El disco del día: Dionne Warwick

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«Burt Bacharach siempre dijo que Dionne Warwick era su musa, una cantante de una apabullante personalidad interpretativa, capaz de hacer sencillas las armonías vocales más complejas»

Dionne Warwick
«Now»
BLUE HORIZON/KARONTE

 

 

Texto: GERNOT DUDDA.

 

 

 

Dionne Warwick celebra sus cincuenta años en el mundo de la música con un álbum que incluye nuevas grabaciones de las eternas canciones del tándem de composición que mejor supo escribir para ella: Burt Bacharach / Hal David. Y que si no fuera por la escalofriante cantidad de artistas que ha puesto voz alguna vez a este inigualable ingenio creador en un proceso que acaba de entrar en su séptima década, parecería que los dos hubieran ejercido siempre como factoría personal y exclusiva, “in house”, de la cantante. Burt siempre dijo que Dionne Warwick era su musa, una cantante de una apabullante personalidad interpretativa, capaz de hacer sencillas las armonías vocales más complejas. Y a los hechos –las canciones– nos remitimos.

La mera presencia aquí de “ella” y “ellos” ya justificaría por sí sola la calidad de este “Now”, pero hay un “tercer pilar” de relevancia: la producción del veterano Phil Ramone, que ya fue ingeniero en muchas de las grabaciones originales de estas canciones y que vuelve a garantizar un acabado de lujo. Y a los “tres pilares” hay que agradecerles que este disco sea el que es y no otro. Podían haber celebrado a Bacharach/David con nuevas interpretaciones de otros artistas, como hizo Elton John en 1991 con “Two rooms” para celebrar su asociación con Bernie Taupin. O juntando en un disco a todos los amigos de Dionne –que no son pocos, empezando por Stevie Wonder y el mencionado Elton John–, pero esto ya se hizo en 1985 con aquel proyecto llamado Dionne & Friends. O con un disco de duetos, como aquellos virtuales y a puerta cerrada que el propio Ramone grabó con Frank Sinatra en 1993. No, Dionne no necesita de ningún tipo de arropamiento colectivo ni de “photoshop” sonoro. Su voz suena tan fresca y maravillosa como siempre, con todo lo magnífica que puede estar una voz a los 72 años, que es en su caso muchísimo.

Por eso no es de extrañar que Phil Ramone haya recurrido a los arreglos justos que permitan celebrar como corresponde ese hecho diferencial que son las canciones de Bacharach/David a su paso por Dionne Warwick. La magia cuanto más sencilla, más magia.

Los tres quedan perfectamente retratados en esta selección, que con ‘(There’s) always something there to remind me’ y ‘Are you there (with another girl)’ no podía empezar de mejor manera. Le siguen dos baladas como ‘Don’t make me over’ y ‘Love is still the answer’, ésta última con una letra no escrita por Hal David sino por Tonio K. En ’99 miles from LA’ no es sin embargo Burt quien hace la música sino Albert Hammond, aunque paradójicamente la canción es 100% Burt y una de las mejores del lote, también. ‘Reach out’ y ‘Is there anybody out there?’ forman un imparable bloque central de rotundas baladas épicas que incluyen esos violines y metales tan “bacharachianos”, el aire del que siempre han respirado sus canciones. ‘Be aware’ y ‘I just have to breath’ han sido expresamente recogidas de su álbum “Dionne” de 1972, una maravillosa obra de arte que sin embargo no tuvo en su momento un adecuado reflejo en listas (una pena que ‘Close to you’, que también estaba incluida en aquel disco, no hubiera sido también grabada para esta ocasión). Otra balada épica, ‘It was almost like a song’, es la segunda canción no Bacharach que se graba para el álbum, siendo una de las que la propia Dionne eligió como novedad de entre las propuestas de Hal David. Y para acabar ‘Make it easy on yourself’ y ‘I say a little prayer’. Esta última a dúo con David Elliott, que no aporta mucho más que el valor sentimental de ver a una madre cantando con su propio hijo –otro hijo, Damon, aparece como ingeniero a las órdenes del gran Frank Filipetti en las labores de mezcla del álbum–, única concesión un tanto exógena al impecable cancionero aquí celebrado. Una voz y unas canciones que son, una vez más, perfectamente indisolubles.

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