La cara oculta del rock: La responsabilidad del pipa de los Byrds

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«Si los Byrds dejaban en manos de cualquiera la creación de sus canciones, cualquier lluvia de botellas se quedaba corta. Los Byrds estaban perdiendo el norte y volaban hacia una dirección equivocada»

En 1971, los Byrds estaban en sus horas bajas. El álbum “Farther along” daba muestras de agotamiento por parte del grupo, hasta tal punto que uno de los pipas de la gira se encargó de componer una de las canciones: ‘B.B. Class Road’. Pero ahí no quedó la cosa, ya que cuando se publicó el disco, también la voz principal del tema se atribuyó al pipa. ¿Verdadero o es otra leyenda urbana del rock?

 

Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.

 

Solo habían pasado seis años desde que los Byrds debutaran en el mundo del rock en 1964, pero en 1970, del quinteto original, solo se mantenía Roger McGuinn. Clarence White, a la guitarra, Skip Battin, al bajo, y Gene Parsons, a la batería, acompañaban a McGuinn en una de las formaciones más estables de un grupo cuya existencia estuvo marcada por numerosas idas y venidas de diferentes músicos. Esta alineación lanzó el álbum doble “Untitled” (1970), titulado así por un malentendido. El primer disco estaba compuesto por temas interpretados en directo y el segundo estaba formado por canciones nuevas de estudio. Los Byrds habían resurgido de sus cenizas como un Ave Fénix mientras estaban envueltos en multitud de actuaciones en directo. Sin embargo, el grupo no pudo mantener el listón y pincharon con su siguiente trabajo, “Byrdmaniax” (1971), entre otras cosas, por la producción de Terry Melcher. Para intentar pasar por alto este tropiezo e intentar hacerlo olvidar, la banda lanzó al mercado con tan solo cinco meses de diferencia otro álbum, “Farther along” (1971). Este trabajo fue un disco precipitado y poco elaborado. Los Byrds ya no parecían tan unidos.

Entre los altibajos del álbum, se encontraba una canción estrafalaria que resultó ser más un valle que una cresta dentro del disco: ‘B.B. Class Road’. Con ella, los Byrds pretendían rendir un peculiar homenaje a los “roadies”, también conocidos como pipas, aquellos trabajadores encargados de montar las actuaciones de los grupos durante sus giras. El tema comenzaba con la siguiente introducción: “¡Escuchad! Esta canción está dedicada a todos los pipas que no importan un pito en cualquier parte del mundo. Queremos que sepáis lo que pensamos de vosotros”. La letra estaba escrita en primera persona, desde el punto de vista del pipa, hablando de la vida que le había tocado llevar. Y para explicar este modo de vida, nada mejor que emplear a un pipa de verdad para que se encargara de la letra. Stuart “Dinkie” Dawson, que trabajaba para los Byrds en ese momento, fue el autor de la canción, pero lo más llamativo del tema no fue eso, sino la desconcertante interpretación vocal. ¿Quién cantaba esa canción de los Byrds que no sonaba como solían sonar los Byrds?

Stuart “Dinkie” Dawson no tuvo suficiente con ser el pipa del grupo ni con componer una canción, sino que también se permitió el lujo de cantarla. ¿En qué estaba pensando Roger McGuinn como líder en ese momento? El biógrafo Johnny Rogan no dejó títere con cabeza al hablar de la composición: “’B.B. Class Road’ es otra canción por debajo de la media cantada por el pipa de los Byrds, Stuart ‘Dinkie’ Dawson. Dawson tenía la idea para la canción y Gene Parsons añadió la melodía. Lamentablemente, debemos admitir que esta canción no posee el sonido distintivo de los Byrds. Literalmente, podría ser cualquiera cantando y tocando. Que a un simple pipa se le permitiera aparecer en un álbum tan fácilmente es el testamento de la pérdida de control y de la falta de interés en el grupo por parte de McGuinn”. Al final de la canción se escuchaban cascos de botella de cerveza. No era para menos. Si los Byrds dejaban en manos de cualquiera la creación de sus canciones, cualquier lluvia de botellas se quedaba corta. Los Byrds estaban perdiendo el norte y volaban hacia una dirección equivocada.

Durante mucho tiempo se dio por sentado que aquella voz cavernosa provenía de las cuerdas vocales de Stuart “Dinky” Dawson, pero el batería Gene Parsons fue claro al respecto: “Yo quería que Dinky cantara esta canción, pero Dinky insistió en que lo hiciera yo. Hasta ahora, todo el mundo pensaba que lo había hecho él. Intenté cantarla con un exceso de testosterona, con el verdadero espíritu del rock & roll”. Así que todos aquellos que se quejaron por la canción, si querían buscar un responsable, estaban apuntando a la persona equivocada. “Estaba fingiendo que era otra persona”, recordó Parsons. “Stuart y yo colaboramos y yo soy el que gruñe y aúlla en la voz. Puede que Dinky hiciera los coros y que estuviera involucrado en la grabación. Se oyen cristales rotos al final, eso fue idea suya”. No obstante, aunque el pipa no cantara, sí es cierto que participó en la creación de la polémica canción.

Sin embargo, Dinky no fue el primer “roadie” que participaría con los Byrds, el anterior “road manager”, Jimmi Seiter, se convirtió en una especie de quinto Byrd durante la época del “Byrdmaniax”, como si fuera un miembro más. Así se lo explicó a Fernando López Chaurri en el libro “The Byrds. Más jóvenes que ayer” (Ediciones Lenoir): “Clarence White y Terry Melcher fueron quienes me pidieron que actuara en directo con los Byrds para reforzar el ‘feeling’ de las canciones. En los viejos tiempos, cuando algunos de los chicos no podían intervenir en algún programa de televisión, yo era el encargado de sustituirles y a comienzos de los setenta me convertí en el percusionista oficial del grupo”. Seiter también se posicionó al hablar de su sustituto: “Yo me marché del grupo cuando conocí a “Dinky” Dawson y le llevé a Estados Unidos… un gran error”.

Como los Byrds parecían caer en picado con sus dos últimos trabajos, el grupo trató de remontar el vuelo y Roger McGuinn se reencontró con sus antiguos compañeros, Gene Clark, David Crosby, Michael Clarke y Chris Hillman, para el que sería el álbum final de la banda, “Byrds” (1973). Así los Byrds originales volaron por última vez.

 

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