Las muchas vidas de John Lennon, de Albert Goldman

Autor:

LIBROS

«Es todo tan esperpéntico que parece irreal»

 

Albert Goldman
Las muchas vidas de John Lennon
DE BOLSILLO, 2020

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Si usted es seguidor de John Lennon, si admira su compromiso ético, si cree que su carrera desborda talento y que “Imagine” es el sumun de cualquier canción esperanzada e idealista, no lea este libro. Si cree que su estancia como amo de casa durante la segunda mitad de los setenta es el culmen del feminismo y lo hizo por amor a Yoko, ni siquiera lea esta reseña, porque lo primero que destacaré es que la biografía del músico de Liverpool no es más que un enorme flash-back que comienza en su apartamento del edificio Dakota. Yoko siempre está en su despacho, otro apartamento que han comprado. De hecho, se han hecho con varios más en el edificio. John hay días que no sale de la cama, se ha abandonado en su higiene, pero es un obseso de la limpieza. Es todo tan esperpéntico que parece irreal.

La obra causó polémica tras su publicación en el ámbito anglosajón. Su madre, Julia, no queda muy bien parada, eso ya era lugar común; pero a su padre, ese marinero que los había abandonado y volvió a aparecer cuando vio el éxito, se le descarga de responsabilidad. Realmente no los abandonó. De hecho, es de los pocos sobre el que Goldman no se emplea con saña.

Prácticamente la mitad de la obra está dedicada a los Beatles: una visión general del mersey beat, el viaje a Hamburgo —donde van contratados como grupo de acompañamiento para un espectáculo de estriptís— o el doble rechazo de la Decca —las crónicas resumen: fueron dos veces las que les dijeron que no—. Si acaso, elogia de ellos su tenacidad, pero los reproches, si no son excesivos, sí que abundan. El principal, no ser respetuosos con su dureza inicial, como sí destaca que hicieron The Who, aunque sí que reconoce que muchos de los experimentos posteriores son claves en la historia de la música pop.

El repaso es detallado y novedoso, hay páginas que analizan día a día el recorrido vital del músico. Incluso detalla sus amantes de una noche. Aporta asimismo nuevas revelaciones, por ejemplo sobre la muerte de Brian Epstein, y también un repaso detallado a todas las cuentas y entramados financieros del grupo para dar argumentos ciertos de que estaban arruinados. Y datos curiosos: ¿quieren creer que varios de los discos de los Beatles se editaron sin contrato que los respaldara? Y datos propios de serie de humor: Brian tiene la ingenuidad de preguntar al abogado del primer ministro cómo pueden hacer los Beatles para evadir impuestos.

Lo que tiene Albert Goldman es una enorme facilidad narrativa. Hay episodios que pasarían perfectamente por un cuento, con entidad autónoma. El capítulo del reencuentro de John con su padre está relatado con la ligereza de Dickens, y el rapto de la hija de Yoko en Mallorca sería un cuento modélico de Truman Capote. Y con el momento en que una Yoko sin obra es capaz de llenar todo un museo con una exposición suya serían un fascinante inicio para una antología de cuentos Beatles.

Nadie sale bien parado. Por supuesto, John no: tras tener a su primer hijo, deja a su esposa abandonada; tras ello, la humilla en todas las fiestas; imaginen, con esa estampa, cómo trata a Yoko. Mimi, Brian, las fans americanas, todos son retratados con una crudeza que borra cualquier atisbo de hagiografía. Así que ya saben, si John Lennon es su ídolo, que lo siga siendo, pero por sus canciones. Que les siga gustando “Imagine”, que sigan pensando en un mundo en el que no hay posesiones. Pero cuando la escuchen piensen que su autor la está cantando en una esplendorosa mansión de su propiedad y que durante toda su vida juega con todos los mecanismos legales —o no— para proteger su dinero. Pero piensen también que, por otra parte, esa actitud es índice de lo que fue toda su vida: un niño. Y luego pueden recrearse en su música, que a mí también me parece excepcional.

Anterior crítica de libros: Bajo el barro, de Rubén Sánchez Trigos.

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