Si no fuera por estos momentos, sería por otros, de Parquesvr

Autor:

DISCOS

«Un auténtico retrato social que arrasa con todos los clichés sonoros establecidos en nuestras cabezas y nuestro orden»

 

Parquesvr
Si no fuera por estos momentos, sería por otros
RASO ESTUDIO, 2022

 

Texto: SARA MORALES.

 

Una de las posibles conclusiones que podemos extraer de este segundo álbum del quinteto madrileño es que debemos leer más a Baudelaire. ¿O lo dicen con sorna Javi Ferrara y su banda? Que  ya sabemos cuáles son sus códigos lingüísticos y semánticos desde aquel debut de 2019 llamado Talego quini. Entre sus giros humorísticos, su ironía, su mordacidad y su sarcasmo, hay también una crítica punzante, porque el camino que lleva la inercia social atiborrada de individualismos y narcisismos exacerbados no pinta bien. Y no lo hace desde hace mucho tiempo ya.

El retrato social que hace Parquesvr en este nuevo repertorio, vuelve a dibujarnos en una realidad descreída, faltona, con escaso sentido común, nula empatía y ego de sobra. Con incongruencias en pensamiento, en comportamiento y emociones; siempre listos y dispuestos a la crítica ajena, pero escondidos en el juicio a uno mismo. Una radiografía de la realidad y nuestra forma de enfrentarnos a ella que recuerda a la que hace Santiago Lorenzo en su excelente libro Los asquerosos, y que la banda replica a su manera, y en clave de amor, en temas como “Los salvajes”. Y esta es solo una pista de las diez que componen Si no fuera por estos momentos, sería por otros —que ya dice bastante desde su título—, y que recorren todas nuestras jugarretas humanas y artimañas en comunidad.

Este recorrido lo hacen, además, arrasando con todos los clichés sonoros establecidos en nuestras cabezas y nuestro orden, buscando desmontar los patrones del rock tal y como lo hemos entendido o querido entender. Mezclando, con pericia y brillantes resultados, géneros y ritmos como el rap old school con gaitas celtas (“Ansiedad”), el synth pop con la vertiente electro clash nacional de principios del milenio (“Almodóvar, Amenábor”), el rock instrumental con tintes árabes (“El laberinto”) o la psicodelia con el flamenco (“Muchas flores”). Si pensáramos en a qué se parecen o suenan Parquesvr, podríamos oscilar en un espectro tan amplio que iría desde Rage Against de Machine hasta Sleaford Mods, pasando por Triana y terminando por Manolo Cabezabolo. Pero lo cierto es que han enarbolado un lenguaje, a base de reflexiones ocurrentes pero certeras, humor y canallismo, tan propio y genuino, que lo único que se puede y se debe hacer es escucharles y hacerlo con atención. Sueltan verdades, suenan exultantes y propician la sonrisa.

Veremos corretear la afiladísima lengua de Ferrara en “Tazas con mensajes”, también tendente al hip hop como “¿Debo leer a Baudelaire?” o “Zarzaquemada”, en la que nos transportan a la infancia de barrio y, cómo no, al género quinqui en concepto y, por momentos, también en forma. Un costumbrismo que se presenta introspectivo y algo más sentimental en una sorprendente, y encantadora, “Arde, quema, duele”, y cumple con todas las expectativas en “Las nubes”, la canción que cierra el álbum con un pequeño e inesperado guiño a Estopa, en un disparo a bocajarro que proclama estas formas y ya no otras: «Tu perfume es el veneno que contamina mi piel, si me roza yo lo huelo y me vuelvo a perder». Parquesvr entonan, en esta segunda entrega, la clave para volver a encontrarnos; si es que queremos hacerlo, claro.

Anterior crítica de discos: Cierzo 25 aniversario, de Ángel Pestime.

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