Diez canciones imprescindibles de Love of Lesbian

Autor:

El debut de Love of Lesbian celebra este año dos décadas. Buen momento para recordar las canciones que les han empujado a su consagración como una de las bandas más interesantes de la escena musical española. Por Javier Escorzo.

 

Selección y texto: JAVIER ESCORZO.

 

Este año se cumplen veinte años desde la publicación del primer disco de Love of Lesbian. Un buen momento para repasar su carrera y rescatar algunas, tan solo diez, de las muchas grandes canciones que nos han dejado.

 

1. “Freaky goes to Hollywoood” (Microscopic movies, Pussycats, 1999)

Como tantos otros grupos de su generación, Love of Lesbian comenzó su carrera cantando en inglés. Ya con su primer disco pudieron darse los primeros baños de multitudes cuando telonearon a The Cure en los conciertos que la banda británica ofreció en nuestro país para presentar su álbum Bloodflowers. Cuenta la leyenda que fue el propio Robert Smith el que los seleccionó, y que tomó su decisión al escuchar el tema “Freaky goes to Hollywoood”, ya que le hizo gracia su título, que, obviamente, eran un juego de palabras con el nombre de la banda de Liverpool Frankie Goes to Hollywood.

2. “Ungravity (still amazed by the stars)” (Ungravity, Naïve, 2003)

Ungravity fue el tercer trabajo de Love of Lesbian. Con él siguieron ascendiendo en el panorama musical nacional, aunque todavía seguían en el underground, que diría Gabinete Caligari. Aquí las críticas comenzaron a ser mejores y el público, poco a poco, continuó creciendo. Además, fue el primer disco en el que contaron con la producción de Ricky Falkner, hoy en día miembro del grupo y encargado del sonido de los discos de artistas como Quique González, Sidonie, Lori Meyers, Iván Ferreiro… El disco se cerraba con la canción que le daba título, “Ungravity (still amazed by The stars)”, posiblemente, uno de los cortes más experimentales de todo el álbum.

3. “Domingo astromántico” (Maniobras de escapismo, Naïve, 2005)

En 2005 se produjo un cambio drástico en su trayectoria: comenzaron a cantar en español. Con el nuevo idioma siguieron manteniendo sus dos vertientes. Por un lado, la más gamberra y humorística, que se veía en temas como “Houston, tenemos un poema” o “Marlene, la vecina de Ártico” (esta fue la primera canción que compusieron en la lengua de Cervantes). Y por otro lado, una serie de canciones mucho más intensas y poéticas, en las que también se desenvolvían como pez en agua. Valga como muestra este “Domingo astromántico”.

4. “Villancico de mi cuñado Fernando” (Cuentos chinos para niños del Japón, Naïve, 2007)

Es difícil mantener el equilibrio entre los dos mundos por los que se movían. Un grupo capaz de alcanzar tanta hondura como la que exhibían en “Universos infinitos” o “Noches reversibles” corría el riesgo de terminar devorado por su propia caricatura carnavalesca. Hubo una canción que les hizo replantearse las proporciones que debían utilizar en su mezcla, y esa fue “Villancico de mi cuñado Fernando”. Con ella, Santi reconoció que estaban derrapando demasiado. Y no es que a partir de entonces se convirtiesen en un grupo serio (en el peor y más aburrido sentido de la palabra); siguieron disfrazándose en los conciertos y escribiendo letras surrealistas y delirantes, pero en su justa medida.

5. “Club de fans de John Boy” (1999, Music Bus, 2009)

La canción que lo cambió todo estaba incluida en su sexto álbum, 1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna). Con este disco se instalaron en el Olimpo del rock español. Su repercusión fue enorme y totalmente inesperada. Con sus anteriores trabajos habían ido ganando público, especialmente desde que decidieron cantar en español, pero con este arrasaron, literalmente. Las canciones contaban la historia (en orden cronológico) de una antigua relación amorosa. La calidad de los todos las cortes hacía que prácticamente cualquiera de ellos pudiese haber encendido la mecha, pero fue “Club de fans de John Boy” la que originó la explosión. En su letra, la banda describía, con la ironía que le caracteriza, todos los fanatismos que un grupo de rock puede despertar. A buen seguro, mientras la escribían, ni ellos mismos podrían haber sospechado que ellos mismos acabarían levantando pasiones y obsesiones semejantes.

6. “Segundo asalto” (1999, Music Bus, 2009)

Fueron varios los factores que permitieron que este disco conectase con el gran público de una manera tan extraordinaria. Por un lado, el hecho de narrar una historia en la que cualquier oyente podía verse identificado. Por otro, la excelente calidad de todos sus cortes, tanto de los más histriónicos (“Algunas plantas” o “El ectoplasta”) como, muy especialmente, los más intensos (“Allí donde solíamos gritar”, “1999”, “Voy a romper las ventanas”…). Entre estas últimas escogemos “Segundo asalto”, un tema que siguen tocando en directo y que, a buen seguro, seguirán haciéndolo durante muchos años.

7. “Si tú me dices Ben, yo digo Affleck” (La noche eterna. Los días no vividos, Music Bus, 2012)

Después de que 1999 reventara todos los registros, la expectación por conocer cómo sería el nuevo trabajo de Love of Lesbian era enorme. Ajena a la presión que les rodeaba, la banda regresó con un álbum doble que giraba en torno a la noche: por un lado, todas las cosas que la vida nocturna podía ofrecerte y, por otro, todas aquellas a las que había que renunciar, precisamente, por vivir de noche. Entre las noctámbulas estaba “Si tú me dices Ben, yo digo Affleck”, con un juego de palabras marca de la casa y una instrumentación bailable y petarda (para bien). Por cierto, en la letra mencionaban el “Dancing queen” de ABBA y a Bowie, a quien también aludían de manera indirecta en “Allí donde solíamos gritar”, de su anterior disco.

8. “Oniria e insomnia” (La noche eterna. Los días no vividos, Music Bus, 2012)

La noche eterna. Los días no vividos incluía una novedad en Love of Lesbian, que era el acercamiento en alguna de sus letras a temáticas sociales (“Radio Himalaya”, “Si salimos de esta”). Sin embargo, aquí vamos a rescatar una de las canciones más logradas, no ya del disco, sino de todo su cancionero: “Oniria e Insomnia”. Según avanzan sus casi cinco minutos de duración, tanto la letra como la música van ganando en intensidad. Una melodía cargada de épica y una historia de amor en la que, como casi siempre, los extremos se atraen y se acaban tocando.

9. “Planeador” (El poeta Halley, Warner, 2016)

El poeta Halley es, hasta la fecha, el último disco de estudio de Love of Lesbian. La canción que lo abría, “Planeador”, resumía bien su espíritu y línea argumental: la búsqueda de aquellos sueños que tenemos en nuestros primeros años de vida y que, demasiado a menudo, terminamos abandonando conforme nos vamos haciendo mayores. Porque, más o menos oculto, todos llevamos a un pequeño poeta Halley escondido en nuestro interior.

10. “Los males pasajeros” (El poeta Halley, Warner, 2016)

Como hemos visto en esta lista, Love of Lesbian tiene varias caras, y eso es lo que les hace ser una banda única e inimitable. Tan pronto se disfrazan en sus conciertos y desbarran en las letras como se ponen serios y alcanzan una hondura inusitada. Una de sus canciones más emocionantes es “Los males pasajeros”. El propio Santi lo ha reconocido en alguna de sus actuaciones, admitiendo que, cuando le toca hacerlo, se le forma en la garganta un nudo en la garganta que le hace difícil cantarla. Quizás se refiere a algunos de los últimos versos que, dentro de su críptica habitual… ¿encerrarán un mensaje cifrado hacia sus hijas?

 

 

Artículos relacionados