Corriente alterna: Compositores a sueldo

Autor:

 

«Me fascinan los compositores a sueldo. El nombre es feo, ¡suena muy mal de hecho!, pero su trabajo me impresiona»

 

Juanjo ordás nos cuenta que admira a los compositores a sueldo, esos que son capaces de agarrar la idea de otro y transformarla en una buena canción.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

Una entrevista puede cambiar tu acercamiento al trabajo de un músico. Cualquiera que se deje el alma en un disco merece respeto, sea quien sea. Pensad el nombre que queráis, ¿cree en su música? Merece respeto. Siempre me ha interesado mucho el ritual que es la escritura de canciones, la semana pasada hablábamos de ello. Por esa razón me fascinan los compositores a sueldo. El nombre es feo, ¡suena muy mal de hecho!, pero su trabajo me impresiona. Se les contrata para llevar las canciones del artista que sea hacia una comercialidad que este no ha conseguido. Ahí es donde entra nuestro hombre (o mujer), preparado para arreglar la canción, preparado para ofertar un tema ya escrito al que el artista que le ha contratado agregará un par de frases para llevarse un porcentaje del beneficio. Algunos de ellos son también productores, por lo que si se les designa para dicha tarea, pueden controlar aún más el acabado final e incluso se les puede considerar tan autores como al artista cuyo nombre figura en letras grandes en la portada del álbum.

Uno de ellos es Desmond Child [en la foto], un hombre capaz de hacer de cualquier canción de rock duro un hit en potencia. No siempre lo consigue, pero lo ha hecho en algunas ocasiones con canciones que aún taladran las FMs norteamericanas. El otro día estaba leyendo una entrevista con él para la web songfacts.com en la que se dedicó a desgranar el concepto y grabación de “Livin’ la vida loca” de Ricky Martin. Y os puedo asegurar que es fascinante. Estoy tratando de dejar prejuicios a un lado para darle una escucha al disco siguiendo los patrones definidos por Child. Por ejemplo, la influencia de Frank Sinatra en las estructuras de las canciones, de ahí vienen las estrofas swing que Child y su equipo combinaron con estribillos de rock de estadio. Escucharé “Livin’ la vida loca”, podéis darlo por sentado, y no se volverá uno de mis discos favoritos pero seguró que será una experiencia interesante.

Anterior entrega de Corriente alterna: El rock and roll también puede ser divertido.

Artículos relacionados