Ringo Starr: «Me apasiona tocar. Lo hago porque me encanta y porque puedo»

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«Linda Perry lo produjo en su estudio y después me envió las canciones a las que yo añadí la voz y la batería»

 

Efe Eme participa en el encuentro digital con Ringo Starr que, conectado desde Los Ángeles, reunió a la prensa para dar detalles de su cuarto epé, Crooked boy. Nuestro colaborador, Carlos H. Vázquez, fue el encargado de asistir a la cita.

 

Texto y foto: CARLOS H. VÁZQUEZ.

 

Ringo Starr se conecta por videollamada desde Los Angeles. Está promocionando Crooked Boy (Universal, 2024), su cuarto epé consecutivo. Lleva dadas unas cuantas entrevistas en lo que va de semana y ahora le toca atender a las preguntas que varios (y no pocos) periodistas le van a estar haciendo durante una hora aproximada. «Me dedico algo de tiempo, hago ejercicio y cuido lo que como», responde el que fuera batería de The Beatles sobre su buen aspecto físico. El próximo 7 de julio cumplirá ochenta y cuatro años. Dice que se mantiene en forma estando ocupado con todo lo que le da su casa-estudio, desde una sala de arte hasta un gimnasio.

El Wall Street Journal quiere saber cómo es la distribución de su estudio. «¿Por qué?», bromea Ringo Starr, que pasa a mostrar algunos objetos que tienen colgados, como una Gibson SG con estrellas (regalo de su hijo), un teclado… Y un set de batería montado en otra habitación contigua. Señala la dirección de la cocina y la casa de los huéspedes, aunque no se ve.

Ringo es un teddy boy de paz y amor, un crooked boy que encontró su propio camino, como le explicaba a Linda Perry, compositora y productora de los cuatro cortes que componen en álbum: “February sky” y “Adeline” en la cara A. Y “Gonna need someone” y “Crooked boy” en la B. Linda y Ringo han vuelto a trabajar juntos después de armar dos temas previos: “Coming undone”, Change the World (Universal, 2021) y “Everyone and everything” en EP3 (Universal, 2022). «Linda lo produjo en su estudio y después me envió las canciones a las que yo añadí la voz y la batería», continúa el entrevistado al respecto de la labor de producción de Crooked boy con Perry. «Puede ser un poco mandona, pero trabaja muy bien».

A la cuestión de la duración del disco (doce minutos) y por qué es más corto en comparación con The tortured poets department (Republic Records, 2024) de Taylor Swift (dos horas), Ringo defiende que la suma de todas las canciones de sus cuatro últimos epés es de, aproximadamente, dos horas también de haberse publicado todos a la vez. Este formato le parece genial para los tiempos que corren actualmente: «El mundo se ha vuelto loco y la hierba no crece. Pero hay una flor en la esquina». Entre sus ocupaciones ha estado además grabar un disco de larga duración con T-Bone Burnett. Ringo recuerda que los dos se encontraron en una lectura de poemas de Olivia Harrison cuando le preguntó si tenía alguna canción para él: «T-Bone me mandó unas canciones country increíblemente maravillosas, y como tengo la libertad de hacer lo que quiera pensé en grabar un epé country». Epé que ha terminado siendo un elepé de diez canciones. «Me encanta la música country desde que era niño. En Liverpool, por ser un puerto, muchos de los chicos se unían a la marina mercante para ver otros lugares». De Estados Unidos volverían los marineros con discos que no habían sonado en la BBC. «Cuando finalmente nos convertimos en los Beatles, los cuatro rara vez escuchábamos las mismas cosas. Buddy Holly era la cosa más grande del mundo en mi vecindario. Gene Vincent, por supuesto Elvis Presley…», termina relatando para mencionar su segundo disco en solitario, Beaucoups of blues (Apple, 1970), grabado con Pete Drake en Music City Recorders de Nasvhille, en 1970.

Ringo saldrá este verano de gira con la All Starr Band por Las Vegas (22 de mayo – 1 de junio), Ciudad de México (5 y 6 de junio) e Hidalgo y Austin (Texas) los días 7 y 8 del mismo mes respectivamente. «Me apasiona tocar. Soy el batería y necesito una banda delante de mí. Si hago lo que hago es porque me encanta y porque puedo». Se coloca el mechón que cae por su frente, hace el signo de la victoria con los dedos y desea paz y amor. No podía ser de otro modo.

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