Los Zigarros: La resistencia del rock and roll

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«A pesar de que lo de Los Zigarros es rock and roll clásico, su discografía se va salpicando cada vez más de elementos fuera de esos ejercicios de estilo»

 

Los hermanos Tormo recalaron el pasado fin de semana en Madrid para presentar en vivo su último disco, Apaga la radio. Sergio Almendros acudió al segundo directo consecutivo que ofrecieron en la But.

 

Los Zigarros
Sala But, Madrid
11 de mayo de 2019

 

Texto y fotos: SERGIO ALMENDROS.

 

Llegado un momento en que parece que el rock and roll se encuentra casi en el periodo de descuento, que los tiempos definitivamente han cambiado y que los gustos de los jóvenes, aquellos que en otros tiempos alzaban la bandera del rock, se encaminan ahora a los sonidos urbanos y electrónicos, siempre es gratificante encontrar reductos en los que poder abrazar la esperanza. Los Zigarros es una de las bandas jóvenes nacionales que con mayor suerte se está aferrando a los sonidos puramente rockeros, habiéndose convertido con tres discos publicados en el nombre llamado a suceder a grupos de la talla de Tequila, Los Ronaldos o Los Rodríguez. Ellos mismos son conscientes de la delicada situación que atraviesan las guitarras en el panorama musical actual, como dejan patente en el título de su último disco, Apaga la radio, con el que se han confirmado ya en la primera línea. Y en medio de este panorama, con Madrid oliendo a entresijos y las calles plagadas de conciertos gratuitos, los hermanos Tormo llenaron este pasado fin de semana dos noches consecutivas la madrileña Sala But para demostrar que el rock and roll, como ya ha sucedido en otras ocasiones, como siempre sucede, resiste.

Abrió fuego el grupo Gallos, de (buenas) sonoridades parecidas a las del grupo que teloneaban, que no tardaron en clamar aquello de que son buenos tiempos para el rock and roll. Y nos lo queremos creer. A continuación, liderados por Ovidi y Álvaro Tormo, Los Zigarros ocuparon su lugar sobre las tablas bajo los acordes grabados de “La trampa”, esa balada acústica que abre su último trabajo y que es ciertamente un engaño, al igual que la apertura del show, ya que los derroteros no irán ni mucho menos por ese camino. El tema que verdaderamente inició las acometidas fue “Apaga la radio”, canción con reminiscencias a The Who y mensaje transparente. Le siguió otra de las nuevas, la stoniana “Espinas”, una canción bastante más potente que la anterior. Durante toda la noche se intercalaron los temas de sus tres álbumes casi con idéntico protagonismo de todos ellos y “No obstante lo cual”, la versión del clásico de los argentinos Riff que se incluía en su primer disco, fue la primera mirada al retrovisor, volviendo rápidamente al presente para brindar su revisión de “Mis amigos”, de Flying Rebollos.

 

“Los Zigarros tienen todas las papeletas para enarbolar la bandera del rock patrio”

 

Los primeros momentos álgidos de la velada no tardaron en llegar, quedando palpable que “A todo que sí”, su segundo álbum, parece ser por ahora el favorito de la audiencia. Dos de sus temas, “Baila conmigo” y “¿Qué demonios hago yo aquí?”, esta última una enorme canción con trazas de hit de largo recorrido, protagonizaron los primeros bailes colectivos y unánimes en una audiencia bastante más dispar de la mostrada tres años antes en el mismo sitio, donde los rockeros de pro inundaban casi exclusivamente la sala. A pesar de que lo de Los Zigarros es rock and roll clásico, con sonoridades clásicas y con influencia de los clásicos, su discografía se va salpicando cada vez más de elementos fuera de esos ejercicios de estilo que son a veces algunas de sus composiciones. Así, la triada “Con las manos rotas”, “Con solo un movimiento” y “Como un puñal” mostraron la cara más emocional de la banda, quizás la menos anglosajona y la más mediterránea.

Si había alguien a quien esta ligerísima bajada de velocidad le había llevado a cierto letargo, esto quedó solucionado instantáneamente con “Resaca” y “Voy a bailar encima de ti”, que quedaron perfecta y adrenalíticamente unidas. Después de lucirse instrumentalmente con “Wipe out”, de The Surfaris, “Listos para el despegue” ilustró otra de esas nuevas aristas que intenta sacar el grupo, en este caso resultando su canción más hard, la más cercana a Led Zeppelin, un hilo del que sería gran noticia que siguieran tirando. “Desde que ya no eres mía” regaló posiblemente la mejor y más sentida interpretación vocal de Ovidi, quien en algún momento de la noche y medio en broma reinvidicó su oficio entonando las primeras estrofas de “El cantante”, el clásico de Héctor Lavoe.

Tras regresar a los sonidos más evidentes con “Malas decisiones”, bailotear con el funk de “No sé lo que me pasa” y desplegar los rabiosos riffs de “Cayendo por el agujero”, con el acompañamiento a la (sangrante) armónica de Ángel Vera, se finalizó el grueso del set list con tres temas de A todo que sí: “Odiar me gusta”, “A todo que sí” (con el cantante de Gallos como invitado) y una enorme “Tenía que probar”, donde los dos hermanos volvieron a dejar en evidencia su poder con las seis cuerdas. La terna guardada para los bises fue tan esperada como celebrada, bailada y casi bramada, con los ecos de Tequila en “Hablar, hablar, hablar…”, de Los Rodríguez en “Dispárame” y de Los Rebeldes en “Dentro de la ley”, y demostrando una vez más que Los Zigarros tienen todas las papeletas para enarbolar la bandera del rock patrio. Mientras nos dejen.

 

Repertorio:
Apaga la radio
Espinas
No obstante lo cual
Mis amigos
Baila conmigo
¿Qué demonios hago yo aquí?
Con las manos rotas
Con solo un movimiento
Como un puñal
Resaca
Voy a bailar encima de ti
Wipe out
Listos para el despegue
Desde que ya no eres mía
Malas decisiones
No sé lo que me pasa
Cayendo por el agujero
Odiar me gusta
A todo que sí
Tenía que probar

Hablar, hablar, hablar…
Dispárame
Dentro de la ley