“Sirens”, de Devendra Banhart

Autor:

EL MIÉRCOLES, CANCIÓN

«Escuchar “Sirens” una y otra vez de madrugada es el placebo perfecto para sobrellevar los miedos nocturnos que nos recuerdan que no estamos aquí para siempre»

 

El nuevo adelanto de Devendra Banhart, “Sirens”, se convierte en nuestra pieza favorita de la semana en El miércoles, canción. Por Arancha Moreno.

 

Texto: ARANCHA MORENO.

 

Más hipnótico que nunca: así es el regreso de Devendra Banhart en su nuevo single, “Sirens”, una pieza con la que nos engatusa y nos guía, entre cantos de sirena, hacia las entrañas de su próximo disco, Flying wig, previsto para el mes de septiembre. Y su hipnosis da resultado, pues “Sirens” se ha convertido en nuestra favorita de la semana en El miércoles, canción.

La magnética atmósfera de “Sirens” cobra todo su sentido al descubrir cómo fue grabada. Banhart dejó una temporada Los Ángeles para trasladarse al solitario bosque de un cañón de Topanga, donde se encontró con Cate Le Bon, multiinstrumentista y productora de Flying wig. Allí, en un estudio rodeado de secuoyas y pinos que fue en otro tiempo propiedad de Neil Young, redondeó las canciones de su undécimo disco mientras escuchaba constantemente a Grateful Dead. Y con ese telón de fondo confeccionaron un sonido hipnótico y orgánico al mismo tiempo, que recuerda a Brian Eno y se acerca al pop urbano. Un ambiente cálido y melancólico que nos sobrecoge en la triste y bella “Sirens”, cuyo propósito, según Devendra, es «que se sienta como bailar solo, llorando en una multitud, y de alguna manera incluso relajarse en esa melancolía, el lado sensual de la tristeza, el lado lúgubre de la alegría».

«“Sirens” trata sobre el desconcierto que precede al anhelo, el espacio entre “todo duele” y “todo es malo”. El espacio entre “todo me duele” y “oh, hay un clavo clavado en mi espalda”, es como el alivio mezclado con miedo que viene de encontrar por fin el objetivo», cuenta Devendra, como si sus palabras quisieran terminar de dibujar esa atmósfera difusa en el aire, esa melancolía que despliega la canción de principio a fin. Cuando recurre a las imágenes, en el vídeo musical que lo acompaña, lo hace ambientando la canción en una sociedad distópica protagonizada por el artista multidisciplinar Dorian Wood y los cómicos Tim Heidecker y Mitra Jouhari. «Queríamos hacer una minipelícula de ciencia ficción que fuera distópica y utópica a partes iguales. Lo que se nos ocurrió fue un mundo en el que solo los artistas pueden presentarse a cualquier cargo gubernamental, la presidencia siempre se reparte entre dos personas. En nuestro mundo ganaron dos leyendas, Tim Heidecker y Mitra Jouhari, y en este mundo todo el mundo es masajista y los masajes son obligatorios (interpretados por mí y por el increíble Dorian Wood) y llorar es obligatorio y está impuesto por ley», explica el autor.

Escuchar “Sirens” una y otra vez de madrugada es el placebo perfecto para sobrellevar el insomnio y los miedos nocturnos que nos recuerdan que no estamos aquí para siempre. Una forma de afrontar el futuro sin perder la esperanza. Un canto conmovedor que alivia a su autor, pues, como él dice, «todo lo que hago en la vida es para ayudar a sobrellevar la tristeza».

Pero “Sirens” no es la única pieza que nos ha impactado esta semana. Le siguen, prácticamente a la par, el luminoso “Soul capturer” de la banda de Baltimore Animal Collective y el “The feast of St. John” del siempre certero Glen Hansard. Las novedades nacionales se mueven en coordenadas bien distintas, sociales como “Soy clasista” de Da-Cat o desenfadadas como “Pollo frito” de Niña Polaca y Grasias, entre otras canciones.

Anterior entrega de El miércoles, canción: “Los Angeles”, de Lol Tolhurst, Budgie y Jacknife Lee.

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