Marwán: «Como decía Pedro Guerra, hay que contaminarse»

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«Tenía ganas de revisitar mis canciones, de recordar la cantidad de experiencias, viajes y amigos que me han acompañado en todos estos años»

 

Celebrando el camino recorrido en la música, que se extiende ya la friolera de veinte años, Marwán está a punto de editar un disco en el que ha vuelto a grabar sus mejores canciones en compañía de otros. Tras lanzar un par de adelantos, “Mi paracaídas” con Izal y “La ecuación” con Miguel Poveda, le cuenta más detalles a Víctor Alfaro.

 

Texto: VÍCTOR ALFARO.
Fotos: SONIA GILA.

 

En el último año y medio Marwán y yo hemos coincidido en conciertos, entrevistas, comidas, paseos, radios y presentaciones del libro Marwán. El hijo del refugiado publicado por Efe Eme. Ha sido un periodo de tiempo complicado para el cantautor madrileño por el accidente que sufrió en Nueva York. Un accidente que le llevó a largas sesiones de rehabilitación para mejorar la movilidad de un brazo que, aunque hoy por hoy es totalmente funcional, jamás podrá mover y estirar como antes. Hoy Marwán me recibe en su nuevo estudio, un local enorme y muy acogedor en el que se nota que nuestro anfitrión se siente como en su propia casa.

 

¿Qué tal, Marwán? ¿Cómo estás?
Pues muy bien, Víctor. Contigo y con los lectores de Efe Eme no puedo estar más a gusto para hablar de música o de lo que sea.

 

Estamos en tu nuevo estudio, y quiero contarle a nuestros lectores que aquí hay carteles de cine enmarcados, un piano, dos grandes mesas, dos grandes sofás, estanterías repletas de libros de música, biografías, cancioneros, guitarras, vitrinas con objetos muy particulares, en fin… ¿Aquí están todas esas cosas que te hacen feliz y te inspiran?
Efectivamente, este es mi rincón. Desde hace un año es mi oficina, mi lugar de composición, mi lugar para encontrar a las musas, como me has dicho nada más entrar. He tratado de mezclar en estas paredes y estanterías muchas de las cosas que me han emocionado y que me resultan inspiradoras para ver si me provocan también esa emoción para que salgan más canciones.

 

Además, es un sitio enorme donde has celebrado hace poquito tu cumpleaños. Tu cumple con amigos y, de alguna manera, también tus dos décadas encima de los escenarios.
Llevo veinte años en el circuito de cantautores y publicando mis canciones. Estoy de celebración y he querido echar la vista atrás solo un poquito para hacer balance de todo lo que me ha ocurrido. A veces los artistas estamos siempre esperando lo siguiente, y más en este mundo tan frenético, tan voraz y tan de conseguir cosas. Y yo tenía ganas de revisitar mis canciones, de recordar la cantidad de experiencias, viajes y amigos que me han acompañado en todos estos años. Cuando llegue el otoño empezaremos una gira con muchas de mis canciones más especiales. Es imposible que estén todas, pero algunas de ellas las estoy regrabando con personas a las que admiro y quiero. El resultado es maravilloso. Ya habéis escuchado “Mi paracaídas” con Izal y “La ecuación” con Miguel Poveda, pero habrá muchos, muchos más.

 

«Con todo se gana y con todo se pierde, pero la calidad del disco no le va a tener nada que envidiar a cuando estaba con Sony»

 

¿Cómo fue el encuentro con Poveda? Parece, así de primeras, que tu música está muy alejada del flamenco, de la copla… Pero me vienen a la mente artistas como Carlos Cano, que supo combinar muy bien el amor a la copla y la composición de sus propios temas.
La canción de autor y la copla son dos géneros que nacen desde un sentimiento muy emocional y muy popular también. Ambas hablan de cosas muy íntimas y muy cotidianas. Simplemente utilizan diferentes formatos. Tal vez la canción de autor sea algo más poética, pero no hay más que acercarse a las coplas que cantaba tan maravillosamente bien Carlos Cano, como decías, para ver la carga poética de sus letras. Carlos narró la vida de España, de Andalucía, de una manera increíble. Con Miguel Poveda, qué puedo decirte… ¡Siempre lo he admirado! No soy un entendido en flamenco, ni mucho menos, pero lo de Poveda es una locura. Tú lo ves y es imposible que no te enamores, que no te traspase esa voz, esa forma de interpretar tan pasional… Coincidimos en el WiZink Center cuando homenajeamos a Luis Eduardo Aute y en ese momento mi mánager de entonces, Morgan Britos, nos presentó y hablamos de la posibilidad de hacer una colaboración en algún momento. Cuando compuse “La ecuación”, en 2016, prácticamente desde el principio supe que una voz flamenca le quedaría bien. Y a mi imaginación siempre venía la imagen de Miguel Poveda. Por el ritmo de la canción, por su armonía, estaba convencido de que una voz como la de Miguel sería espectacular y cuando se dio, cuando vino al estudio, nos quedamos estupefactos, de verdad. Es que llevó la canción a la estratosfera. Estábamos todos absolutamente emocionados en el estudio.

 

Marwán, estos adelantos formarán parte de un disco. Me has dicho hace un ratito que Luis Ramiro o Diego de Funambulista también estarán, ¿no es así?
Por supuesto, mis amigos y compañeros de siempre no podían faltar. También volverá a cantar conmigo Ismael Serrano…

 

¿Vas a incluir tu dueto de “La delicadeza” en el disco o será otra canción diferente?
¡Con otra canción distinta! Estoy muy ilusionado. Será mi tercera grabación con él. Y sobre sacar singles, es cierto que de alguna manera se le da una importancia grande a cada canción que se va presentando. Antes, cuando sacabas un disco, al final se escuchaban dos o tres singles. Ahora es diferente, aunque quiero dejar muy claro que esto va a acabar siendo un disco. Será un discolibro, pero no de poemas-canciones, sino que serán análisis de las canciones, de estos veinte años y mucho más. De hecho, se me ocurren cosas nuevas que incluir todos los días. El discolibro se sigue gestando y no descarto que acabe siendo un disco doble, por cierto.

 

Tú has vivido experiencias discográficas en multinacionales y experiencias independientes. En este disco, ¿bajo qué paraguas sacarás el disco?
Volvemos a la independencia. Con una gran distribución digital, pero al igual que El Kanka, como Izal o muchos otros, yo también he creado mi propia discográfica y con la ayuda de The Music Republic, mi agencia de management, lo vamos a sacar adelante. Es toda una aventura, la verdad. Cuando estaba en Sony había mucha gente trabajando en cada departamento, ahora nos toca estar mucho más encima, pero creo que también es muy bonito. Con todo se gana y con todo se pierde, pero la calidad del disco no le va a tener nada que envidiar a cuando estaba con Sony.

 

«Conociendo otras culturas nos volvemos más empáticos, más sabios, más cultos, más tolerantes, más abiertos»

 

Aluche siempre ha sido importantísimo en tu vida, y en el último año has dado dos conciertos masivos allí. ¿Qué tal la experiencia?
Volver a Aluche, al parque en el que jugué de niño, a ese auditorio en el que vi el primer concierto de mi vida con siete u ocho años… Por cierto, fue de Barón Rojo. En Aluche me he enamorado, en ese parque he aprendido a montar en bici, he jugado al fútbol, y en esta última ocasión la Casa Árabe ha querido celebrar el inicio del Ramadán conmigo. Pero desde un punto de vista no religioso, sino cultural. La cultura árabe no está especialmente bien vista en España, y si puedo poner mi granito de arena para erradicar algunos dogmas de la gente, pues bienvenido sea.

 

«Si la chica a la que no dejan salir / con el joven marroquí lo consiguiera», cantabas en una de tus últimas canciones.
Efectivamente. A ver, es complejo… Todo el mundo piensa que tiene la supremacía cultural o moral porque pertenece a una determinada religión o etnia, o a un determinado país o estatus. Y yo creo que hay que romper con eso. Hay que mezclarse, como decía Pedro Guerra, hay que contaminarse. Conociendo otras culturas nos volvemos más empáticos, más sabios, más cultos, más tolerantes, más abiertos. Hay que apreciar y respetar la diferencia. No entiendo cómo podemos ser tan obtusos en algunas ocasiones.

 

Los malditos prejuicios, Marwán. No solo ocurre a ese nivel… Volviendo a la música, me gustaría preguntarte por los prejuicios hacia la canción de autor desde los festivales. Algunos empiezan a romper esa especie de veto, pero aún es difícil.
A veces los cantautores hemos pecado de amateurs, y tal vez eso haya ido en nuestra contra. No es lo mismo un concierto en un bar que en un gran escenario. Pero también es cierto que en los últimos años cantautores como El Kanka, que hace unas canciones maravillosas y muy festivas también, ha ido consiguiendo hacerse un hueco en esos festivales. Y yo creo que estoy en un punto medio. Tengo canciones muy enérgicas que son perfectamente aptas para un festival y por otro lado tengo también canciones más tranquilas, baladas, etc. Ya sabes que desde que me rompí el brazo y dejé un poco de lado la guitarra mis conciertos son mucho más cañeros, y en alguna experiencia que he tenido en algún festival he funcionado muy bien. Ojalá que los festivales se vayan abriendo cada vez más, por supuesto.

 

Has estado viendo hace poco a Damien Rice en París, ¿qué tal?
Genial, la verdad. Para mi Damien Rice es el cantautor por excelencia. El cantautor absoluto. Le he nombrado en varias de mis canciones, una inédita; la otra es “Para siempre”. Es espectacular en directo. Su forma de cantar, de transmitir. Un espectáculo. Un ejemplo.

 

Para terminar, déjame que te haga la pregunta más difícil de nuestra breve charla (Marwán tiene una agenda de lo más intensa y los compañeros de Telemadrid han terminado de montar el set para entrevistarle a continuación): ¿qué le diríais al Marwán de hace veinte años?
Le diría que hizo bien las cosas. La verdad es que no tenía nada de información, ninguna preparación… Seguramente podría haber tomado mejores decisiones. Pero realmente lo más importante para mí son las canciones. Esa inquietud que tenía por hacer esas canciones, con ese tipo de letra, con ese tipo de formato, ya estaban ahí cuando era tan jovencito. Y creo que ese espíritu, esa pasión por hacerlas no ha cambiado prácticamente nada, así que le felicitaría por haberme dado la oportunidad de empezar a hacer ese tipo de canciones que tanto me gustan.

 

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