Operación Rescate: Desmadre 75

Autor:

Desmadre 75
«Todas sus grabaciones (1975-1977)»
RAMA LAMA, 2000

 

Texto: JUAN PUCHADES.

 

En 1975, Julio Seijas, Luis Gómez-Escolar y Honorio Herrero (posteriormente, habilidosos compositores, arreglistas y productores) conforman una agrupación humorística bajo el nombre La Charanga del Tío Honorio, con la que practican un humor burdo y dislocado en supuesto homenaje a los cazurros ciudadanos de la España más profunda. O sea, humor del subdesarrollo. La cosa les va bien y con éxitos como «Hay que lavalo» se ganan la vida durante un par de temporadas haciendo el paleto allí donde les contratan. Por otro lado, unos universitarios con ganas de pasárselo bien atacan la canción satírica desde Desmadre 73; 75, cuando llega ese año. Por medio de un amigo común, a estos últimos les llega “Saca el whisky, cheli”, tema firmado por los Honorios de la charanga. Hemos cerrado el cículo.

Con esa canción, típica del repertorio de la Charanga del Tío Honorio, Desmadre 75 logra un sorprendente gran éxito. Pero, más allá de las canciones de Seijas y Escolar (que conformarán la mitad del primer LP del grupo), el repertorio de Desmadre 75, el propio, tiene muchos puntos de interés, tantos como pocos nexos de unión con las canciones de los Honorios. Para entendernos, Desmadre 75 son un grupo humorístico, sí, pero, inteligente, influido tanto por Les Luthiers como por el rock. Sus canciones son descacharrantes dardos sobre la sociedad del momento (democracia, divorcio, y el incipiente hippismo ecologista), y nobles muestras de humor del absurdo que nada tienen que ver con la canción del güisqui con la que logran la fama. A medio camino entre la orquesta todoterreno y el rock progresivo español, lo de Desmadre resulta bastante sorprendente e inclasificable. Sus artífices son capaces de montarse todo un disco, el segundo, «Arradio canuto», como si se tratara de un programa de radio –fórmula luego empleada por multitud de agrupaciones–, incluyendo una impagable “Guía comercial”.

Como anécdotas cabe citar que entre sus filas militaba Seju Monzón –hermano de El Gran Wyoming, con el que compartiría experiencias musicales en Paracelso– y que se pueden escuchar las teclas de El Reverendo, teclista de los directos de Desmadre 75. Como segunda anécdota, y en absoluto menor, anotemos que la canción “Tengo una pena” la debieron de escuchar Los del Río cuando estaban en pleno parto creativo de la millonaria “Macarena”, con la que guarda un parecido más que razonable.

No pasarán a la historia como inventores de casi nada, pero este Desmadre fue un grupo recomendablemente divertido, que sólo dejó dos discos grabados («Aquí está el whisky, cheli», 1975 y «Arradio canuto», 1977), los que recogió Rama Lama en este doble CD.

[En este texto se publicó originalmente en EFE EME 20, de julio/agosto de 2000]

 

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