Suerte (2008), de Chicktones

Autor:

OPERACIÓN RESCATE

«Suerte es un disco que transmite en ocasiones algo de pesimismo con letras que inciden en el desencanto o la parte menos luminosa del rock and roll»

 

Eduardo Izquierdo recuerda el segundo y último disco de la extinta banda cántabra Chicktones, proyecto que formó Fernando Macaya, guitarrista de Los Deltonos, junto a Goyo Chiquito y Toño L. Baños, miembros de Los Míticos GT’s.

 

Chicktones
Suerte
Lengua Armada, 2008

 

Texto: EDUARDO IZQUIERDO.

 

La sombra de Hendrik Röver es alargada. El cántabro-alemán es un músico incombustible que no cesa nunca su actividad. Por ello sorprendió tanto que, en 2000, uno de sus escuderos, el soberbio Fernando Macaya, pusiera en marcha una hoy añoradísima banda que respondía al nombre de Chicktones. Lo hizo además con dos músicos que en la actualidad forman parte de los Míticos GT’s, compañeros de las aventuras extra Deltonos de Röver: Goyo Chiquito, encargado del contrabajo, y Toño L. Baños a la batería.

Debutaron en 2007 con un trabajo titulado Cine amor, en el que se incluyen trece temas propios en castellano y tres versiones de Hank Williams (“Lovesick blues”) , Ray Condo (“Crazy date”) y Fats Domino (“Sick&tired”). Macaya, en el webzine Noche de Rock, no dudó en definirlo como «un disco básicamente de rock& roll, con ciertos toques de swing e incluso country. O sea, un disco de música americana pero cantado en castellano. Hemos intentado grabar lo más básicamente posible, y usar los sonidos adecuados de guitarras y contrabajo para lograr ese sonido retro que caracteriza al rockabilly. Pero sin ser “fundamentalistas” de ese estilo, y creo que así hemos logrado sonar diferentes, consiguiendo un sonido propio y personal. Las canciones propias son en castellano. Creemos que, si quieres llegar a la gente, has de hacerlo en el idioma en el que habla para poder transmitir mejor cualquier cosa o sensación. El rock and roll es americano, y por origen claro, se canta en inglés, pero creemos que cantando en castellano podemos hacerlo un poco más nuestro. Esto tiene mucha más dificultad, a la hora de componer, y riesgo de que no suene bien, pero hay que hacerlo e intentarlo».

Su segundo disco, Suerte, llega solo un año después. Once temas para los que se alejan de su Cantabria de origen, donde se había grabado su debut (en concreto en los Guitar Town Studios de Röver), para «acercarse» al Puerto de Santa María y ponerse en manos de Paco Loco. «Nos apetecía ir a grabar fuera de casa. Estar más centrados e involucrados en el proceso de grabar. Yo ya había trabajado con Paco, y pensé que ese estudio nos iría bien. Tiene un montón de aparatejos vintage, y lo hemos grabado en dos pulgadas, que era otra de las cosas que queríamos hacer, grabarlo totalmente en analógico. Allí hemos grabado la mayoría de los temas de Suerte, y en el estudio de Hendrik hemos hecho el resto del trabajo (remezclas, mastering, etc). En GuitarTown ya habíamos hecho Cine amor y estamos como en casa» (Fernando Macaya en Al Norte del Norte).

Más intimista, y quizá personal, que su debut, Suerte es un disco que transmite en ocasiones algo de pesimismo con letras que inciden en el desencanto o la parte menos luminosa del rock and roll. Siguen rockeando como pocos en “Dos ases” y “Nubes de tormenta”, por ejemplo, aunque uno se queda con la fronteriza “El sueño del ángel” o ese “No dejes huella”, con su inicio a lo David Lynch, en el que el mismo Paco Loco aporta su Hammond. Mención especial merece “No hay valor”, canción que Macaya compuso para Autopista, el proyecto de súper grupo que tenía junto a Leiva, César Pop, Quique González y Karlos Arancegui, y que nunca vio la luz, más allá de unos pocos conciertos.

El grupo se diluyó dejando los dos grandes discos citados. Con la misma humildad y discreción con la que apareció en escena. Y nosotros seguimos esperando que algún día decidan darnos una sorpresa y anuncien su vuelta. Algún día.

 

Anterior entrega de Operación rescate: Scott 4 (1969), de Scott Walker.

 

 

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