluta. Su figura, con todas sus aristas, es compleja y rica: ser al mismo tiempo padre, esposo, amante, artista, bohemio, romántico, apasionado, una estrella y un fracaso en muchos aspectos. Tantas cosas y tan diferentes a la vez. Ser todo eso y sentir que no eres nada al mismo tiempo. Vivir en una eterna contradicción. Creo que todos los que nos dedicamos a la música con pasión nos hemos sentido así alguna vez. La frustración va haciendo estragos en nuestro día a día y dejando huella en nuestras obras. El querer ser una cosa y la contraria, el querer hacer lo que quieres y lo que debes, el ser consecuente (y auténtico) con lo que sientes y que eso también signifique ir en contra de muchas de las cosas que amas.

Durante los años que he pasado en Noruega rodeado de música, naturaleza hostil, amor y enfermedad, Joy Divison, la figura de Ian Curtis y su legado han hecho mella en mí de una manera casi inconsciente. Escuchar su música hace que me sienta acompañado en el dolor y en la constante contradicción que supone vivir un tipo de vida y la contraria. Muy pocos han reflejado todos esos sentimientos en su música como Joy Division».

 

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Marc, de Dorian

«Joy Division encontraron la cuadratura del círculo entre el minimalismo electrónico de Kraftwerk y la rabia del punk. Su discurso y su estética apenas han envejecido porque esas canciones expresan a la perfección el desasosiego y la fragilidad del individuo en esta era “post todo” en la que nos encontramos. Una era en la que nada es realmente sólido y todos nos vemos obligados a vivir en un estado de alerta e incertidumbre permanentes. Para muestra, un botón: el Brexit.

Si tuviera que elegir una sola canción seguramente sería ‘Disorder’, por la letra y porque su sonido resume todo lo que es la música de Joy Division. Un bajo minimalista que va a cuchillo, una guitarra melódica, cierto ruidismo, una batería muy simple y el fraseo claro y meridiano de Ian Curtis”.

 

Nando, de Second

«Joy Division siempre han estado presentes. Incluso a tiempo real, cuando ellos tocaban en su época, ya estaban siendo una influencia para otros grupos que empezaban entonces. Aquella línea de bajo resuena todavía hoy en infinidad de bandas, por nombrar a dos evidentes diré que Interpol y Editors son sus claras herederas, incluso en las letras.

En el arte también han dejado una huella importante, las portadas de sus discos son auténticos iconos, no hay más que ver todo lo que se ha creado alrededor de la cubierta de «Unknown pleasures», muy sencilla pero de gran genialidad.

Han sido una influencia brutal para la música moderna en todos los sentidos y han quedado para la posteridad. Con solo dos discos y siendo una banda que podríamos considerar «underground», han logrado ser considerados de culto. Hoy incluso parece que mola que te molen Joy Division.

Lo más importante es que ellos cuatro juntos, la banda, fueron capaces de transmitir con un sonido nuevo la decepción; pasaron del «jódete» del punk al «estoy jodido» que transmitía Ian Curtis.

No podría quedarme con una sola canción de ellos, pero si tuviese que hacerlo escogería ‘Insight’ de «Unknown pleasures», porque la línea de bajo me parece impresionante, y yo, como bajista, no puedo evitar fijarme en ello. Y de «Closer» me quedaría con ‘Twenty four hours’ por el sentido autobiográfico que hay en ella, esa angustia que sentía Ian en aquel momento ya cercano a su final. Me encanta una frase de esta canción en la que habla de esa pérdida de la inocencia que le impidió seguir: «La vieja inocencia vuelta de lado, una nube suspendida sobre mí marca cada movimiento al fondo del recuerdo de lo que fue amor».

Es muy triste, y de verdad creo que en la vida siempre hay una salida por muy mal que vayan las cosas. Por sus letras y lo que se ha sabido de él por libros, documentales y biopics se demuestra era una persona muy sensible, no pudo con todo lo que le rodeaba y tomó una decisión equivocada. Pero bueno, aquí quedan sus canciones y su recuerdo como poeta maldito que fue».

 

Soledad Vélez

«El legado que ha dejado Joy Division, además de sus discos y la influencia que ha ejercido sobre miles de personas y músicos, es ser un eslabón en toda nuestra historia. A quienes apreciamos la música no detenernos en Joy Division es impensable, ¿no?

Ellos, por decirlo de alguna forma, empezaron otra era. Las letras siendo oscuras denotaban otra estela distinta, depresiva. Transmitían eso, sentirte terriblemente, muy crudas musicalmente, algo real y directo, y eso es difícil. Creo que cuando disfrutas inmensamente de algo dejas que comience a ser parte de ti. Ahora súmalo a las generaciones que disfrutaron con su música. De todas sus canciones mi favorita es ‘Isolation’, es difícil explicar por qué, pero me abstrae de mi presencia física».

 

Lois, de Trajano!

«Joy Division se ha conformado como la pieza central para entender el Post-punk, pero además su música ha ayudado a evolucionar y conformar muchos otros géneros. No solo recae sobre sus hombros la creación del goth rock, sino otros géneros como la música electrónica experimental o el indie de los 2000 en Reino Unido. Además, supieron desarrollar el mito del “teen anger”, con una mirada introspectiva que años más tarde recogieron bandas como Sonic Youth o The Pixies.

De sus temas me quedo con ‘She lost control’. Siempre me ha fascinado que la canción fuese un hado de la suerte que correría más tarde el propio Ian Curtis. Cambiar la prosa propia de una canción en la que generalmente se cuenta una historia, a la idea de un espectador, es muy interesante. Tiene cronología e imágenes muy claras, hasta el punto de acercarse a un guión cinematográfico o una obra de teatro. Y por supuesto, por la línea de bajo inspirada en el kraut rock que coprotagoniza el tema junto a la voz y que considero una de los riffs más significativos de la historia del rock».

 

Viva Suecia

«Aunque muchísimas bandas actuales de corte post-punk se esfuercen en negar una influencia directa, suenan a Joy Division, no hay dudas. Pueden decir que sus influencias son Echo & The Bunnymen, The Chameleons, The Fall, o Bauhaus, pero realmente suenan a Joy Division. Fueron precursores de un estilo que, aún tocando y sonando terriblemente mal, ha perdurado casi cuarenta años después. Es difícil encajar esto, supongo que se debe a la voz grave de Ian, con el equilibrio perfecto entre oscuridad y elegancia; las letras depresivas y destructivas intentando expresar su peor estado de ánimo; los riffs de guitarra desgarradores; las líneas de bajo repetitivas, fatídicas, incluso desafinadas a veces, encajando a duras penas con baterías de ritmos arrolladores, por momentos bailables, por momentos violentos. Supongo que por eso, por sus canciones hipnóticas y obsesivas, tanta gente se identifica y tantas bandas siguen imitando, incluso sin darse cuenta, el sonido de Joy Division. Es una cuestión de actitud y personalidad.

Lo impresionante es que no queda ahí, no es tan solo rock, abrieron nuevos caminos flirteando con sonidos no tan relacionados con el punk, hacia la música electrónica. Es imposible saber qué hubiera pasado si Ian Curtis no se hubiese suicidado, quiero creer que existía una tendencia al tecno que los hubiese llevado a un lugar aún más grande de lo que ha sido New Order. Junto a ellos creció The Factory Records, el principio de un nuevo concepto que daría la vuelta a la industria discográfica independiente, y más tarde a la cultura de club tal y como la conocemos. Cuesta muchísimo imaginar que sería de la música hoy si Joy Division no hubiese existido, puede ser por la leyenda, no sé. Da igual si hablamos de punk, de indie o de música electrónica… Es una de las bandas más presentes en la música actual.

Mi canción preferida debería ser ‘Atmosphere’, por sonar de forma tan intensa y transmitir tanto, o ‘She’s lost contro’ por esa combinación bajo-batería con ese riff de guitarra, o ‘Transmission’ por el “dance to the radio”. Pero no, es ‘Love will tear us apart’, simplemente porque es una de las mejores canciones que se han hecho nunca».

 

Metropol

«Su legado e influencias han recalado en grupos que van desde Editors o The Killers a Chvrches o Hurts. La utilización de ese bajo como un instrumento que proporciona melodía, unido a unas guitarras afiladas, aún sigue muy presente en el indie. ‘Transmission’ aúna toda su esencia, sencillamente brutal. Está perfectamente grabada y parece que hay más instrumentos de los que suenan. La voz de Ian suena más grave y poderosa que en ningún otro tema. Además, la letra es una de las mejores».

 

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 Marc (Dorian): “Esas canciones expresan a la perfección el desasosiego y la fragilidad del individuo en esta era “post todo”

 

Jake, de White Bats

«Sintetizadores, estructuras, atmósferas, métodos de grabación, ideas de producción… no nos quedamos solamente con la voz de Ian. Joy Division también ha dejado mucho poso en todos estos conceptos. A finales de los 70 pocas bandas se atrevían a experimentar tanto. Jugaban con sintetizadores que supieron llevar muy bien a su terreno. Geniales ideas como las de grabar la batería en el tejado del estudio, baterías procesadas, electrónica… y siempre buscando un sonido distintivo al usar lo último en tecnología de la época. Experimentación pura y dura, grabación de sonidos extravagantes (como un ascensor, por ejemplo) para incluirlos en la mezcla final. Fue un grupo transgresor. Más tarde New Order siguió esa misma estela evolucionando el sonido. Joy Division puso un pilar muy importante para lo que vendría después, aunque hubiesen podido llegar a ser mucho más grandes de lo que fueron.

Para mí su mejor tema es ‘Atmosphere’, una canción muy intimista. Fui a Macclesfield, el pueblo donde vivió, murió y están enterradas las cenizas de Ian. Realmente paseando por sus calles, pasando por delante de su casa y de la oficina donde trabajaba… son calles solitarias, grises y silenciosas, con los ladrillos ennegrecidos, vecinos esquivos y un viento intermitente, solo se escuchaba ese viento. A lo lejos se ve el campo verde intenso. Y con ‘Atmosphere’ sientes exactamente eso».

 

 

 

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