“Memorias de una pistola invisible”, de José Casas y La Pistola de Papá

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DISCOS

“Canciones urgentes en las que la máxima es la vitalidad, los estribillos directos y los coros sixties”

 

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José Casas y La Pistola de Papá
“Memorias de una pistola invisible”
STIFF SUR

 

 

Texto: RAÚL TAMARIT.

 

 

Si nos remontamos a principios de los ochenta, todas las ciudades tuvieron una escena en la que se revitalizaba la esencia mod, con ritmos frenéticos, power pop, nueva ola y pinceladas de soul negroide, que tan bien supieron extrapolar a la efervescencia del momento The Jam, dejando su impronta en muchos de los jóvenes que empezaban a coquetear con sus primeros instrumentos. Si en Madrid estaban Los Elegantes o en Barcelona Brighton 64, Sevilla también tuvo su revival beat de la mano de Helio, que en 2010 volvieron a reunirse para celebrar su 30 aniversario.

De las cenizas de Helio, y tras idas y venidas con diferentes formaciones, en 2003, José Casas publicaba su primer trabajo al frente de La Pistola de Papá, “Plasticland”(Trilita), que se reeditaría de nuevo en 2007, y en el que apostaba desde su Sevilla natal por un proyecto de esencia nuevaolera. Es ahora cuando vuelve a salir a la palestra con un disco en el que las coordenadas se mantienen en el power pop en castellano, con varios puntos en común con bandas afines al rock más melódico de guitarras. Lo más obvio sería compararlo con Cooper, por supuesto, pero también están Los Hermanos Dalton, e incluso los 091 de “Más de cien lobos” o de “Debajo de las piedras”. La muestra más palpable es la canción con la que se abre el disco, “Hijos de Boris Becker”, en la que el ritmo de bajo y guitarra anticipan el devenir de todo el álbum.

Canciones urgentes, de apenas tres minutos, en el que máxima es la vitalidad, los estribillos directos y los coros sixties, en una dirección atemporal en la que no es difícil reencontrarse con momentos del pop de todos los tiempos. Eso sí, sin ejercer una militancia a pies juntillas y abriéndose para tratar la canción en toda su amplitud, sin dejarse llevar más de la cuenta por lo estrictamente conceptual ni por la nostalgia de tiempos pasados, tan arraigada en ciertos sectores de reivindicación mod. Centrándose en el sonido con la intención de crear canciones en toda su plenitud y sin más pretensión que la de hacerse oír. Cuando los medios tiempos como ‘Las gafas del lobo’ o ‘Daltónico’, hacen su aparición, no desmerecen ante la urgencia de ‘La cura’ o ‘Pura diversión’. Con unos textos en lo que lo frívolamente teenager queda relegado a un segundo plano para tratar mensajes actuales propiciados por la situación social.

José Casas (guitarra y voz), junto a Julio Zabal (teclado y coros), Tony Gavilán (batería y coros) y Álvaro Márquez (bajo), firman un disco desenfadado, alejado de postulados de efímeras modas. El disco lo han grabado en su propio estudio, Luppanar Studio, y está mezclado en La Mina de Sevilla con Raúl Pérez. El sello que lo pone en circulación es el de la propia banda, bautizado como Stiff Sur, en claro homenaje al sello británico Stiff Records, que dio a luz en su día joyas de la new wave de Nick Lowe, Ian Dury, Devo o Elvis Costello. Un detalle que apuntala por dónde van los tiros de “Memorias de una pistola invisible”.

 

 

Anterior crítica de discos: “2”, de León Benavente.

 

 

 

 

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