Spider-Man: Un nuevo universo, de Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman

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CINE

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«Un colorista espectáculo, cargado de entretenimiento y diversión»

 

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Spider-Man: Un nuevo universo
Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman, 2018

 

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

El género cinematográfico de superhéroes se encuentra tan saturado que incluso señalar dicha saturación es un cliché en sí mismo. De hecho, debido a las condiciones de cesión de derechos en que se encuentra el personaje, las adaptaciones a la gran pantalla de Spider-Man (ocho apariciones en filmes de acción real desde 2002, siendo interpretado por tres actores diferentes) podrían ser su propio subgénero. La idea de una nueva aparición en pantalla del hombre araña puede, a primera vista, no resultar especialmente apetecible.

Sin embargo, esta es una película que nace de la consciencia de la propia historia del superhéroe protagonista, sus múltiples reiteraciones e identidades secretas; es decir, una obra que prefiere sustentarse sobre y ampliar dicho imaginario colectivo en lugar de tratar de negarlo. Y en caso de que un único Spider-Man no fuera suficiente, la trama del filme incluye una ruptura espacio-temporal que obliga a los Spider-Man/Woman/Ham de diferentes universos a trabajar juntos, lo que permite dar a conocer al gran público reiteraciones tan populares en el papel como Spider-Gwen o Miles Morales, aquí principal protagonista. Desde las referencias a previos filmes (especialmente la trilogía de Sam Raimi) hasta hacer uso de la origin story del personaje como gag cómico, Spider-Man: un nuevo universo emplea el conocimiento que su audiencia potencial tiene sobre lo presentado en pantalla en su propio beneficio.

Pero no solo de autorreferencialidad y audiencias fieles vive el cine de superhéroes, y en esta ocasión el hiperrealismo (tan buscado por los efectos especiales que llenan los filmes de acción) queda a un lado en favor de un estilo imaginativo y original que hace un inteligente uso de los recursos propios del cómic (los bocadillos y las onomatopeyas, pero también la impresión de cuatro colores a través de puntos Ben-Day), e incluso los exagera para crear una visualidad propia que combina a la perfección la animación digital con los detalles añadidos a mano. Todo esto, sumado al efecto que deriva de una aparente reducción del número de fotogramas por segundo, da como resultado una magnífica inmersión audiovisual en la estética del cómic.

Liberada de la seriedad y las limitaciones físicas de las películas de acción real, Spider-Man: Un nuevo universo es un colorista espectáculo, cargado de entretenimiento y diversión, más que digno de convertirse en una sorprendente adhesión al canon del género que abre a su superhéroe protagonista a todo un universo de variegadas posibilidades. Es, en resumen, la adaptación de Spider-Man que no sabíamos que queríamos.

 

 

Anterior crítica de cine: Viudas, de Steve McQueen.

 

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