Estopa: Dulces dieciséis

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“Cada vez tratamos de hacer más lo que nos da la gana y tratar de disfrutarlo”

 

Los hermanos Muñoz tienen nuevo disco, “Rumba a lo desconocido”. Un trabajo sobre el que hablan como de su propia carrera y de su forma de entender la música: sin prejuicios ni pudores. Una entrevista de Chema Domínguez.

 

Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.

 

Así es, «Rumba a lo desconocido» muestra a David y José Muñoz en un momento dulce, muy dulce, ahora que se cumplen dieciséis años de su memorable estreno discográfico con «Estopa» (1999). Todo indica que estamos ante uno de sus mejores trabajos junto a «Allenrok» (2008) y el ya citado «Estopa». Dulce porque su talento innato para conectar con un público extenso y variado, casa cada vez mejor con la experiencia que dan los años de gira, grabaciones y promoción. Las ganas de crecer, de rumbear y rockear bien despiertos siguen ahí, tanto, que no les basta con el terreno ya conocido: a bordo de una lavadora en pleno centrifugado, despegan en vertical hacia lo ignorado. Al menos, ese es el desenlace de su clip ‘Pastillas para dormir’, de humor también andan sobrados.

 

Primer disco con repertorio totalmente inédito desde «2.0» (2011). ¿La cocina ha sido a fuego lento o estamos ante un repertorio más urgente?
David: Urgente no ha sido, en 2011 empezamos a componer este disco. Estuvo el pequeño paréntesis de «Esto es Estopa» (2014), donde nos obligaron a poner dos canciones que iban a ir en este disco.

 

Tuvisteis que ceder, pero suena a una concesión acertada.
David: Tuvimos que ceder.
José: Ahí ya queríamos grabar nuestro disco inédito, lo que pasa es que surgió la posibilidad, era un proyecto bonito, nos apetecía y retrasamos la grabación; también así saldrían más canciones.
D: Desde el primer disco, creo que es el que hemos hecho con más tiempo, con más calma, a fuego lento, con toda la idea del mundo…
J: Haciendo, deshaciendo, cambiando…
D: …de tiempo, haciéndolo más rápido, más lento, nos ha dado tiempo a deconstruir. Cada vez tratamos de hacer más lo que nos da la gana y tratar de disfrutarlo.

 

«Rumba a lo desconocido» no obedece tanto a una experimentación sonora, en cambio sí hay mucho viaje en los textos.
D: Muchas de las letras hablan de viajes, y musicalmente es quizás el disco más de nuestro estilo, sin prejuicios. Se parece a nuestras canciones de siempre pero con un puntito en la letra que las hace más maduras.
J: Se trata de jugar con la rumba, a ver por dónde va. Rumba heavy, rumba rock, rumba lenta… a lo desconocido.

 

Vuestras últimas colaboraciones pueden dar pistas sobre parte del nuevo rumbo: con Víctor Manuel, interpretando ‘Soy un corazón tendido al sol’, Serrat y ‘Me’n vaig a peu’. También está vuestra aportación para «Giralunas» con ‘Una de dos’.
D: ‘Con el viento’ es muy cantautor, por ejemplo. Se podría cantar con voz de Sabina.

 

¿La canción de autor es una influencia cada vez mayor para Estopa?
D: Siempre lo ha sido, desde nuestros inicios, no sé si somos antes cantautores o rumberos.
J: Éramos cantautores antes de rumberos.
D: Luego nos hicimos rumberos y luego otra vez cantautores.

 

Eso es casi un titular.
D: Como dijo aquel, fui puta antes que monja.

 

Por si alguien pudiera perderse, hay tics muy vuestros como ‘Nadie sabe’.
D: Y es la primera canción del disco. Esto es Estopa, caña, buen rollismo y luego ya empezamos a investigar, pero el buen despegue es ‘Nadie sabe’.

 

Luego están los contrastes como en ‘Gafas de rosa’, musicalmente amable pero enormemente ácida.
D: Es tremendista y nada optimista.
J: Es un poco elige tu propia aventura.
D: Si quieres apoyar el cambio, o si quieres emborracharte y pasar de todo. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

 

‘Pastillas para no dormir’ ha sido el primer sencillo, con una excelente acogida, ¿os sigue sorprendiendo la repercusión que tenéis?
D: Lo sabíamos, porque cuando se lo poníamos a mi prima, a mis amigos, a mi mujer: «Es que esto es un single clarísimo». Luego, la gente no es tan diferente, mi prima es igual que otra prima, que tu prima y, oye, que no es que lo supiéramos, pero era como ‘La raja de tu falda’, que dices «Está claro que tiene que ser el single».

 

Este año, además, hay lanzamientos que ayudan a que la rumba en muchas de sus variantes tenga más fuerza colectiva, estoy pensando en vosotros y La Pegatina, por ejemplo.
D: Me encanta La Pegatina, me gustan mucho. También me siento identificado con Los Barrankillos, rumbita barcelonesa.
J: Muchachito Bombo Infierno también.
D: Como componemos con guitarra española es inevitable no ir a la rumba, y en las rumbas de Albert Pla me siento identificado, esa manera de rasgar la guitarra me gusta.
J: Siempre hemos tenido en cuenta nuestro gusto y nuestros gustos, no nos hemos dejado influenciar por ninguna moda y seguimos con los mismos principios.

 

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“No sé si somos antes cantautores o rumberos”

 

Pero en vuestro «X Anniversarium» (2009) dejasteis la puerta abierta a diferentes tendencias e incluso modas, como Carlos Jean remezclando ‘Hemicraneal’, que por cierto se entrelazó muy bien con vuestro estilo.
J: En remezclas como la de Jean, cada uno lo deconstruía a su manera y no teníamos nada que ver. Y nos gustó.
D: Todas nos parecían curiosas porque eran cosas que nunca haríamos, y encantados de que pudiera hacerse. El de Carlos Jean en especial quedó muy bien, sonidazo.
J: Y también se trataba de eso, de jugar con las canciones.

 

Volviendo a lo desconocido, ¿’Estatua de sal’ sintetiza mejor que otras canciones este rumbo inédito?
D: Esta sí que es “Rumba a lo desconocido”, es un poco Bollywood. Está tan bien el flamenco y el apartado árabe-bollywoodiense que nos hemos ido más allá de medio oriente, combinan muy bien

 

A partir de «¿La calle es tuya?» (2004), tomáis las riendas de la producción, así llegáis a «Rumba a lo desconocido». ¿Esa labor de productores es la ayuda ideal para crecer, para no estancaros?
D: Ayuda total, es como cuando vas en coche y te llevan, que no te enteras del camino si no lo llevas tú. Si te pierdes, aprendes, si te piñas, aprendes.

 

Si te quieres entretener, te entretienes.
D: Es un viaje musical fácil, no hay nada más fácil que producirte tus propios discos, siempre llevas razón (risas).

 

En todo caso, discutís entre vosotros.
J: Existe tensión, pero la tensión creativa es buena.
D: Hay veces que nos cabreamos, tensión creativa no resuelta (risas).
J: El tercer disco lo coproducimos junto a Antonio García de Diego, Pancho Varona y José Antonio Romero, el siguiente nosotros solos, y ahora junto a Cheche Alara y Rafa Sardina, que te dan cosas que no se te hubieran ocurrido como lo de Carlos Jean, que nunca hubiéramos podido hacerlo. Está hecho con mucho gusto, ya nos conocíamos de «Esto es Estopa» donde nos quedamos encantados con el sonido; y aunque no es lo mismo porque aquello era un acústico y esto un disco de estudio, bastante más potente, sabíamos que la mezcla iba a funcionar.
D: Siempre hemos querido trabajar con la gente que pensamos que puede sacar mejor rendimiento al disco. Creo que toda la gente con la que hemos trabajado lo ha hecho lo mejor posible y ha puesto todo su corazón, pero en este disco en particular creo que sonamos como esos discos que suenan de puta madre (risas).

 

Tal y como soñasteis, ¿cuál sería una de esas referencias sónicas?
D: Los discos que mejor me suenan del mundo son los de AC/DC.

 

También es cierto que no se mueven mucho de la misma idea, eso sí, con enormes resultados.
D: Da igual, tú lo pones y esa guitarra suena, esa batería…
J: Ese bombo…es todo…
D: Eso solo lo saben hacer ellos.

 

Una de etiquetas. En «Esto es Estopa» tuvistéis colaboraciones de lujo como la de Vicentico o Celso Piña, y otra más enraizada como Lila Downs. ¿Os sentís englobados en el rock latino?
D: Latinos somos. Aunque sea por el lenguaje y por el carácter. En cambio… el pop latino por delante nunca nos ha gustado.
J: Lo que pasa es que latino se tiende a colocar más en Sudamérica, la verdad, y no entiendo por qué. ¿Y en Italia no, los italianos no son latinos?, si son los más latinos, no me jodas.

 

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“La gente se sorprende: ‘Ah, ¿tú escuchas tus propios discos? Qué friki’. ¡Pero vamos a ver!, si lo hago por eso, sino no lo haría”

 

Ya que estamos por América Latina, a veces no se sabe dónde terminan los titulares de promoción y dónde empieza la verdad, ¿es cierto vuestro éxito en América?
D: Ciertamente no es un fake, ojo, yo mismo pensaba que era un fake, por ejemplo, cuando fuimos a hacer promoción la primera vez a Colombia hace dos años. Nunca habíamos ido, habíamos ido a casi toda Sudamérica pero a Colombia no. Cuando llegamos había mogollón de peña esperándonos en el aeropuerto, y no habíamos estado nunca. Pensamos que era por otro grupo que vendría en otro avión. Aparte que no era concierto ni era nada, pensamos que no se iba a enterar nadie.
J: La verdad es que nos sorprende el éxito más allá de nuestras fronteras.

 

Ahí conecta la parte latina, el idioma.
D: El lenguaje es básico para nuestro mensaje, porque me gusta AC/DC, no entiendo nada pero me gusta. Si lo entendiera, mejor.
J: O no (risas).
D: El país del idioma es muy grande y ahí podemos entendernos todos, sin necesidad de decir rock español o rock latino. Yo estas palabras las quitaba, y pop la quitaba de entrada.
J: Igual que música alternativa.
D: ¿Qué pasa, que lo alternativo ya tiene que ser solo un sonido, un sonido y un concepto? ¿Que no tienes que tener compañía multinacional? Tienes que cumplir muchos requisitos.
J: Si no tienes compañía y haces rumba sí, al revés no eres alternativo.
D: Nuestro primer disco, antes de que nadie lo comprara era alternativo.

 

Me consta, y el rechazo que sufristeis de compañías por ser demasiado ‘alternativos’.
D: Lo escuchaba gente de gafas y calvos. Cuando empezamos a sonar en Los 40 o Cadena 100 y tal nos llegaron mensajes como «Os habéis vendido», y yo que sé, mira, me han puesto… (risas). Antes y después es el mismo disco. Nos decían: «Os habéis vuelto comerciales”. ¿Cómo se puede volver comercial algo que no muta, que es la misma canción de antes? Esas críticas hablaban de un cambio de sonido que no era verdad.

 

Vuelvo a decir que me consta, porque las maquetas no diferían sustancialmente de la toma final.
D: Nunca hemos entendido esos prejuicios, mejor sin etiquetas, eso está claro.

 

Más allá de las necesarias para entendernos, o las que necesitaban las extintas tiendas de discos y las pocas que quedan.
D: Claro, para colocarlo.

 

Porque las digitales, ahora, parece que etiqueten a propósito para confundir. En iTunes, por ejemplo, vosotros sois a veces música latina, otras pop en español y otras alternativa y rock en español.
D: Sí, lo de pop es lo peor. Que pongan lo que quieran, da igual. Como dice El Langui: «Popero, rapero, y así poderte encasillar (…) y si me da por escuchar a Rosendo, a Ketama o a Triana dicen que no soy real». Se puede escuchar cualquier cosa y no ser de una secta, ¿no?

 

Siempre hay seguidores que quieren apropiarse del grupo, hay quienes quieren ser mas ‘estopistas’ o ‘autoestopistas’ que Estopa y tomar el control.
D: Somos nuestro público más directo, de hecho estaba deseando que se masterizara para ponérmelo en el coche mucho, mucho. Y la gente se sorprende: «Ah, ¿tú escuchas tus propios discos? Qué friki». ¡Pero vamos a ver!, si lo hago por eso, sino no lo haría.

 

Jordi Évole os prologa en la hoja promocional, comenta que ya rumbeábais al lado de su casa, ¿os conocíais desde el principio?
J: No.
D: El vivía enfrente de donde nos juntábamos nosotros, que era un campillo con un pozo que sale en alguna canción, y su balcón daría ahí. Alguna vez le habremos dado la tabarra porque siempre tocábamos a unas horas que venía la policía a echarnos. Nos conocimos en el programa de Buenafuente, cuando él hacía de Follonero y aparte era guionista y director, y nos dice: «Tíos, cabrones, yo vivo ahí enfrente, somos del mismo sitio, del mismo barrio». Y dije: «No lo puedo creer, si vivo al lado, a un minuto tuyo». Y a partir de ahí, los de Cornellá nos entendemos y hay una amistad muy bonita con el Évole.

 

Aprovechando el alcance de Évole con “Salvados”, asociado a una filosofía de denuncia, de buena crítica no exenta de humor, de buscar un cambio a mejor, ¿os sumáis al optimismo o no hay remedio?
J: El cambio a mejor, como dices, y el optimismo son necesarios, es obvio.
D: Aquí también se deberían eliminar etiquetas, fuera izquierda, derecha… Yo creo que la democracia funciona con las mayorías, no con las minorías. Esto lo hago o no lo hago porque lo hacen los de izquierdas, no. Tendremos que usar el sentido común.
J: Si los que mandan quieren que todos paguemos impuestos y luego ellos no cumplen con el ejemplo, pues mal rollito. Eso hay que cambiarlo, no sé cómo ni de qué manera, ni si con Ciudadanos, Podemos o que cambie el PSOE, pero tienen que cambiar, ellos y el PP, tienen que cambiar todos. Es un cambio necesario.
D: Un cambio que me huelo que es muy difícil.
J: Un cambio necesario para empatizar con la gente que no tiene un sueldo al mes, por ejemplo.

 

Volviendo un poco al principio y como cierre, ‘Con el viento’ sintetiza parte de vuestro pensamiento y es una de las novedades de «Rumba a lo desconocido».
J: Nunca nos había salido una canción tan política pero tampoco la hemos buscado, de hecho esta canción tiene cuatro años. Es de las primeras que compusimos para este disco, forma parte de la indignación en plena crisis, surge ahí. Da rabia que la gente que tiene mucho dinero se lo lleve a Suiza y a la gente que no tiene dinero puedan meterla en la cárcel por algo menor, por no poder pagar algo.

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