The feminine divine, de Dexys

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DISCOS

«Rowland sigue teniendo el mojo, haya descubierto ahora o no sus errores, inspirado por sus viajes a Tailandia y su inmersión en las filosofías orientales»

 

Dexys
The feminine divine
100% RECORDS
, 2023

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

«Las mujeres han sido menospreciadas durante demasiado tiempo y depende de ti y de mí / Ni siquiera sabíamos qué coño teníamos / Nos disparamos en el pie, cuando tratamos de hacerlas sentir mal / Lo que necesitábamos era honrarlas, tratar de hacerlas sentir bien / Expresé mis frustraciones con ellas y devaluaron todo su valor / Era miedo, nada más que miedo / Sabía que eran más poderosas que yo / Así que ahora ya lo sabes / Tenía miedo de su sexualidad, la divinidad femenina».

Es curioso, pero Kevin Rowland ha tardado mucho tiempo en descubrir la verdad acerca de la masculinidad en la que creció o, cuando menos, de expresarlo en palabras. Lo hace en su sexto disco, editado cuarenta y tres años después de su debut, reconociendo su equivocación en la canción que le da título al disco, The feminine divine (La divinidad femenina), que es, también, la mejor del lote.

A ella le suma otros ocho cortes, siete si tenemos en cuenta que “Goddess rules” (“La diosa reina”), es un diálogo entre un hombre y una mujer, como algún otro que puebla su discografía; pero, en este caso, expresando su sumisión a una mujer que lo domina y a la que él se rinde incondicionalmente. Esa es la temática de un trabajo que retoma la senda del soul —sin ningún atisbo celta en esta ocasión—, emprendida cuando el grupo regresó veintisiete años después de dejarlo en 1985 con One day I’m going to soar, al que no alcanza a igualar, pero del que tampoco se haya muy lejos, tratado en esta ocasión con mayor empleo de sintetizadores, especialmente en su segunda mitad.

Valgan, por ejemplo, dos canciones como “My submision” —hermosa balada, de nuevo con el tema de la sumisión de fondo, al nivel de sus mejores creaciones— o “It’s alright Kevin” (una revisión de su viejo tema “Manhood”) para atestiguar que Rowland sigue teniendo el mojo, haya descubierto ahora o no sus errores, inspirado por sus viajes a Tailandia y su inmersión en las filosofías orientales. En cualquier caso, siempre es buen momento para arrepentirse de lo que uno ha hecho mal y tomar el camino correcto, y mejor si lo hace con un disco como este.

«Tan jodidamente poderoso es su deseo sexual / Ahora las veo expresarlo, justo delante de mí / Es un gran honor, una gran emoción, verlas amar a alguien que no soy yo / Porque las mujeres son las superestrellas, las diosas en la tierra / ¡Necesitan ser apreciadas, adoradas, reverenciadas! / No les corresponde a ellas hacer las cosas por nosotros / Lo entendimos al revés / Deberíamos estar sirviéndolas, por todo lo que valen ¡Sí!».

Anterior crítica de discos: Greatest hits, de Aerosmith.

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