Tulsa: nuevo disco en proceso

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«Fíjate si estaba tranquila que esta vez incluso he ido con las letras inacabadas, con lo meticulosa que soy yo»

 

Aprovechando el lanzamiento del tercer single del nuevo disco de Tulsa, Jagoba Estébanez habla con Miren Iza sobre el que será su nuevo elepé, los procesos creativos y los nuevos tiempos girando en torno a Spotify, entre otras cosas.

 

Texto: JAGOBA ESTÉBANEZ.

 

Ya ha visto la luz “Autorretrato”, el tercer avance del nuevo disco de Tulsa Ese éxtasis. Este último single, que llega después de “Tres venenos” y “Yo no nací así”, es una declaración de intenciones hacia la novela homónima del artista atormentado Édouard Levé, en el que Miren Iza hace con el escritor francés lo mismo que hizo él en Angoisse: retratarlo. Si la melancolía reconfortante es la cima en la obra de Tulsa, en esta ocasión la canción cae por la ladera del positivismo, pero con pendiente suave. Las brillantes cuerdas de guitarra iniciales, llenas de luz, abren un bello manifiesto sobre la dependencia y el afrontamiento a la muerte, para cerrar con una celebración al rechazo de las creencias infundadas, haciendo honor al anteúltimo tema de Plastic Ono Band de John Lennon, “God”.

Ahondemos más en eso de la «melancolía reconfortante». Muchos artistas, no solo en la música, son capaces de forzar sentimientos de una manera más o menos pretenciosa, bastaría con irnos desde el pop más naíf promoviendo la alegría, hasta la balada más desgarradora, repleta de pérdida y sentimientos nostálgicos, haciéndolo con la tristeza. Pero Miren va mucho más allá, sus canciones (apostaría que de una manera congénita) son un magnificador de emociones: si estás triste te deprimirán; si estás contemplativo te quedarás absorto, si estás alegre te harán feliz en cuerpo y alma, y si estás enamorado caerás en un romance sin tregua. Encapsulan emociones que la gente olvida o no reconoce. Son la comunicación perfecta entre movimiento, intimismo, calma, sufrimiento y belleza. Una nube de puntos que no son imponentes, que son como el cielo o el horizonte, lo abarcan todo. Ese puente entre la felicidad y la tristeza para el cual nunca encuentro nombre. Es más que una mera melancolía, un estado de contemplación que te hace sentir todo de una forma poética. En fin, un sentimiento laberíntico pero adictivo al cual siempre nos transporta Tulsa, la transitoriedad de figura o forma, pero la permanencia personal transportada al lenguaje musical.

Está por ver los sentimientos que nos transmitirá el quinto elepé de Tulsa, el cual ya se puede ir adivinando con los tres adelantos que tenemos hasta el momento. “Tres venenos” vio la luz en septiembre de 2019, y pasará un año y medio hasta el lanzamiento de Ese éxtasis, previsto para la primavera de 2021. «Hoy en día se ha perdido el sentido del álbum en una gran parte de los oyentes, o al menos lo que antes se entendía por álbum. Ahora las canciones tienen vida propia, la gente entra en Spotify y escucha las primeras que aparecen en la lista del artista. Hay canciones de un disco que sabes que no van a ser escuchadas por ese colectivo, por muy buenas que sean. Es la cruda realidad». Los tiempos de ahora, de alguna forma, influyen en la forma de lanzar las canciones: «No considero que los discos no sean importantes, ya que grabar el disco como un todo y recopilarlo es el motor más importante. Pero en estos tiempos, a la hora de sacarlas al mundo, debemos aprender que algunas canciones se soportan por sí solas y otras no. “Tres venenos” es muy independiente y pudo salir así. Dejarla a la deriva por tanto tiempo hasta la salida del disco le ha favorecido. Además, sacar canción y videoclip a la vez es una puerta muy interesante, aunque mucho más costosa en tiempo y coste económico». Tulsa no cree que el gigante suecoestadounidense de la música digital sea el único responsable: «Muchos atribuyen todas las cosas malas solo a Spotify, pero hay mucha gente haciendo de intermediarios entre la empresa y el artista. Creo que Spotify debería pagar más y ser más transparente, pero cuando vemos los números nos damos cuenta de que hay otros contratos con intermediarios que son igual o más bloqueantes para el artista», zanja.

A los mandos de la producción de Ese éxtasis está de nuevo Ángel Luján. «Soy de la opinión de que trabajar con la misma gente te puede llevar a sitios muy distintos, más incluso que cuando renuevas cada vez el equipo. Repetir no tiene por qué ser sinónimo de algo monótono o repetitivo, y más en mi caso, que soy una persona tímida y doy lo mejor de mí y me siento más segura cuando me abro. Por eso he decidido continuar con los mismos», reflexiona Miren, «aunque entiendo que a otros les guste el riesgo y la novedad». Grabarán con ella el baterista Ramiro Nieto, «alguien que tiene una gran musicalidad, y eso es algo de apreciar. Sabe acompañar la canción y llevarla al lugar que merece», y Charlie Bautista, habitual de Christina Rosenvinge, Xoel López, Coque Malla, The Sunday Drivers o Russian Red, entre otros. Además, Betacam estará a cargo de los sintetizadores, últimamente muy presentes en los dos últimos elepés de Tulsa, en comparación con los dos primeros.

Miren no tiene prisa por sacar el álbum en estos tiempos tan raros con la COVID-19: «En este periodo pensábamos ser mucho más productivos al haber menos actividades sociales. Pero mi propia experiencia y la de gente a mi alrededor nos está quitando la razón. Me está costando más cerrar procesos, estoy como en una especie de parálisis. Pero, en fin, hay que ser indulgentes con todo esto, para salir airosos de esta zozobra rara». A pesar de lo anterior, reconoce que el 2020 no está siendo un año malo para ella, y está muy satisfecha con la decisión que tomó para grabar el disco, exiliándose veinte días con los músicos y amigos en una casa de campo en Daimiel (Ciudad Real). «El estado de ánimo cuando grabas las canciones es clave, y en Daimiel he sido más feliz y he estado más a gusto compartiendo un cobertizo junto a una casa con mis amigos que en un estudio, a pesar de las posibilidades técnicas que te ofrece este». Se ha encerrado con gente de mucha confianza, entre ellos el músico y pintor palentino Alberto Acinas y la directora del videoclip María Pérez Sanz, también directora de la película Karen, protagonizada por Christina Rosenvinge. «Fíjate si estaba tranquila que esta vez incluso he ido con las letras inacabadas, con lo meticulosa que soy yo. Me he liberado del estrés del proceso de grabación, he disfrutado mucho», revela Miren.

La carrera discográfica de Tulsa bien puede dividirse en dos mitades. Los dos primeros álbumes, Solo me has rozado (Subterfuge Records, 2007) y Espera la pálida (Subterfuge Records, 2010) son magníficos elepés al más puro estilo cantautor llenos de canciones que dejan huella (el segundo una más oscura), con un trasfondo melancólico que subyace en unas letras medidas a la perfección. Y en los dos últimos, La calma chicha (Gran Derbi records, 2015) y Centauros (I*M Records, 2017), de nuevo consigue hurgar en nuestros corazones y agarrarse al hueso, pero esta vez con un trasfondo electrónico, con abundante presencia de sintetizadores nada invasivos, que no impiden que materialice sus ideas con potencia, precisión y magnetismo. Respecto a los derroteros que tomará Ese éxtasis, Miren Iza adelanta a Efe Eme sus intenciones: «El disco es una mezcla entre los comienzos y el final. En esta ocasión he buscado más la canción redonda y no las sensaciones, como hice con Centauros. La grabación es una parte fundamental del resultado del disco, y cada una la he hecho de una manera muy diferente. Solo me has rozado lo grabé en un estudio pero apenas sin tiempo, Espera la pálida fue grabado la mayoría en directo, La calma chicha lo hice en huecos libres durante un año con Carasueño, Centauros en un estudio pero con mucho más tiempo que con el primero, y este ha sido un proceso lleno de felicidad del que estoy muy satisfecha». Habrá que esperar unos meses más para escuchar Ese éxtasis, para degustarlo en cualquiera que sea el medio, pero eso sí, de inicio a fin. Ahí están, mientras tanto, sus tres primeros adelantos. Y, como vaticinaban Bob Dylan o Loquillo en sus canciones, los tiempos están cambiando, aunque por suerte podemos seguir eligiendo nuestro medio predilecto.

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