Under covers: una guía de viaje por las portadas de discos

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Aprovechando los días de descanso, Miguel Tébar A. nos propone sumergirnos en el libro Under covers de Julio Le Marchand y descubrir, así, los lugares más icónicos de las cubiertas de discos.

Julio Le Marchand
Under covers. Historias en cubiertas
ONDAS DEL ESPACIO, 2021

 

Texto: MIGUEL TÉBAR A.

Este verano muchos habrán disfrutado de algunos días de descanso, otros estarán preparando su viaje y otros deseando que llegue su día para desconectar y poder evadirse de la rutina, aunque sea entre las páginas de un libro. Sea como fuere, nunca ha de faltar la guía, y a Julio Le Marchand se le ocurrió una, no tan distinta a otras, pero sí única en nuestra lengua. Tras reflexionar durante el confinamiento sobre el poder de la música para hacer viajar al oyente y la inmovilidad de la reciente situación, decidió hacer turismo a través de algunas portadas de su propia discoteca.

Sirviéndose del micromecenazgo se ha diseñado, con claridad y gusto, un atractivo libro bilingüe (español e inglés) en tapas duras con 255 páginas a todo color. Con lógica aspiración, lo escribió desde abril hasta diciembre de 2020 y lo autoeditó en su Ondas del Espacio en enero de 2021. Está prologado por Borja Prieto y epilogado por el youtuber Music Radar Clan, e incluye la dirección física y coordenadas de cada ubicación correspondiente a su respectiva portada, los créditos de las fotografías (o diseños) y una detallada bibliografía. Además añade una tarjeta con doble código QR, para viajar tanto por la geolocalización, a través de Google Maps, como por los discos, mediante su lista de reproducción en Spotify.

Cien fue el número mágico que limitó el viaje por las portadas —solamente Joy Division, Led Zeppelin, Pink Floyd, R.E.M. y U2 muestran un par de discos cada uno—. El orden alfabético es el de los artistas escogidos, con clara supremacía (o predilección) anglosajona. Doble vida (CBS, 1988) de los argentinos Soda Stereo, El patio (Movieplay, 1975) de los sevillanos Triana y Cosa nuestra (Fania, 1969) de los medio puertorriqueños Willie Colón & Héctor Lavoe son las honrosas excepciones en otra lengua. Por tanto, no ha de extrañar que el trayecto realice sus principales paradas en EE.UU. y en Reino Unido, empatando Nueva York y Londres como destinos más representados, seguidas de cerca por California y de lejos por la francesa París, con cuatro portadas. Puntualmente, visita otros países como Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bangladés e India, Bélgica, Canadá, Croacia, España, Irlanda, Islandia, Italia o Japón.

He aquí mi diez por ciento de su selección. Icónicas, variopintas y temáticas (ciudad, arte, naturaleza, arquitectura, sala de ensayo y estudio de grabación). A partir de aquí, que cada cual componga su propia frase con el viaje, el destino, el camino, los recuerdos y la música, que todo lo acompaña.

1. Rock ‘n’ roll (Apple, 1975), de John Lennon

Localización: pasaje Jäger en Hamburgo (República Federal de Alemania). Fotografía: Jürgen Vollmer. Diseño de neón: John Uomoto.

Escribir el nombre mayúsculo The Beatles y no referirse al número 3 de la londinense Calle de la Abadía podría parecer herético. Hacerlo del único disco de versiones encontrado en el libro que nos ocupa, aunque esté producido por el mismísimo Phil Spector e interpretado por el primer exbeatle en dejarnos, y comenzar hablando del hiato de este con Yoko Ono y de su affaire con May Pang (su asistente personal), seguramente provocará la crítica del lector ortodoxo.

La contextualización de la historia parte del primer Beatlefest, que tuvo lugar en Nueva York a final del verano del 74. Lennon envía a Pang para representarle y esta se encuentra con un otrora conocido de la primigenia etapa de los clubs en Hamburgo vendiendo unas fotos de entonces. «En 1961 había cinco Beatles, aunque Pete Best decidió no aparecer en la sesión. Paul McCartney, George Harrison y Stu Sutcliffe son las siluetas borrosas que pasan por delante de John, el cual posa en el umbral de un portal durante una larga exposición».

Según Chris Ingham en The Rough Guide to the Beatles, con el lanzamiento de su sexto álbum de estudio «Lennon finiquitó su contrato con Apple, regresó con Ono y abandonó temporalmente la música para ver crecer a su hijo Sean». El disco también cumplió (en parte) con un acuerdo extrajudicial ante el empresario Morris Levy, que había demandado al músico por una supuesta infracción de derechos de autor en la canción “Come together”, incluido en el indirectamente citado Abbey road (Apple, 1969).


2. Nevermind (Geffen, 1991), de Nirvana

Localización: piscina pública Rose Bowl Aquatics Center en Pasadena (California, USA). Dirección artística: Robert Fisher. Fotografía: Kirk Weddle.

Un bebé de cuatro meses sumergido, nadando aparentemente feliz hacia un billete de dólar, ejerce su magnetismo de cebo pese al peligroso anzuelo, algo que llama más la atención que la refrescante agua demasiado clara y azul o el hecho de aparecer desnudo y sin censurar. «El sello propuso taparlo para evitar herir sensibilidades, pero Cobain solo aceptaba hacerlo con una pegatina en la que pusiera: «Si esto te ofende es que eres un pedófilo encubierto»».

Según Kurt Cobain, concibió la idea de la reconocible portada mientras veía un documental sobre partos acuáticos junto al recién incorporado Dave Grohl. El montaje «simboliza lo expuesto que estamos al materialismo desde que nacemos».

Aun así, el segundo álbum del trío de Aberdeen ha demostrado ser muchísimo más impactante que su llamativo envoltorio. El talento compositivo de Cobain y el acierto sónico de Butch Vig merecen el reconocimiento cultural, histórica y estéticamente. Un indudable resurgimiento de actitud entre la Generación X.

3. Royal Albert Hall october 10, 1997 live (Deconstruction, 1998), de Spiritualized

Localización: sala de conciertos Royal Albert Hall en Londres (Inglaterra). Diseño y concepto: Farrow Design y J Spaceman.

Un magnífico diseño de portada, habitual en los cedés de la banda de Jason Pierce e inusual entre los discos en vivo. Por algo será que este es el único álbum (doble) del género seleccionado por Julio Le Marchand.

El célebre templo londinense fotografiado desde el aire, a 2.438,4 metros de altura, y circunscrito por el superíndice del propio logotipo plateado en relieve de Spiritualized®. Fue publicado en un estuche de plástico naranja liso con ilustraciones impresas en la portada de la tarjeta de cartón. Damas y caballeros, estamos flotando en el espacio (y en directo).

4. Fin de siècle (Setanta, 1998), de Divine Comedy

Localización: monumento a Otto Wagner en Viena (Austria). Fotografía: Kevin Westenberg. Diseño y concepto: Kevin Westenberg y Neil Hannon.

«Con el fin del siglo, del milenio, y quién sabía si del mundo a la vuelta de la esquina…», el norirlandés Neil Hannon posando delante del memorial al reconocido arquitecto modernista O. Wagner, contemporáneo y paisano de su admirado pintor G. Klimt. Ambos fueron, entre otros, promotores de la secesión vienesa durante aquel periodo de decadencia tras La Belle Époque.

Al parecer, el título Fin de siècle «le vino de una cápsula del tiempo que enterró de niño en los años setenta pensando en abrirla en el año 2000, cuando tendría treinta años… Otra fuente de inspiración pudo ser el libro Fin-de siècle Vienna; politics and culture, escrito por el historiador cultural Carl E. Schorske en 1979, galardonado con el premio Pulitzer, y que describe cómo a raíz de la crisis política y social de aquella época nació gran parte del arte y el pensamiento modernos». Este sexto disco de estudio supuso un punto y seguido en su carrera, tras abandonar la etiqueta independiente por el sello Parlophone.

5. Closer+ Love will tear us apart v. 12 (Factory, 1980), de Joy Division

Localización: panteón de las familia Appiani + sepulcro de la familia Ribaudo —respectivamente— en el cementerio monumental de Staglieno en Génova (Italia). Fotografías: Bernard Pierre Wolff (1978 ) de esculturas por Demetrio Paernio y Onorato Toso —respectivamente— (c. 1910). Diseño: Peter Saville y Martyn Atkins.

«Ian Curtis sufría problemas matrimoniales, adicción a los fármacos, depresión y epilepsia. Una combinación fatal que le llevó a quitarse la vida en la víspera de la primera gira de Joy División por Norteamérica». Tanto su segundo álbum como su último epitáfico single se publicarían de manera póstuma.

Dos icónicas imágenes, divisibles aunque relacionadas, publicadas en la revista de fotografía Zoom (número 65, 1979) y elegidas por Saville, el diseñador gráfico y socio fundador de la Factory Records —¡sí, el de la continuamente parodiada Unknown pleasures!—. Ambas fueron refrendadas por los cuatro miembros de la banda de Mánchester, aunque solamente el cantante viese en ellas su destino. Una familia llorándole al recién fallecido y un ángel abatido fueron premonitorias del prematuro final de la banda de Salford e inicio de New Order.

6. On the beach (Reprise, 1974), de Neil Young

Localización: playa en Santa Mónica (California, EE.UU.). Fotografía: Bob Seidemann. Dirección artística: Gary Burden.

«El artista canadiense estaba viviendo en California cuando compuso su quinto disco. Una de sus grabaciones más depresivas, según el propio autor, con hasta tres blues entre sus ocho pistas. Sacó el título de la película de 1959 de Stanley Kramer basada en la novela de Nevil Shute, que trata sobre las consecuencias de una guerra nuclear. Una visión del mundo postapocalíptica que le influyó en este trabajo… Cuenta con un diseño meticuloso en cada detalle».

La rotulación se encargó al dibujante Rick Griffin, reconocido por sus trabajos para Grateful Dead, pósters psicodélicos y cómics underground. La parte trasera del Cadillac del 59 semienterrado es una clara referencia a la ilustración de Pelham para la portada de la novela de anticipación La sequía —en su versión ampliada y retitulada—. Escrita originalmente en 1964 por J. G. Ballard y, al año siguiente, inspiradora de la instalación artística Rancho Cadillac del colectivo vanguardista Ant Farm ubicada en Amarillo, Texas.

El resto de elementos de atrezzo en tonos amarillos, «formando una imagen global con un aura misteriosa y de surrealismo», contrastan con la actualidad del titular en un periódico: «El senador Buckley pide la dimisión de Nixon». Young, siempre consciente, descalzado y contemplando el océano Pacífico, posa «dando la espalda al púbico y a la fama». La cubierta plegable continúa la playa, y sobre la arena, en su reverso, «hay una maceta con la palmera que había dado la vuelta al mundo en la gira de Tonight’s the night».

Pero la propia portada aún esconde un par de peculiaridades. El interior de la carpeta se imprimió con el mismo estampado inferior de la sombrilla usada en la sesión fotográfica, y para la funda del vinilo se fotografió, sobre la arena, tanto la hoja de créditos como la sincera y explicativa nota que el countryman Rusty Kershaw manuscribió: «La primera vez que vi a Neil su espíritu estaba deprimido. La siguiente vez que lo vi traté de levantarle el ánimo con mi música, lo hice y lo funcionó. A cambio, Neil tocó, cantó y escribió lo mejor de cualquier música, en un momento…».

7. The Joshua tree (Island, 1987), de U2

Localización: Zabriskie Point en el Valle de la Muerte del Desierto de Mojave (California, USA). Fotografía: Anton Corbijn. Diseño: Steve Averill.

Cuenta la leyenda que, a mediados del siglo XIX y después de cuzr el río Colorado, un grupo de colonos mormones creyó ver en la silueta ramificada de la Yucca brevifolia —una esbelta especie de planta suculenta desértica— al patriarca Josué con los brazos levantados clamando a su Dios —obviamente en el desierto—. Por ello la rebautizaron como Joshua tree —podría haber sido Moses tree—.

Los árboles de Josué crecen lentamente y tienen raíces muy superficiales, por lo que son propensos a caer al suelo debido al peso de sus ramas, una vez que se han extendido bastante. Si logran sobrevivir a los rigores del desierto, son capaces de vivir doscientos años.

Ignoro si tal metáfora se la aplicarían los dublineses tras alcanzar con este, su quinto disco, el estatus de banda mundialmente famosa. Lo cierto es que ya fuera por la coincidencia con la mitología bíblica como por la propia estadounidense mezclada con sus raíces irlandesas, más la reincidente labor del tándem Eno-Lanois, gestaron media docena de buenas canciones.

 

8. Donuts (Stones Throw, 2006), de J Dilla

Localización: local Randy’s Donuts en Inglewood, California (EE.UU.). Diseño e ilustración: Jeff Jank.

«Donuts fue publicado el 7 de febrero de 2006, día en que Dilla cumplía 32 años, y tan solo tres días antes de fallecer, poniendo de luto a prácticamente toda la comunidad hip hop y dejando un trabajo clave para la posteridad». De los treinta y un cortes del disco, únicamente dos no fueron mezclados durante su prolongada estancia en la habitación de Cedars-Sinai Medical Center. A la cama del hospital «su madre lo visitaba constantemente y le llevaba nuevos discos (a 45 rpm) para samplear, además de rosquillas». Fueran o no los dulces favoritos de Jay Dee comprados en la emblemática repostería, se asegura que la dimensión del enorme dónut alcanzaba a verse a dieciséis kilómetros desde la clínica donde produciría su obra maestra de collage sonoro. Un álbum redondo que comienza con la Outro y termina enlazándose con el inicio en un loop eterno.

Ante la inseguridad del sello de incluir un dibujo en la cubierta del segundo álbum del artista estadounidense, seleccionaron para el cedé un fotograma inédito, pero al no tener resolución suficiente para la edición en doce pulgadas se optó por el diseño inicial dando mayor sentido al doble vinilo.

9. Ummagumma(Harvest, 1969), de Pink Floyd

Localización: casa familiar de los January en Cambridge (Inglaterra). Fotografía y diseño: Hipgnosis.

El nombre del genial estudio formado por los artistas Storm Thorgerson, Aubrey Powell y Peter Christopherson es indivisible a la iconografía de sus amigos ingleses Roger Waters, Nick Mason, Richard Wright y David Gilmour. Para el cuarto y curioso álbum doble —cara A y B en vivo, cara C y D en estudio— optaron por una variación del efecto Droste, premeditadamente alterado, fotografiando a los cuatro Pink Floyd en el casoplón de Libby January, la novia del primero de los tres Hipgnosis. Una portada que muestra/oculta otros dos. En primer plano, la banda sonora del musical Gigi (MGM, 1958), seguramente por capricho de Libby, y, en el cuarto plano de los montajes diseñados a mano, aparece A saucerful of secrets (Columbia, 1968), la primera colaboración entre diseñadores y músicos, último álbum con el dañado Syd Barrett y cuyo tema homónimo cierra el primer disco.

Al parecer la seminales bandas The Tea Set y Jokers Wild, a las que se unió un joven llamado Paul Simon de visita al Reino Unido, habían sido contratadas para celebrar el veintiún cumpleaños de las gemelas Libby y Rosie January, justamente antes de decidir, entre unos y otros, fundar una de las bandas más célebres en la historia del rock.

10. Salad days (Dischord, 1985) de Minor Threat

Localización: sede de Discordia en Arlington (Virginia, USA). Fotografía: Glen E. Friedman. Diseño: Jeff Nelson.

Este epé de siete minutos fue el último que publicaron y el único en siete pulgadas de la selección hecha por Julio Le Marchand, aquel que evidencia su simpatía por el harDCore y la filosofía DIY. Curiosamente los de Washington D.C. se autoplagiaron la portada en su última compilación de maquetas titulada First demo tape (Dischord, 2003), fotografiados por Rebecca Hammel en el mismo portal, ligeramente distintos y con un perro entre ellos cuatro.

Una prueba del amor que profesaban podría ser el mensaje ocultado bajo la pestaña encolada de la contraportada, fruto del diseño casero por el baterista de la banda y fundador de la ejemplar compañía discográfica independiente —junto a Ian MacKaye, el influyente vocalista e ideólogo de estilo de vida straight edge—.

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