Los Evangelistas: Mensajeros de Morente

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«Salmodias de psicodelia jonda que evidencian, sobre todo, las claves desarrolladas por Los Planetas en la última década. Del mismo modo, algunos de los recovecos rítmicos y melódicos de Lagartija Nick»

Antonio Arias y J han unido fuerzas en Los Evangelistas, el proyecto con el que los núcleos principales de Lagartija Nick y Los Planetas unen fuerzas para recordar a Enrique Morente. Eduardo Tébar los vio en Granada, en el Sacromonte.


Los Evangelistas
18 de agosto de 2011
Museo Cuevas del Sacromonte, Granada


Texto y foto: EDUARDO TÉBAR.


Omnipresencia de homenajes a Enrique Morente a lo largo del verano. Entre la avalancha de fastos dedicados a la memoria de El Ronco, anoche se vivió una liturgia en su casa. En el Sacromonte, corazón de la casta flamenca granadina, cerca del intrincado albaicinero que le vio nacer. Curiosa coincidencia: la ceremonia se celebra en el mismo marco donde hace ocho años tuvo lugar el tributo a Joe Strummer, semilla del último proyecto de su batería de juventud, Richard Dudanski. En aquella ocasión también participó Antonio Arias, cerebro e impulsor, con J, de Los Evangelistas. Algo nuevo nace otra vez en las entrañas de las cuevas.
El líder de Lagartija Nick lo anticipó en EFE EME: “Nos corresponde evangelizar como Morente nos evangelizó a nosotros”. El núcleo duro de Los Planetas –J, Florent y Eric Jiménez– se apoya en el bajo y la voz de Antonio Arias para formar Los Evangelistas. Tras el impacto de “Omega”, se sabía de la habilidad taimada de Enrique Morente para captar a músicos del pop hacia el clan flamenco. En ese sentido, Arias y J son alumnos aventajados. Demasiadas jaranas con el «Maestro». Demasiadas partidas de ajedrez. Demasiadas píldoras filosofales. Morente ejerció de faro: la antorcha decisiva en las carreras de Lagartija Nick y Los Planetas. Los pupilos se encargan ahora de catequizar el legado. Una obra que, más allá de “Omega”, resulta desconocida para el público no profeso.

A falta de grabar algunas voces, el disco de Los Evangelistas está prácticamente rematado. En principio, el trabajo verá la luz en octubre. Mientras tanto, la experimentación en directo. Salmodias de psicodelia jonda que evidencian, sobre todo, las claves desarrolladas por Los Planetas en la última década. Del mismo modo, algunos de los recovecos rítmicos y melódicos de Lagartija Nick desde “Lo imprevisto” (2004). El embarazo del repertorio morentino supone una suave evolución en las membranas creativas de J y Antonio Arias. Son conscientes: la sombra de Enrique Morente les perseguirá de por vida. Jugoso lastre para dos estudiosos de la plasticidad sonora de la tribu de Rocky Erikson en los sesenta.

Atavío de velas e incienso. Después del estreno en la Noche Blanca del Flamenco en Córdoba hace dos meses, el escenario sacromontino ofrecía la complicidad necesaria para una actuación con visos de cónclave familiar. Hasta el punto de contar con el técnico de confianza de Morente y de los propios Planetas, Pablo Sánchez, en la sonorización. La presencia de Eric en la batería confiere toda la legitimidad imaginable al asunto. Y los mantras espaciales de Florent con la guitarra redimensionan el discurso. Lo convierten en música cósmica. ¡Incluso mística! El Morente que osaba cantar por tangos a San Juan de la Cruz, el de “Cruz y luna” (1983), capitaliza gran parte de la atención de Los Evangelistas, que se inclinan por composiciones de vocación popular (‘Un pastorcito’, ‘Encima de las corrientes’, ‘Árboles’).

A su vez, atacan la gran obra de transgresión religiosa de Morente, “Misa flamenca” (1991), con un ‘Gloria’ ceremonial en la fase de arranque. Los Evangelistas evitan clichés y lugares muy transitados. Adaptan al Morente que jugaba con la poesía no flamenca de Manuel Machado (‘Yo, poeta decadente’). Reviven “Sacromonte” (1982), cumbre obligada (‘Decadencia’, ‘Amante’). Y al Morente arrebatado de “Despegando” (1977) con ‘Estrella’, embrujando al público para una didáctica traca de bises. Es a estas alturas cuando J explica que se inspiró en unos fandangos de Morente para reformular ‘Ya no me asomo a la reja’ en “La leyenda del espacio”. Sobrecogimiento en ‘Ciudad sin sueño’: Antonio Arias se lanza sin pudor a las aguas de la jondura. Coherencia en la despedida: ‘Que me van aniquilando’. Morente y Los Planetas. Morente por tangos. En la senda de la evangelización.

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