The death of Randy Fitzsimmons, de The Hives

Autor:

DISCOS

«Todo un pastiche de rebelión sonora que suena a calle y en el que la furia se canaliza como energía y gancho trepidante»

 

The Hives
The death of Randy Fitzsimmons
DISQUES HIVES
, 2023

 

Texto: SARA MORALES.

 

Once años han pasado para volver a tener entre manos un nuevo trabajo de los suecos y, ahora que ha llegado, a juzgar por su título, bien podría suponer un antes y un después en la historia de la banda. Ellos siempre han contado que Randy Fitzsimmons fue quien les animó en su día a crear el grupo, una especie de mentor, mecenas o como queramos llamarle, que avivó los ánimos para el nacimiento de The Hives y ejerció, supuestamente, de compositor de sus canciones, por lo menos de las primeras.

Figura real o ficticia, el caso es que este disco va en su honor; más bien en honor a su partida. Quizá por eso, con su muerte, estemos hablando del comienzo de una nueva etapa para Pelle Almqvist y los suyos, aunque escuchando estos doce cortes, en su primer impacto, se reconoce a los Hives de siempre, aquellos que enarbolaron el guitarrismo alternativo de principios del milenio y alcanzaron la cima con la cinemática “Tick tick boom” en 2007.

No parece que hayan cambiado demasiado, a lo mejor, por apuntar algo, suenan un poco más eléctricos de lo habitual; pero teniendo en cuenta la potencia magnética de sus directos, no es algo que sorprenda especialmente. Siempre han sido pura energía, quien los ha visto y gozado en vivo lo sabe, así que este sexto álbum de estudio solo reafirma esa esencia de perpetua rebeldía y auténtica apuesta por el rock and roll con ademanes de punk callejero y combativo, como demuestran perfectamente en “Smoke & mirrors” o “Trapdoor solution”.

Y cuentan en este nuevo repertorio con glorias de garaje vibrante como “Bogus operandi”, “Countdown to Shutdown” o la pseudo surfera “Rigor mortis radio”. Pero también con chispas de funk metálico en “What did I ever do to you?” o camaradería hooligan en “Stick up”. Todo un pastiche de rebelión sonora que suena a calle y en el que la furia se canaliza como energía y gancho trepidante, siendo además este disco el primero que cuenta con el bajista The Johan and Only, tras la marcha de Dr. Matt Destruction en 2013.

Anterior crítica de discos: The feminine divine, de Dexys.

Artículos relacionados