Exit wounds, de The Wallflowers

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DISCOS

«En Exit wounds parece que se han acercado más a la diana»

 

The Wallflowers
Exit wounds
NEW WEST, 2021

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

El esperado regreso de los Wallflowers de Jakob Dylan se salda con un resultado de notable alto. En breve explico esto último, pero procedo a justificar el porqué de esa asociación entre hombre y grupo. Creo que la cosa está clara pero, por si no es así, Jakob es quien compone los temas, quien pone la voz y quien ha decidido este regreso. Por si eso no fuera suficiente, el grupo nunca ha repetido componentes en dos discos consecutivos, al margen de nuestro hombre. Así que pocas dudas pueden quedar. Vamos al tema del resultado.

Exit wounds es un buen disco. Los cenizos que quieran compararlo con la grandeza de Bring down the horse (1996), su segundo trabajo y lo mejor de largo de su carrera, ya pueden cansarse de hacerlo. Los Wallflowers nunca han hecho y nunca van a hacer un disco mejor que aquel. Tengo la impresión de que incluso Jakob lo tiene claro. Y creo que lo mejor de este álbum es precisamente eso, que ha dejado de intentarlo y se ha dedicado, simplemente, a hacer un buen trabajo. Para ellos ha contado con la inestimable colaboración de Shelby Lynne en los coros. Los cuatro temas en los que ella aparece podrían pasar por ser lo mejor del disco. Empezando por el inicial “Maybe your heart’s not in it no more”. Una canción que demuestra, una vez más, que Jakob tiene una de las mejores voces de la música estadounidense de los últimos treinta años, aunque no sería justo dejar de destacar el magnífico trabajo en la slide que muestra la canción.

Con la conocida “Roots and wings”, primer tema que nos avanzaron del disco, recuperamos el sonido trotón, a medio tiempo, de los Wallflowers más reconocibles. En ese tipo de canción, que a muchos y muchas puede cansar, Dylan es imbatible. El riff de arranque de “I hear the ocean (When I want to heartrains)” es la confirmación de lo fresco que suena todo, con un excelente trabajo de Butch Walker, productor del disco, en la segunda voz. Algo que se repetirá en la stoniana y cañera “Who’s that man walkin’ round my garden” (sí, disco de títulos largos). Cargado de buenas canciones, el disco fluye, y para ello es necesario el contrapunto de piezas bellísimas como “Darlin’ hold on” con una Shelby Lynne adorable.

No soy mucho de lamerme las heridas. No me fustigo continuamente pensando que los Wallflowers, en 1996 quizá mi banda favorita, podía haber tenido una carrera mejor que la escrita. Eso es evidente. Tampoco pienso que haya sido horrorosa, como se empeñan en recalcar algunas plumas. Sus discos son irregulares, eso es indiscutible, aunque en todos han dado alguna pincelada de lo que podían hacer con patinazos importantes como Glad all over (2012). En Exit wounds parece que se han acercado más a la diana. Por ello lo considero su mejor disco desde su obra magna. Bien hallados.

Anterior crítica de discos: Peace or love, de Kings of Convenience.

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