Fangoria: «La música rock está un poco acabada»

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Nacho Canut: «La música pop es eso, como el teatro de Grecia: una exageración»

 

Canciones de OBK, Family Parade, Los Planetas o Carlos Berlanga conforman el nuevo disco de versiones que editan Alaska y Nacho Canut, titulado Extrapolaciones y dos preguntas. Un colorido collage de temas ajenos del que hablan con Carlos H. Vázquez.

 

Texto: CARLOS H. VÁZQUEZ.
Fotos: GORKA POSTIGO.

 

Desde el pasado hasta el futuro, Fangoria cantan en ciencia-ficción. Son capaces de volver atrás en el tiempo y transformarse en extraterrestres. A Nacho Canut se le imagina con un traje rojo al estilo Star Trek, a Olvido (Alaska) como una de las lagartas de la serie V. En el presente, Fangoria publica en Extrapolaciones y dos preguntas (1989-2000) (Warner, 2019), un repertorio de quince temas escogidos entre los preferidos de Alaska y Nacho Canut desde 1989 al 2000. Después del último trabajo con canciones nuevas, Canciones para robots románticos (Warner, 2016), Fangoria se vuelven transformistas de personalidad para reinterpretar sus propias influencias.

 

¿Qué piensa Fangoria de la traición?
Alaska:
Hombre, literariamente es muy interesante.
Nacho Canut: Sí, para las series como Dinastía o Juego de tronos, pero para el día a día no, porque no se suele dar.
Alaska: Yo no tengo esa sensación.

 

Pero tenéis canciones que hablan de la traición: “La sombra de una traición”, “El arte de decir que no”, “Basura”, “Jason y tú”…
Nacho Canut:
Sí, pero porque son de divas rabiosas. Es todo exagerado.
Alaska: Piensa que Cumbres borrascosas o Dinastía son nuestras referencias.
Nacho Canut: Es algo que se hace como un drama, no como una comedia. La música pop es eso, como el teatro de Grecia: una exageración.
Alaska: Pero no es una cosa autobiográfica.

 

Cuando los dos respondéis algo, ¿lo hacéis al cincuenta por ciento?
Alaska:
A veces sí y a veces no. Uno dice una cosa y el otro se encarga de aclarar que no piensa así.
Nacho Canut: Las letras son todo ficciones, pequeñas obras de teatro con personajes que se crean. No somos cantautores ni cantamos del corazón, somos más parecidos al arte de Andy Warhol, que no retrata la naturaleza ni algo que ya existe, sino que lo mejora: si va a ser una tragedia, será una tragedia muy exagerada, como la copla.

 

¿Una realidad distorsionada?
Nacho Canut:
Por supuesto.
Alaska: Todas las realidades son distorsionadas.
Nacho Canut: Pero las de la música pop lo son más.

 

Seguro que con la siguiente pregunta coincidimos todos: ¿qué opináis de David Bowie?
Alaska:
Pues no sé si coincidimos los tres, porque no puede ser lo mismo para ti (por edad) que para nosotros, que es más contemporáneo en el sentido de que teníamos doce años y él entonces se teñía el pelo de naranja. Y nadie decía que era Dios.
Nacho Canut: No existía nada de género ni de travestismo.
Alaska: Es algo puro, un hombre maquillado con tacones. No hay implicaciones de género ni nada; es fascinante.
Nacho Canut: Para nosotros no, porque éramos pequeños, pero para alguien que tuviera veinte años ya vería lo del género. Para nosotros era un cantante como Gary Glitter que estaba a la vez que los Rolling Stones o que Led Zeppelin.
Alaska: Tú ya tienes esta idea de Bowie como Dios y que todo el mundo opina que es total, pero cuando nosotros éramos pequeños Bowie era lo peor.
Nacho Canut: ¡La crítica era malísima con él! Que no sabía qué hacer para llamar la atención, que su música era derivativa… Ahí aprendes lo que es la crítica musical y lo que tú ves, que es diferente a lo del crítico. Recuerdo recortar una crítica a Alice Cooper y ponerla en el corcho que tenía en la habitación cuando era pequeño. Era una crítica contra él y contra Bowie. No sé si era del Diez Minutos o del Hola, creo que la del Diez Minutos era contra Siouxsie and the Banshees. Después salió en el Vibraciones un artículo en contra de los Ramones. ¿Qué pensará ahora ese crítico? Cuando salió el disco de Ziggy Stardust [The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars] también salió Tarkus, de Emerson, Lake & Palmer. ¿Y quién se acuerda ahora de Emerson, Lake & Palmer o del disco Tarkus? Nadie. Pues en ese momento era el disco del año. Yo me lo compré como un tonto y después de escucharlo dije: «¿Pero esto qué es?». ¡Y tenía solo tres o cuatro discos! No podemos tener la misma vivencia de Bowie, porque Bowie ahora es como Freddie Mercury: un dios, aunque antes no lo era.
Alaska: De la misma forma que para nosotros Elvis es una cosa. Pero no podemos tener el mismo sentimiento que una persona que tuviera diecisiete años en 1957. Lo veneramos, pero desde un punto de vista que no es contemporáneo.
Nacho Canut: A los que éramos pequeños en esa época, como los Pet Shop Boys, los punks o los Sex Pistols, nos marcó. Y quizá por eso nuestra generación es como es y nosotros somos como somos.

 

Guille Milkyway os ha producido, pero…
Nacho Canut:
…pero es mucho más pequeño. Cuando Guille Milkyway era mucho más pequeño, Bowie ya te tenía que gustar, como los Beatles.
Alaska: De hecho, casi todas las influencias reconocibles en Guille no son contemporáneas suyas: Dinarama, la música disco, el sonido Philadelphia…
Nacho Canut: Y el britpop.
Alaska: Pero el britpop es contemporáneo para él.
Nacho Canut: Claro. A nosotros nos gustaba, pero es algo que ya nos pilla de segundas. A mí me gustaba mucho, pero aquello lo había vivido tres o cuatro veces.

 

¿Hará Fangoria alguna vez el disco con un productor de cada país?
Nacho Canut:
Es que eso es muy caro…
Alaska: [Suspira] Es muy caro. Lo pensamos como locos en un avión. Es lo que tiene ir en avión con miedo (risas).
Nacho Canut: Igual, poco a poco, haciendo epés, pues sí. Pero un disco entero, con tantos, es muy caro. Después hicimos cuentas y era imposible.
Alaska: Bueno, ¿quién sabe?

 

Extrapolaciones y dos preguntas (1989-2000) tiene quince temas. Salvo uno, el resto son de otros artistas. ¿Qué diferencia hay para vosotros entre la reinterpretación y la versión?
Nacho Canut:
Cuando vas al karaoke y cantas, lo que haces es un cover exactamente igual que el original, porque tú quieres cantar la misma. Pues nosotros hemos reinterpretado, salvo en el caso de Los Planetas (“Santos que yo te pinte”), que está hecha diferente…
Alaska: ¡Y Corcobado! Quizá la más extrema es la de Corcobado (“Coches de choque”). Pero es que eso nos pasa a nosotros con nosotros mismos. Cuando nosotros hacemos hoy una versión de “Ni tú ni nadie” o de “¿A quién le importa?”, no es la que la gente quiere oír en los karaokes, es la nuestra de ahora. Supongo que es normal.

 

 

Tengo que reconocer que me quedaría con la primera versión de “Mi novio es un zombi”.
Alaska:
¡Normal!
Nacho Canut: ¿Pero cuál es la primera?

 

La de Fan fatal.
Nacho Canut:
No. La primera es la de Los Vegetales.

 

Sí, pero me estaba refiriendo a la vuestra.
Nacho Canut:
¡Ah, sí! Como de los Pet Shop Boys.
Alaska: Yo, por ejemplo, tengo más relación con la primera que con la segunda.
Nacho Canut: No me acuerdo de cuál es la segunda.
Alaska: Era una muy pimpante que hicimos para El paso trascendental [El paso trascendental del vodevil a la astracanada. Antología de canciones de ayer y de hoy].

 

¿La persona que conoce los temas originales necesita escuchar vuestras versiones o reinterpretaciones?
Alaska:
No, en absoluto. Hay gente que hace discos de versiones de Morrissey y puede no interesarte, porque a ti el que te gusta es Morrissey, cómo canta y cómo lo hace.
Nacho Canut: Del último disco de versiones que ha hecho Morrissey [California son] no conozco casi ninguna de las originales, pero me gusta Morrissey.
Alaska: Pero yo digo lo contrario. Si Fangoria grabara canciones de Morrissey, tú puedes decir que no te interesan, porque prefieres las de Morrissey.
Nacho Canut: Si no les gusta Fangoria, es un poco bobo que se compren este disco porque salga una canción de OBK. Para eso que se compren el de OBK.

 

¿El pasado os hace dudar del presente, como dice la letra de “Retorciendo palabras”?
Nacho Canut:
Para mí, la música rock está un poco acabada. Pero es que no es normal. En el rockabilly, lo que hay ahora es una repetición de fórmulas, pero se puede hacer muy bien. Los Stray Cats son muy chulos, pero nadie espera que el rockabilly avance más. Pues con el rock pasa igual: nadie espera que el rock avance más.
Alaska: Pero siempre está presente de alguna forma, porque metes de repente una secuencia y dices: «Y ahora, una guitarra rockabilly» o «un ritmo glam en una canción».
Nacho Canut: Sí. También la estética.
Alaska: Hay elementos que siempre los vas a usar, como los violines en la música disco, el ritmo glam, las guitarras rockabilly…
Nacho Canut: Sí, pero la música de baile sigue avanzando. El rock lo que hace es ir para atrás.
Alaska: Pero yo me refería a la disco music en sí, no a la música de baile.
Nacho Canut: La música negra, la música disco, el techno… siguen avanzando. En cambio, la música rock se ha quedado atrás.

 

Entiendo que hablamos de lo musical, pero el rock siempre ha tenido un mensaje.
Alaska:
No. Yo lo veo solo musical, independientemente del mensaje.
Nacho Canut: Bueno, el mensaje de Led Zeppelin en “Black dog”… ¿Perro negro, perro negro? Eso no tiene mensaje. Si eres cantautor o no sé qué político, sí. O los hippies que había en los años sesenta, que eran como anarquistas, como Jefferson Airplane. Igual tenían algún mensaje, pero después leías las letras y era todo psicodelia; se habían tomado alguna droga y ya nada.
Alaska: Yo me refiero más a lo musical. Lo que había en California, en Los Ángeles, que luego es barrido por el grunge.
Nacho Canut: Era una repetición.
Alaska: Ya, pero podría sonar de otra forma. ¿Pero qué más ha pasado en el rock?
Nacho Canut: ¿Nine Inch Nails?
Alaska: Pero eso ya estaba.
Nacho Canut: Ya… Pues, entonces, después del grunge, ¿qué vino? Bueno, está Wilco y la americana, pero es otra vuelta para atrás. Es que es muy difícil, es imposible. Solamente lo que hizo Bowie en Low, esa cosa tan rara y tan fría, pero no es rock y, además, ya era el año 77. Radiohead es lo que me interesa, si es que eso es rock.

 

Bueno, según se mire…
Nacho Canut:
Para mí es lo único interesante que se hace con guitarras y batería.

 

Sobre el pasado y el presente está “La banda sonora de una parte de mi vida” de Los Sencillos (Miqui Puig): «Es la banda sonora de un parte de mi vida. Tiene caras conocidas y fechas señaladas. Tiene cierto aire antiguo y tristes melodías».
Nacho Canut:
Eso es muy de Miqui, que era mod en los ochenta.
Alaska: Y le gustaba el northern soul…
Nacho Canut: Tiene una visión melancólica de todo porque todo lo que a él le gusta ya no existía cuando era mod. Él es muy Saint Etienne, una cosa muy melancólica y muy nostálgica. Pero bueno, nosotros también tenemos una parte así.

 

 

Y muchas preguntas. En este nuevo disco hay tres: “¿Qué sería de mí sin ti?”, “¿Quién te has creído que soy” y “¿De qué me culpas?”. Pero no es algo nuevo, pues están “¿Cómo pudiste hacerme esto a mí?”, “¿Qué quiere usted de mí?”, “¿Cómo pudimos ser tan idiotas?”, “¿Por qué a mí me cuesta tanto?”, “¿Por qué todo ha de ser de color rosa?”…
Nacho Canut:
Es una manera de interaccionar con el oyente, de meterle dentro de la canción y preguntarle algo. Entonces él se sienta a preguntarse cosas y tiene que pensar. La reacción natural de un ser humano, cuando le preguntan, es pensar.

 

¿Cuántas preguntas se ha hecho Fangoria a lo largo de toda su carrera?
Alaska:
Pues creo que el ser humano se hace doscientas mil preguntas a lo largo del día… Somos iguales.
Nacho Canut: Y los artistas, además, tienen tendencia a creer que todo lo que hacen no vale nada. No están seguros de si lo que hacen vale para algo o tiene algún valor.

 

¿Malditismo?
Nacho Canut:
No, no es malditismo. Si tú trabajas y de repente inventas algo, ya has creado algo, pero nosotros no inventamos nada; simplemente hacemos canciones. Le puede gustar a muchísima gente una canción, pero al año siguiente se han olvidado de ella. Sobre todo pasa en la música pop. Nunca sabes si lo que haces vale para algo.
Alaska: Pero no tiene que ver para nada.
Nacho Canut: No, pero la gente que hace cosas que no valen para nada sufre dudas. Como lo de Jesucristo en el Monte de los Olivos: «Padre, me has abandonado». No sabe, cuando le crucifican, si es Dios o no. A los artistas de música pop les pasa eso, porque no saben si lo que hacen vale para algo. Si tocas muy bien la guitarra sí, porque es tocar la guitarra ya está, pero nosotros, que somos artistas de música pop que no tocamos ningún instrumento ni nada… Nunca se sabe si lo que haces vale para algo.

Hombre, pero hacéis letras…
Nacho Canut:
Sí. Pero, sinceramente, eso lo puede hacer cualquiera.
Alaska: Eso no es verdad.
Nacho Canut: Bueno…

 

Hay letras y letras.
Alaska:
Claro. Tú puedes pintar una pared y puedes pintar una pared. Y hay un señor que la pinta bien y un señor que la pinta mal.

 

 

No es una versión vuestra en sí, pero has cantado “Lágrimas de amor” con Camela en su disco de aniversario Rebobinando. 25 años. ¿Qué diferencias hay entre Camela y Fangoria? Entiendo que alguna hay.
Nacho Canut:
Ninguna.
Alaska: Antes has puesto el ejemplo de OBK, un dueto de música electrónica. La diferencia no está en lo musical, está en otra cosa.
Nacho Canut: En lo vivencial.
Alaska: ¿Qué influencias tienen esas personas? ¿Cómo se manifiestan sobre el escenario? Eso es muy radical. Quiero decir que Camela no son como Neil Tennant, un señor que no habla. Pues nosotros somos más como Neil Tennant.
Nacho Canut: Como si fuéramos ingleses. Por actitud y por nuestra manera de ser. Venimos más de eso, de Soft Cell y de Bowie. Cuando canta “Heroes”, por ejemplo, sale puesto de una manera, o cuando canta “Life on Mars” sale de otra forma, de pie, sin músicos detrás tocando. Nosotros nunca hemos tenido esa cosa que tienen todos estos grupos que son techno, como la necesidad de tener un grupo detrás tocando. En eso somos más parecidos a los Pet Shop Boys; a los músicos sí los llevan, pero a lo mejor detrás de un telón.
Alaska: O son parte de la escenografía. Si quieren que se vean es porque quieren que se vean en esa gira. Si no, no se ven.
Nacho Canut: Como grupo, pero no como lo llaman ahora: bandas. No tenemos nada que ver con eso, venimos de otro sitio más.
Alaska: Y las actitudes sobre el escenario, que ellos sean más abiertos a la hora de expresarse sobre el escenario. Pero eso para nosotros es muy complicado.
Nacho Canut: Nosotros venimos también del punk. De la mezcla de eso con el punk sale lo que somos, que es algo más raro.
Alaska: Ya, pero Raphael, por otro lado, es así. Raphael sale, canta su canción, le aplauden, y tres horas después seguimos en lo mismo. Genial. No habla, no te cuenta la canción.

 

También han pasado muchos años y, quizá, Raphael no necesita explicar sus canciones.
Alaska:
Pero no lo ha hecho nunca.
Nacho Canut: Y siempre ha ido de negro. Es algo que también nos separaba del resto de grupos de eso que llamaban Movida. Nosotros no nos parecíamos a ninguno porque teníamos una actitud totalmente diferente a ellos. Ahora veo a gente que se enzarza diciendo que toca mejor no sé quién. Con el punk, lo de tocar bien o mal desapareció. Eso nosotros ya no lo tenemos. Es como si dices que Warhol pinta bien o mal. Yo no entiendo eso. Están Velázquez y Goya, pero es lo que tú quieres contar, lo que pones ahí. Eso es lo que nos diferencia de estos grupos que tú dices.

 

Alaska: «El ser humano se hace doscientas mil preguntas a lo largo del día… Fangoria somos iguales»

 

También hay otro dúo en vuestro disco: Ellos (Guille Mostaza y Santi Capote), con “Diferentes”.
Alaska:
Sí, sí, es verdad.
Nacho Canut: Pero iban siempre con grupo. Yo conocí a Gálvez (Mostaza & Gálvez) y me dijo que él era de Ellos, pero le respondí que no, que Ellos era un dúo. Pero es verdad que tocaba el teclado.
Alaska: Nosotros también venimos de estar en grupos. Y cuando éramos grupos, éramos grupos. Por eso estaba bien.
Nacho Canut: Elegíamos a la gente por la estética.
Alaska: Éramos cinco, y los cinco eran del grupo con todas las consecuencias. Y cuando decidimos ser dos fue para luego jugar con lo que queríamos.

 

Disculpad mi ignorancia, ¿pero habéis grabado “El hospital” siendo Fangoria? Hay una mención en “Contra viento y marea”, dentro de vuestro primer disco Salto mortal: “Yo, ya no aguanto más, me vuelvo al hospital, Ivonne y el Pentotal”.
Nacho Canut:
Hicimos la de Dinarama, que es como de la Velvet Underground. Cuando hicimos versiones de Dinarama con Fangoria eran solamente los hits. ¿Para qué vamos a hacerlo con otras canciones? Para eso componemos una canción nueva tipo “El hospital”. Además, cuando hicimos ese disco creo que estaba vivo Carlos [Berlanga].
Alaska: No.
Nacho Canut: Bueno, tampoco es una canción que toquemos mucho.
Alaska: Cuando Dinarama la volvimos a tocar.

 

Hay un cierto sentimiento de cercanía con OBK, por ejemplo. ¿Este mismo sentimiento lo encontraríamos también en canciones como “Gritando amor” (Fabio McNamara) y “¿Qué sería de mí sin ti?” (de Carlos Berlanga y con el sampler de “¿Cómo pudiste hacerme esto a mí?”)? Si hay más pudor con estas dos canciones, vaya, por cercanía personal.
Nacho Canut:
Hombre, nos sentimos cerca de Fabio y de Carlos, claro.
Alaska: Es que eso ha sido nuestra vida real, las personas con las que hemos colaborado. Fabio nos representaba, era nuestro mundo.
Nacho Canut: Y las letras, cuando Carlos dice que el dinero sí era su dios. Y aparte de que el dinero era su dios, nosotros acabábamos de grabar una versión de Killing Joke que se llamaba “El dinero no es nuestro Dios”. Es una cosa muy personal nuestra y todo lo que cuenta es una continuación de “¿Cómo pudiste hacerme esto a mí?”.
Alaska: Si te fijas, las dos canciones más populares seguramente son las letras que más alejadas están a lo que nosotros hacemos. Quiero decir que en un momento dado estamos mucho más cerca de cualquiera de las otras que de esas, y eso también ya te marca una diferencia. Cuando antes preguntabas de las diferencias, los otros grupos hablan de amor, de esto, de lo otro…
Nacho Canut: Y claro, Fabio habla de cirujanos, cirugía estética… Y Carlos de dinero y de maletas de Louis Vuitton. Está más cercano a nuestro mundo.

 

Hemos hablado de divas, dioses… ¿pero creéis que Dios sigue odiando a los cobardes?
Nacho Canut:
Hombre, sí. Lo que siempre se pide a la gente en la Biblia es que maten a sus hijos o que exterminen a un pueblo. Siempre están pidiendo cosas horribles. Si tienes un poco de sensatez, dices: «No lo voy a hacer, Dios”. Pero él te pide que mates a tus hijos, a todos los primogénitos. Cosas que, si eres cobarde, no haces.
Alaska: El Dios del mundo actual por supuesto. Te pide demostraciones de heroicidad a cada paso. No es necesario.
Nacho Canut: Pero es verdad que Dios odia a los cobardes.

 

¿Y un cobarde también es un traidor?
Alaska:
No necesariamente. Al contrario. Yo creo que el traidor es muy poco cobarde. El que es cobarde es más sabandija y no llega a ser traidor, pero el traidor no es nada cobarde. En nuestro mundo de ficción, claro.

 

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