Los mitos de Cthulhu, de H.P. Lovecraft y Alberto Breccia

Autor:

LIBROS

«Un experimento artístico que busca una simbiosis entre cómic y literatura»

 

H.P. Lovecraft y Alberto Breccia
Los mitos de Cthulhu
ASTIBERRI, 2019

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

No hay ninguna duda de que Howard Philip Lovecraft es el maestro del terror cósmico y uno de los escritores más influyentes del siglo XX. Sus cuentos, basados en el mundo de Edgar Allan Poe, van mucho más allá y presentan como causa del horror no lo tangible y conocido, sino lo que no podemos conocer, abriendo así nuevas líneas a las que se acogieron en ocasiones Stephen King o Borges. También su influencia se traspasa al mundo del cine, de la música —el heavy metal más extremo le ha puesto un altar—, de los videojuegos o el cómic. En este último caso, su influencia se deja ver sobre todo en los años 70, coincidiendo con revistas como Creepy, Rufus o Vampirella.

Es en esta década cuando el uruguayo —aunque a los tres años se trasladó a Argentina— Alberto Breccia publica una selección de sus cuentos en colecciones de historieta italianas o argentinas. Breccia había sido hasta la fecha un dibujante extremadamente realista, al estilo americano, pero en este caso sorprendió por el tratamiento salvaje de la imagen, que a medida que pasan las viñetas se vuelve más difusa, incomprensible, a veces trazos gruesos al azar, convirtiendo su arte en un remedo de Jackson Pollock. Era la única manera de abordar unos argumentos en los que la locura y lo intangible se alían.

Es por ello que en las viñetas —puro dibujo— no hay globos, podemos percibir que entre esos negros y blancos en que Breccia siempre trabajaba, se cuelan texturas muy diferentes; no solo emulsiones o degradado, también collages o fotos reelaboradas que calzan ese mundo perturbador, esos sueños opresivos que crean monstruos con un dominio perfecto del tempo narrativo y la estructura.

Aunque esto ya lo dan los propios relatos de Lovecraft, que son mucho más barrocos en su estilo que lo que aquí se muestra, mucho más dado a un grado extremo de expresionismo, a veces incluso llegando a lo abstracto. Por ello, es esencial, en la obra, editada desde las tablas originales, el texto, que sigue con bastante fidelidad la trama y las palabras de Lovecraft. Y no solo es un apoyo esencial para entender lo que está creciendo en la viñeta, sino un experimento artístico que busca una simbiosis entre cómic y literatura, no únicamente como libro ilustrado, sino como encaje indisoluble entre la palabra y la imaginación.

Anterior crítica de libros: El libro de los adioses, de Ramón Pernas.

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