1001 Músicas CaixaBank: el sueño de ver a tus ídolos en la Alhambra

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«Es música patrimonial en un espacio patrimonial»

 

Vuelve un año más el festival 1001 Músicas CaixaBank a Granada, los próximos meses de julio y septiembre. La cita con imponentes nombres de la escena nacional e internacional en un marco de ensueño, la Alhambra. El director de esta iniciativa, Pepe Rodríguez, nos da detalles en su charla con Eduardo Tébar.

 

Texto y fotos: EDUARDO TÉBAR.

 

Hay un hombre en Granada que lo hace casi todo. El nombre de Pepe Rodríguez está ligado a los grandes acontecimientos musicales que se han celebrado en esta ciudad desde hace más de tres décadas. Este veterano promotor de conciertos dirige ahora con verdadera pasión el ciclo 1001 Músicas CaixaBank, que en su cuarta edición consagra el reto de traer a figuras de primer nivel nacional e internacional del pop y del rock al Teatro del Generalife, en el entorno monumental de la Alhambra.

Pepe Rodríguez, al frente de la promotora Proexa, cumplió un sueño el año pasado con la actuación de Bob Dylan en este enclave único en el mundo. Esta vez sucederá algo parecido con Patti Smith (el 21 de septiembre), que cantó por última vez en la ciudad un verano, hace dieciséis años, en formato íntimo en la puerta de la residencia de la familia García Lorca en la Huerta de San Vicente. Además, el festival cumple con lo que promete su nombre: en esta edición habrá jazz (Diana Krall, el 23 de julio) y surcos mediterráneos con Noa. Una programación en la que también figuran nombres tan variados como los de Simple Minds, Vetusta Morla, PsychedelicFurs, Mikel Izal, María José Llergo, Coque Malla y Amaral.

 

1001 Músicas CaixaBank cumple cuatro ediciones. ¿El sueño es ya una realidad?
El rango de conocimiento del festival ya percibimos que es bastante elevado, pero queda mucho camino por recorrer. Sobre todo fuera de nuestra ciudad. Hay gente que no lo conoce y hay gente a la que le sorprende que este tipo de artistas estén actuando en la Alhambra. Este año ha sido difícil cuadrar el cartel a todos los niveles, porque cada vez hay más festivales y más competencia. El mes de septiembre lastra también a la hora de las giras internacionales. Afortunadamente, este año lo hemos podido compensar al facilitarnos el Patronato de la Alhambra la opción de hacer unos conciertos extraordinarios en julio. En el futuro, es posible que la tónica habitual sea combinar fechas en julio y otras en septiembre. Esto nos ha permitido poder engancharnos con más facilidad a las giras de artistas de peso como Diana Krall y Simple Minds. Con Diana jugábamos con ventaja porque se lo dijimos a su marido, Elvis Costello, en el camerino el año pasado. Me dijo: «Tú invita a mi esposa y así vuelvo yo otra vez».

Hasta ahora ha funcionado ese equilibrio entre artistas nacionales e internacionales en el cartel.
La línea sigue siendo la misma. El espectro es muy amplio, heterogéneo y ecléctico. Tenemos desde una prometedora artista como es María José Llergo hasta otra veteranísima como Patti Smith. Pero en cierto modo son caras de la misma moneda. A la Llergo la hemos invitado porque está cogiendo un camino rupturista que me hace ver en ella a la misma Rosalía que vi hace cuatro años, justo antes de pasarse a la onda más latina. Veo en María José Llergo esa heterodoxia y esas ganas de hacer algo diferente dentro del flamenco, precisamente en un momento en el que estamos necesitados de figuras populares para el flamenco. Ocupa un gran lugar dentro del cartel. Y luego hay artistas contemporáneos. Música hacia el Mediterráneo con Noa. Clásicos del afterpunk del sonido de los ochenta como Psychedelic Furs o Simple Minds. O el indie nacional con Mikel Izal y Vetusta Morla. Es muy variado. Son diez artistas: cinco nacionales y cinco internacionales; cinco masculinos y cinco femeninos. Yo no había pensado en nada de eso, la verdad, pero cuando luego veo el cartel escrito en mi mesa me doy cuenta de que más paridad, imposible. Y eso tiene cierto sentido. Este año no hemos podido tener a ningún granadino. La gente que queríamos de Granada no estaba disponible. En las anteriores ediciones siempre hubo un artista de Granada.

Bueno, pero el patrimonio monumental de Granada envuelve cada concierto. Granada se respira en cada una de estas veladas y es una experiencia mágica.
Es música patrimonial en un espacio patrimonial. Sabemos del peso y la importancia que tiene la Alhambra. No hay más que sentarse un par de mañanas ahí arriba y ver pasar a gente del mundo entero. Nosotros queremos generar otro prisma, otra visión de la Alhambra a través de las músicas populares del siglo XX. Y algo que también sirva a nuestra ciudad. Granada tiene todos los días en cola a miles de personas que quieren venir. Eso es cierto. Pero eso no debería llevarnos a acostumbremos a ello y que no seamos ambiciosos en otros aspectos. Nosotros intentamos que haya otra visión más global, más cosmopolita, de nuestra ciudad y del monumento. De cara al futuro estamos pensando en ideas como retransmitir algún concierto en streaming o hacer algo especial con alguno de los artistas que vengan en algunas salas de la Alhambra. En este sentido, el actual director del Patronato, Rodrigo Ruiz-Jiménez Carrera, tiene una visión muy creativa sobre lo que es el festival, el monumento y la incidencia en la ciudad. A veces, cuando nos tomamos un vino o una cerveza, imaginamos a un artista haciendo algo en el Patio de los Leones. ¿Y por qué no? Siempre que seamos respetuosos y cuidemos el entorno, no debería ser algo imposible. Todo eso a pesar del talibanismo granadino y de los factores contra los que hay que luchar en nuestra ciudad.

A este ciclo acude gente de otras provincias e incluso de otros países y continentes. ¿Qué tal el feedback?
Es muy emocionante leer comentarios en redes sociales o los correos que nos hacen llegar sobre el placer añadido que ha supuesto en su visita ver a su artista favorito en este contexto. El año pasado fue el primero en el que vendimos entradas en Australia y Nueva Zelanda, en Oceanía, así que hemos llegado bien lejos. Hubo gente que nos dijo que para ellos había sido increíble ver a su artista favorito allí y disfrutar del atardecer de Granada desde la Alhambra.

Recuerdo caras de fascinación en el ambigú el año pasado ante esa puesta de sol antes del concierto de Bob Dylan.
Fue bestial. Esa gente que no es de aquí y vieron aquella estampa única son nuestros principales voceros luego a nivel internacional. De hecho, estamos empezando a trabajar ya en ideas de cara al próximo año para acudir a las misiones comerciales de turismo andaluz, tipo World Travel Market o ITB Berlín, e incluso realizar alguna presentación por nuestra cuenta en alguna capital europea para llegar a más público, partiendo de la base de que el aforo que tenemos es de mil quienientas personas. Con esto no podemos crecer a lo alto. Solo podemos crecer a lo ancho. Es más Granada, más Alhambra y más artistas de peso. Necesitamos acudir a mercados internacionales para empezar a computar. Necesitamos prescriptores del festival.

En términos de grandes aforos, ahora vemos a Saiko llenar dos veces el estadio de Los Cármenes y una programación más o menos regular en la Plaza de Toros. ¿Qué le falta Granada?
Falta que volvamos a estar en las grandes agendas internacionales. Los grandes festivales traen a Rage Against the Machine, Muse… Oye, pues a todas esas bandas yo las traje a Granada cuando eran de Palacio Municipal de Deportes y Plaza de Toros. Depeche Mode, The Chemical Brothers, Bruce Springsteen… Si extrapolas el rango de crecimiento de estos grupos a los estadios, nos hemos quedado fuera. Me alegro mucho por Saiko y por las facilidades que le han dado. Nosotros intentamos hacer una cosa importante en Los Cármenes este año y no hubo forma. En el ámbito del pop rock anglosajón internacional de peso, si Granada quiere volver a pintar algo en la ecuación pasa por activar el estadio de Los Cármenes para una o dos fechas al año.

 

«Son diez artistas: cinco nacionales y cinco internacionales; cinco masculinos y cinco femeninos. Cuando veo el cartel escrito en mi mesa me doy cuenta de que más paridad, imposible»

 

Algunos recordamos con nostalgia cosas como lo de REM en Los Cármenes.
Dímelo a mí, que fui el promotor. Éramos Champions League dentro de la primera división. Para volver a eso hay que activar el estadio de Los Cármenes y un modelo de ciudad que externamente enseñe que quiere apostar por esto, que quiere apostar por la música de manera transversal y global. Y que el peso de lo local nos haga también ser reclamo. Ni una sola vez se ha hablado de los datos reales de impacto de la música en nuestra ciudad. Me refiero al impacto en economía real, empleo, difusión de la ciudad, en todo lo que genera… Si se hiciera, sería primera página en todos los periódicos en cualquier sitio. Pero aquí no. Luego, la calle es otra historia: la gente te lo agradece. Por otro lado, debemos tener mucho cuidado y respeto con la cantera, con las salas. Con Planta Baja, con el Lemon Rock, con la Industrial Copera, con el Eshavira, con el Liberia… Para mí, la felicidad más absoluta es entrar en cualquier bar en una ciudad y encontrar a gente tocando. Cuando entras, te asomas y ves música en directo, ahí te quedas. Granada es eso y es mucho más. Dentro de nuestras aspiraciones a la Capitalidad Cultural Europea 2031,falta ese encuentro global de las autoridades de las distintas instituciones con el sector de las músicas populares de la ciudad para ser cara de este proyecto y ser parte del relato que Granada tiene que construir, que evidentemente pasa por la Universidad y la riqueza monumental, pero también pasa por la música popular.

En este contexto, ¿cobra incluso más valor una apuesta como la de 1001 Músicas CaixaBank?
Peleamos contra corriente. Toda mi carrera se ha caracterizado por eso. Envida de mi socio Javier Lapido, el objetivo era hacer las cosas aquí, no ir a Madrid. Y lo conseguimos sobradamente. No tenemos la población de Madrid o Sevilla. Ni tantos grandes aforos. Se tiene que dar a la circunstancia de que se alineen todo lo público y lo privado.

 

CONEXIÓN LORQUIANA

Hablemos de música. El año pasado cerraste un círculo con Bob Dylan. ¿Ocurrirá algo similar con Patti Smith?
Patti Smith es otro de esos anclajes emocionales con Granada y Federico García Lorca. Patti fue la primera artista que trajimos a la casa de Lorca por el centenario, en junio de 1998. Ella ya era fan de Federico, pero se enamoró totalmente de la casa, de Granada y del contexto. Cuando este año la invitamos a actuar, tardó menos de veinticuatro horas en contestar afirmativamente y en concedernos un concierto fuera de su gira europea. Viene expresamente para este show, para el que nos ha prometido alguna sorpresa. Viene porque es la Alhambra y por el amor que le tiene a esta ciudad y a la obra de Lorca. Con ellos dos, con Dylan y con Patti, esa parte me va a quedar ya un poco cubierta. Pero todavía existen desafíos. Estamos pensando en gente como Morrissey, Eddie Vedder…Nuestro objetivo es llegar a lo más alto con los artistas más importantes del mundo. Que sea un gran titular en España, en Nueva Zelanda, en Nueva York o en Ciudad de México.

La última visita de Patti Smith fue en 2008, en la Huerta de San Vicente. Apareció con un libro de Lorca en la mano.
Vino porque la invitó personalmente Laura García Lorca. De alguna manera, con ella el punk llega al Generalife.

El ciclo se desarrolla en septiembre, pero hay dos citas programadas en julio: Diana Krall y Simple Minds.
A Diana Krall ya la trajimos Javier Lapido y yo en 1997 para el Festival de Jazz de Granada en el Teatro Isabel la Católica. Su carrera estaba despegando y me pareció impresionante. En los estándares del jazz vocal es fantástica. Es una mujer absolutamente legendaria y clásica en su estilo. Era alguien a quien queríamos invitar. La presencia de Elvis Costello el verano pasado nos lo puso a huevo. Y, por suerte, como nos concedieron las fechas de julio, tardó muy poco en confirmarse. Igual que el 26 de julio con Simple Minds. La anterior vez que los traje a Granada, al Palacio de Congresos, Jim Kerr no conocía la ciudad; salió un poco y se quedó alucinado. No pudo entrar a la Alhambra porque venían justos de tiempo. Si hablamos de nombres clásicos, la presencia de Simple Minds en 1001 Músicas está totalmente justificada.

Vetusta Morla han anunciado que se tomarán un descanso después de septiembre. ¿Se ha notado el efecto?
Quedaban muy pocas entradas y cuando anunciaron su despedida los fans apretaron. Cuando íbamos a hacer la primera edición de 1001 Músicas, el covid la tumbó. Tuvimos que cancelar la rueda de prensa porque unos días antes nos mandaron al confinamiento. La banda que iba a estrenar1001 Músicas hace cinco años era Vetusta Morla. Estaba cerrado y confirmado. Más tarde insistí con ellos y aceptaron venir al Generalife. Quien los ha visto en los últimos años sabe que son un ente total; seis músicos empastados con un sonido como ninguna otra banda española y con un concepto de las canciones y de la escenografía de rango internacional. Espero un concierto fantástico.

En 2008, Vetusta Morla dejaron a cientos de personas sin poder entrar en la sala El Tren de Granada. Luego entendimos que no solo estaba pasando algo con este grupo, sino en el paradigma del indie español.
Se acogen a algunas formas muy de los Radiohead posteriores a Kid A. Un camino cada vez más enrevesado. Es curioso: iban a ser los primeros en venir y, sin embargo, este concierto en el Generalife tendrá para ellos cierto sabor a despedida.

Cierto sector, incluidos músicos granadinos, agradecerán la presencia de Psychedelic Furs.
Y no los tenía en el radar. Teníamos cerrado a un artista que sufrió un accidente que obligó a cancelar la gira. Buscamos alternativas y el mismo agente nos propuso Psychedelic Furs. Y ahí me tocó, porque soy fan. Para mí es un grupo que significaba mucho en los años ochenta. Tienen canciones increíbles. Para mí, la forma de cantar de Richard Butler luego se replica en los noventa con gente como Eddie Vedder. Y siguen estando en magnífica forma y con grandes temas, así que no me lo pensé mucho. Además, están haciendo un gran esfuerzo, porque interrumpen unas fechas que tenían en Portugal para venirse para acá y luego volver.

 

«Patti Smith es otro de esos anclajes emocionales con Granada y Federico García Lorca»

 

La película Call me by your name provocó un repunte de popularidad de “Love my way”. En garitos como el Ruido Rosa de Granada ahora es un himno.
La canción que daba nombre al disco Forever now me lleva a un viernes por la noche cualquiera en 1982 en el Silbar, en la calle Pedro Antonio de Alarcón, cuando nos juntábamos todos los amigos. Cierro los ojos y veo allí a los 091. José Antonio García de camarero. Tacho y José Ignacio Lapido sentados en el fondo. Jesús Arias fumando un cigarrillo en la entrada. Esa canción tiene siempre el poder de llevarme a esos días. Que ahora, cuarenta años después, esté teniendo otro repunte de popularidad el “Love my way” me alegra muchísimo. Me consta que Eric, Antonio Arias y muchos conocidos de aquí de Granada están locos por verlos.

Por otro lado, Noa, que ahora tiene que hablar en todas las entrevistas del conflicto en Oriente Próximo.
Decidí invitarla sin pensar en la geopolítica. Uno no piensa en las guerras a la hora de hacer conciertos.P ero el hecho de haber invitado a Noa este año, en plena eclosión del conflicto entre Palestina e Israel, nos está haciendo recibir presiones de un montón de gente pidiéndonos que cancelemos. Increíble. Hasta donde yo conozco, esta señora se ha distinguido siempre por reivindicar la paz. Ocurre lo mismo con el director de orquesta Daniel Barenboim. Que me explique a mí alguien esto, porque yo ya no entiendo este mundo ni esta basura de cancelar las cosas por narices. El arte es arte. Y a la gente le gusta o no le gusta. Se compra una entrada o no. Ella acudió a nuestra rueda de prensa en Madrid y fue muy emotivo. Me agradeció públicamente haberla invitado a nuestro festival en un año en el que los promotores europeos no están contando con artistas israelíes. Joder, yo ni siquiera había pensado por una décima de segundo en eso. No sé lo que pasará de aquí al 13 de septiembre, pero nuestra intención es que este año las 1001Músicas giren un poco la mirada hacia el Mediterráneo. Estamos hablando más de política internacional que de su música. Y eso es jodido.

En cuanto a Mikel Izal, esto es lo único que le faltaba en esta ciudad, porque ha vivido llenos épicos e Izal se forjaron tocando en sitios como la antigua sala Polaroid.
Decidimos invitarlo el verano del año pasado, cuando su manager me enseñó las maquetas de lo que iba a ser su disco. Me gustó, porque entendí que cogía un camino por vericuetos más emocionales. Su manager me contaba que Mikel está escuchando últimamente cosas tipo Bon Iver. No pude estar en el concierto en el Palacio de Congresos y tengo ganas de verlo ahora en el Generalife. Evidentemente, es un artista reputacional, conocido y que aporta a la programación.

Y María José Llergo, que arrastra la eterna comparación con Rosalía, tiene un discurso muy bien armado.
Tiene por delante una gran carrera. Ya ha actuado en Nueva York y en capitales internacionales con muy buena acogida de público y de crítica. Yo tengo muchas, muchas ganas de verla. Es la apuesta más joven que hemos podido hacer durante estos años. Y quizá las más rupturista que hemos programado. Una mezcla de tradición y vanguardia.

Otro: Coque Malla. Su carrera ha crecido mucho en la última década,pero hace un par de décadas lo podíamos ver en distancias muy cortasen salas como la añorada Sugarpop.
Siempre tiene que haber un concierto de rock al estilo clásico en esta programación. Es amigo personal y te puedo decir que está emocionado de cojones con venir al Generalife. A continuación tendrá un concierto muy lejos, pero no dudó en aceptar porque valora mucho esta invitación. Tenemos muchas ganas de verlo en el Generalife y él de venir.

Y lo de Amaral conecta con el relato que ofrece 1001 Músicas. Los zaragozanos han demostrado con creces su devoción con Granada.
Es que Amaral, sin ser granadinos, son Granada. Son buenos amigos, nos conocemos desde hace muchísimos años. Hemos trabajado juntos en muchísimas ocasiones. Juan Aguirre vino el año pasado a ver a Suede en el Generalife. Estábamos tomándonos un vino y le dije: «El año que viene os invito». Realmente fue el primer artista que confirmamos. Y ha sido el primero en agotar todas las entradas. Ellos están muy contentos con actuar aquí y con que se hayan agotado ya los tickets.

¿1001 Músicas CaixaBank es una rareza en el panorama festivalero?
No podemos competir con festivales de grandes aforos o con otros festivales de autor que tienen más recursos para ofrecer dinero a los artistas. Nosotros tenemos la Alhambra. Necesitamos que la Alhambra compute de verdad en nuestro festival en todos esos rankings del sector. Vamos poco a poco. Este año hemos firmado un convenio de patrocinio con Renfe. ¡Nos van a poner en las principales estaciones de AVE de España! Esto va a estar bien a efectos de comunicación. Seguiremos peleando por la ciudad.

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