Exene Cervenka: Del punk al country

Autor:

 

«Hace 35 años que era punk, cuando cumplí los 20. Recuerdo mucho y poco. Todos estábamos contra las grandes corporaciones. Ronald Reagan inició el declive en 1980 y ahora soy más punk que nunca en lo que respecta a mis convicciones»

Pues claro que el country es cool. Pero del mismo modo que no sería creíble un vaquero de Wisconsin cantando flamenco, tampoco lo es un tipo de Torrelodones hipnotizado por la gran llanura texana. En los últimos años, han sido muchos los músicos americanos que se han sumergido en sus raíces (incluso se creó la etiqueta alt-country, para denominar una corriente específica del rock alternativo de los noventa), pero pocos tienen tanto derecho a hacerlo como Exene Cervenka. “The excitemente of maybe” es su estupendo nuevo disco.

 

Texto: EDUARDO GUILLOT.

 

No va de auténtica por la vida. No le hace falta. A sus 56 años, nadie tiene que contarle nada a Exene Cervenka, líder de X, una de las mejores bandas punk de Los Ángeles, reflejo especular de Siouxsie en la costa oeste americana, precursora del resurgir vaquero con The Knitters, poetisa alternativa –tiene un libro compartido con Lydia Lunch– y hasta protagonista eventual de la prensa del corazón –estuvo casada con Viggo Mortensen, con quien tiene un hijo–. En 2009 fichó con Bloodshot y editó “Somewhere gone”, reemprendiendo una larga carrera en solitario iniciada en 1985, que ahora tiene un nuevo episodio: “The excitement of maybe”.

¿Dirías que firmar con Bloodshot Records ha sido como empezar una nueva etapa en tu carrera?
Sí, es un nuevo capítulo. Y también creo que marca un retorno a mis primeros trabajos en solitario, que también contenían hermosas armonías folkies.

En ese sentido, ¿se puede considerar que “Somewhere gone” y “The excitement of maybe” forman un díptico?
“Somewhere gone” es como una hermana pequeña, que no ha crecido todavía, pero tiene algo especial.

El nuevo disco suena refrescante y muy estimulante. ¿Cómo mantienes ese espíritu después de tanto tiempo dedicada a la música?
Sigo descubriendo vieja música. ¡Cosas de los años veinte! Me encanta tocar, intento mejorar cada día y eso me mantiene en marcha. También me inspira lo que hacen mis amigos y otros artistas, aunque creo que, a mi edad y con lo que ya he hecho, puedo seguir mi propio camino.

Háblame de los arreglos de viento y cuerda, que son magníficos. ¿Son tuyos?
Los hicieron los músicos, siguiendo mis sugerencias. Quería algo con el estilo de los años sesenta, en la línea de Dionne Warwick, Otis Redding o Glen Campbell. David Bianco, que ha producido el disco conmigo, también hizo grandes aportaciones.

Canciones como ‘I wish it would stop raining’ son puro country. ¿Qué opinas de la escena alt-country? ¿Crees que se nota que la aproximación al género de las nuevas generaciones carece de los prejuicios de décadas atrás?
Bueno, es como volver a The Knitters, The Blasters o John Doe [X] y yo tocando canciones en casa con la guitarra acústica. El alt-country es algo bueno, y Bloodshot está ayudando mucho a la escena. Todo el mundo tiene que definir y redefinir su música.

Dave Alvin [The Blasters, X] colabora en el disco. ¿Te acompaña también en directo?
Toco mayoritariamente sola, con la guitarra. Aquí es difícil salir de gira. No hay mucho dinero, “nada de nada” [en castellano], y además hay muchos gastos. No puedo asumir un tour con banda. Estamos pasando por una depresión económica. Me encantaría que todos los que han participado en el disco pudieran acompañarme en directo. Este mes, en el festival South by Southwest (Austin, Texas), podré tocar con Brady Blade, Cindy Wasserman, Will Sexton y Maggie Björklund.

En 2009 hiciste un comunicado público en el que declaraste que padecías esclerosis múltiple. Si no te parece una pregunta demasiado personal, me gustaría saber si la enfermedad ha afectado a tus actividades profesionales o tu música.
Estoy haciéndome más pruebas y tengo médicos nuevos. La esclerosis múltiple es complicada de diagnosticar. Me la diagnosticaron por primera vez hace dieciseis años, pero una segunda opinión dijo lo contrario. Así que sigo visitando doctores y sometiéndome a análisis. He cambiado de alimentación, así que algo he hecho. Al menos, tengo la posibilidad de seguir trabajando.

El año pasado, Munster publicó en España “Tenemos la bomba de neutrones. La historia nunca contada del punk de Los Ángeles”, el estupendo libro de Marc Spitz y Brendan Mullen. ¿Cómo recuerdas aquellos tiempos?
Bueno, no los recuerdo excepto si alguien me pregunta. Hace 35 años que era punk, cuando cumplí los 20. Recuerdo mucho y poco. Pero sí, me acuerdo bien de Darby Crash [cantante de The Germs, muerto por sobredosis en 1980], y de que los chavales, cuando cumplí 21 años, me pedían que les comprara cerveza. Y bandas como The Plugz, The Mutants, Dead Kennedys o Fear, con las que tocamos en directo y fuimos a ver actuar. Todos estábamos contra las grandes corporaciones. Ronald Reagan inició el declive en 1980 y ahora soy más punk que nunca en lo que respecta a mis convicciones.

X fue una de las primeras bandas que mezcló el punk con la música americana de raíces, pero nunca ha obtenido el reconocimiento que merecía. ¿Estás de acuerdo? ¿A qué crees que se debió?

Nos enfrentábamos con unos medios de comunicación tremendamente corporativos, que defendían sus propios intereses. En la década de los ochenta, el rock clásico tomó posesión de ellos y ya nunca los ha soltado. Rechazaban abiertamente dejar algún espacio en las emisoras de radio para grupos como X, Ramones o The Germs. Así que acabamos perdidos en la historia. Pero ahora, gracias a internet, la gente nos está encontrando. Veremos qué ocurre en el futuro. Yo nunca voy a dejar de ser artista. Espero que la gente me descubra, pero eso es algo sobre lo que tengo control alguno.

X todavía ofrece conciertos de vez en cuando. ¿Depende únicamente de las peticiones de los promotores, o hay otras razones?

Nos llaman con frecuencia. Siempre hay gente interesada en ver a X en directo. Me hace feliz, porque cada vez disfruto más con esos conciertos, aunque sé que no durará siempre. Es maravilloso ver a la gente divertirse, al mismo tiempo que asumen lo que significó el punk: libertad creativa, rebelión y, sobre todo, vivir tu vida sin que nadie te diga cómo debes hacerlo.

¿Y qué pasa con The Knitters? Después de vuestro regreso de 2005 [“The modern sounds of The Knitters”], ¿hay planes para volver al estudio?
De momento no, pero hemos añadido algunos temas nuevos a los directos. En mayo estaremos tocando en California.

¿Sigues escribiendo poesía? ¿O los poemas acaban convirtiéndose en canciones?
Hago ambas cosas. Escribo mucho, y una parte la utilizo en canciones y otra en poemas. A veces me sale una canción completa en una hora y otras me paso una semana trabajando en otra. Pero nunca resulta tedioso, hago exactamente lo que me gusta.

Desde aquí puedes acceder a la web de Exene Cervenka.

Artículos relacionados