Punto de partida: Luis G. (Caballero Reynaldo)

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“El de Elvis es el que menos me tiraba, el de Cat Stevens era el más bonito, el de los Who me daba un miedo terriblemente atractivo, y el de los Jethro Tull me volvía loco”

A Luis G. podemos llamarlo Caballero Reynaldo, como su proyecto musical: esa factoría de sonidos alucinantes e insospechados que cada poco nos sorprende con un nuevo disco. El último, el delicioso «Caballero Reinaldo y el visionario de Lupa», su particular lectura del folk. Como el hombre es raro, dice que fueron varios los discos que le cambiaron la vida.

 

 

Mis mayorcísimas hermanas quinceañeras tenían un buen arsenal de singles en casa, desde el ‘Venus’ de Shocking Blue al ‘Muchísimo amor’ de Led Zeppelin, pasando por el ‘Sugar sugar’ de The Archies, ‘Like a rolling stone’ de Bob Dylan, ‘Black is black’ de Los Bravos, etc. Singles que yo escuchaba mucho, pero creo que fue el ‘Chirpy chirpy cheep cheep’ de Middle Of The Road el primero que me causó sensación y el que de alguna forma hizo que el dedicarme a esto se estableciera en mi forma de ser. De lo que estoy seguro es de que incluso llegué a cantarlo a dúo con mi madre, porque ella terminó aprendiéndoselo de tantas veces que lo puse. Como ya digo, al tener hermanas mayores no recuerdo nada de mi vida sin vinilos de por medio: abrí los ojos y ya estaban ahí.

Los primeros discos que me compré yo fueron «The view from the top», de Cat Stevens; «This was», de Jethro Tull; «Tommy», de los Who; y «Rock & roll», de Elvis Presley. Pero esto fue mucho después de la época singlera, lo menos dos años más tarde, yo ya tendría diez u once años, y me los compré en una tienda de electrodomésticos en Cuenca, creo que los elegí por las portadas. Si hablamos de LPs, quizá de los cuatro que menciono el de Elvis es el que menos me tiraba, los tres restantes los machaqué de igual forma, el de Cat Stevens era el más bonito, el de los Who me daba un miedo terriblemente atractivo, y el de los Tull me volvía loco, recuerdo que de vez en cuando desaparecía la armónica del segundo tema, algo que me parecía cosa de magia, cuando simplemente era que la aguja estaba defectuosa y desaparecia un canal.

El de Cat Stevens sigue teniendo alguna de sus mejores canciones, de los Who me gustan hasta los andares cuando les toca su turno estacional, y de los Tull me hice muy fan durante toda la adolescencia, pero mis albumes preferidos son «A passion play» y «Minstrel in the gallery,» el «This was», su primer disco, digamos que todavía no es muy Tull. De Elvis qué decir, una de las mejores voces que han existido. Sigo escuchándolos todos, por supuesto, pero solo conservo en vinilo el de los Who, así que allá va la fotaza con él.

Anterior entrega de Punto de partida: Rebeca Jiménez y Van Morrison.

 

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