El disco del día: Sílvia Pérez Cruz

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«¿Cómo definir un disco tan grande pero a la vez tan pequeño, tan abiertamente inetiquetable? Son tal la cantidad de referencias que maneja y de estilos por los que deambula Pérez Cruz que es imposible equipararla, ceñirla a uno»


Sílvia Pérez Cruz
«11 de novembre»
UNIVERSAL

 

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

 

Sílvia Pérez Cruz ha estado (o está, que con ella nunca se sabe), en mil proyectos, de los que tal vez el más conocido sea el cuarteto femenino Las Migas, o ese disco que editó en la recta final del año pasado junto al contrabajista de jazz Javier Colina y su trío en el que se adentraban en el tesoro musical cubano. Ahora, por fin, la cantante de Palafrugell (Gerona) se ha animado a dar forma a su primer álbum solista, este «11 de noviembre» en el que con producción conjunta con Raúl Fernández Refree interpreta temas de composición propia en catalán, castellano y portugués.

¿Cómo definir un disco tan grande pero a la vez tan pequeño, tan abiertamente inetiquetable? Son tal la cantidad de referencias que maneja y de estilos por los que deambula Pérez Cruz que es imposible equipararla, ceñirla a uno: aquí hay canción de autor de sabor serratiano, fado, flamenco y samba cual ensoñaciones musicales posibles tratadas con lo mínimo (guitarra, algo de cuerda y viento, instrumentos de juguete, ruidos variados). Dejando que la sobrenatural voz de la cantautora lo domine todo pero, y esto es muy de agradecer, sin caer en aquello de muchas vocalistas que sabedoras de lo extraordinario de sus facultades canoras intentan alardear de ello, mostrando lo mucho que saben y hasta dónde son capaces de llegar (provocando el rechazo en los que creemos en la expresividad y en la emoción más que en la técnica y el poderío). Pérez Cruz no, ella entona con naturalidad, con sencillez, como si cantar de este modo fuera lo más natural. Y quizá lo sea, pero deja anodadado al escucha ante su profundidad, emoción e infinidad de matices.

«11 de novembre» es un disco que pide calma, tiempo y atención para paladearlo plenamente, para dejarse llevar por temas como ‘Lietzenburgerstrasse’, ‘Iglesias’, ‘Días de paso’, ‘Memoria de pez’, ‘Dilúvio universal ‘O meu amor é glòria». Canciones que miran hacia la infancia, hacia territorios donde perviven los recuerdos pero también donde habita la imaginación y la fantasía. Lo dicho, hay que dedicarle tiempo.

Anterior disco del día: Los Madison.

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