Y todos tus días malos acabarán, de Nueve novísimos autores españoles

Autor:

LIBROS

«Un pequeño repaso a autores que apuntan maneras en la prosa»

 

Nueve novísimos autores españoles
Y todos tus días malos acabarán.
LIBROS WALDEN, 2020

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Libros Walden, que poco a poco va construyendo una sólida colección literaria basada en autores españoles jóvenes, ha decidido inaugurar una generación. Bajo el subtítulo de “Nueve novísimos autores españoles” intenta —y lo señala como un objetivo similar al de la antología de José María Castellet— establecer tanto un pequeño repaso a autores que apuntan maneras en la prosa, como poner en el escaparate nuevas estéticas que puedan abrir calas en una narrativa española que, si ha dado buenos frutos en los últimos años, también es cierto que se ha estancado un tanto en sus maneras de narrar y sus temas.

¿Y cuáles son aquí? Pues uno de los motivos importantes es la ciudad. Un decorado de calles anónimas sobre el que los protagonistas despliegan su mirada y que resulta en muchas ocasiones problemático. Los dos breves cuentos de Rosa Ponce son pura prosa poética del extrarradio: parques acuáticos en que la fotógrafa tiene una amistad especial con el empleado que hace de Doraemon, viajes en metro imaginando vidas ajenas… Leves llegadas hasta el tema de la identidad.

Esto, el problema de la identidad es el que sostiene el relato de Manuel Moreno. Jacobo, un anodino traductor de obras científicas, sueña con cometer un crimen por el placer de cambiar de aspecto y huir. Sus paseos por la ciudad hacen que el azar le ofrezca esa oportunidad y se vea abocado a convertirse en otra persona. Lo contrario de un hombre de acción, Jacobo sería un personaje muy querido por Baroja —esa oficina siniestra de pintura tétrica— o por Azorín.

La colección es muy variada. Hay experimentos vanguardistas en la forma o en las acciones. José Sanz, por ejemplo, adopta dejes kafkianos: lo que creemos más estable en la sociedad es lo que la está derrumbando. Clases de primaria alocadas o Holmes y Watson en un after son muestras del reflejo de lo onírico, que es otro de los rasgos de estos nuevos narradores. Sofía Jacinta o Marcos Jávega, en sus relatos, imbrican de manera magistral situaciones de hastío vital con escenas sacadas de lo absurdo.

Un último factor de todos estos relatos es la casa. Una casa donde el protagonista del relato de Pablo Navascués intenta seducir a una vecina, donde la familia de “La cabeza de los Martínez” hace un nido protector que se derrumba —otro relato sobre la identidad— y que permite hablar de la bondad, la inteligencia o la ignorancia con un estilo entre Kafka y un cómic pop. Y la casa en el mejor de los relatos, “De piel cuarteada”, de Julián Cruz, que es almacén del pasado. Honorio es diseñado en pocas páginas de manera impecable, con su soledad, su lucidez y sus ilusiones; y es perfilado magistralmente con una frase de cierre perfecta.

Merece la pena acercarse siempre a los nuevos narradores, a los nuevos músicos. Quizás le falte rodaje por todos lados, pero las ganas, el empuje, la energía, también son valores en el arte.

Anterior crítica de libros: Los 100 mejores discos de rock en directo, de Tito Lesende.

 

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