Operación rescate: «Bringing down the horse», de The Wallflowers

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«Un disco que necesita ser rescatado cada cierto tiempo para entender uno de los momentos cumbres del rock estadounidense de los noventa»

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The Wallflowers
«Bringing down the horse»
INTERSCOPE, 1996

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

El 25 de febrero de 1998 Jakob Dylan se sube con su banda al escenario en el que se celebra la gala de los premios Grammy para recoger el reconocimiento por ‘One headlight’ como mejor interpretación y mejor canción rock del año anterior. Aunque la cosa tenía truco, porque pese a que como single el tema se había publicado el 24 de febrero de 1997, en realidad formaba parte del excelente «Bringing down the horse», segundo disco de la banda de Los Ángeles publicado en 1996. Un disco que necesita ser rescatado cada cierto tiempo para entender uno de los momentos cumbres del rock estadounidense de los noventa.

Fred Eltringham (bateria), Rami Jaffee (teclado) y Greg Richling (Bajo), formaban junto a Jakob Dylan, vástago de la leyenda Bob Dylan, The Wallflowers, grupo que había debutado en 1992 con un disco de nombre homónimo que a pesar de contar con notables canciones pasó con más pena que gloria por las listas de éxitos y de ventas. No sucedió lo mismo con su sucesor. Con la producción de T Bone Burnett y alguna puntual colaboración como las de Adam Duritz, líder de Counting Crows, en el primer single del disco ‘6th Avenue Heartache’, Gary Louris, Mike Campbell o Dave Rawlings, la banda consigue reunir once espléndidos temas (sin contar la descartada y recuperada en reediciones posteriores ‘Used to be lucky’) que no presentan una sola grieta. Con un inicio aplastante reflejado en la fuerza de sus dos grandes bazas como son las citadas ‘One headlight’ y ‘6th Avenue Heartache’ presentan el mejor arranque de cualquier disco de rock estadounidense de la década, quizá solo igualado por los Jayhawks y el inicio de «Tomorrow the green grass» con ‘Blue’ y ‘I’d run away’. Pero lo mejor de todo es que la cosa se aguanta. Tras ellas, ‘Bleeders’ y su hipnotismo consigue mantener el pulso que se recupera con la excelente ‘Three Marlenas’ y ‘The difference’, tercer single del álbum. Luego un sorprendente ritmo de crucero, aunque a un nivel enorme nos lleva por la segunda parte del disco en la que destacan la dulzura de ‘Josephine’ y el rock acalorado de ‘Angel on my bike’.

Simplemente insuperable. Que coleccionara números uno en las diferentes listas solo era la constatación de una realidad palmaria: que el disco era soberbio.

Anterior entrega de Operación rescate: “Live! at the Star-Club in Hamburg, Germany; 1962″, de The Beatles.

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