¡Esto es pop!, de Javier Becerra

Autor:

LIBROS

«Transmite la complejidad del lenguaje pop con desarmante sencillez»

 

Javier Becerra
¡Esto es pop! 25 pequeñas grandes historias
MONT VENTOUX, 2019

 

Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

Una de las grandes virtudes de la música pop es la de retrotaernos —si es que el cinismo adulto no ha podido con ello— a aquel tiempo en el que todo nos parecía un gran descubrimiento: los años de infancia o adolescencia en los que cada nuevo sonido suponía una epifanía. En teoría, según vamos cumpliendo años, nos debería resultar más complicado. Pero el contacto directo con la chavalería, ya sea la propia o la ajena, puede estimular esa especie de vuelta a los interrogantes básicos: ¿por qué me apasionó tanto esto por primera vez? ¿Qué fue lo que hizo que me enganchara con tal devoción?

El periodista gallego Javier Becerra ha aprovechado ambas cosas, las charlas con sus propios hijos (a ellos está dedicado el libro) y con alumnos de colegios y centros educativos para volver a hacerse esas preguntas y, de paso, transmitir la complejidad del lenguaje pop con desarmante sencillez, tal y como se filtrarían a través de la mirada de un crío. Su libro, titulado igual que una fantástica canción de XTC, se inscribe dentro de una tendencia al alza, la de los ejemplares didácticos que tratan de hacer entender a los chavales del siglo XXI, con textos e ilustraciones, la importancia cultural que tuvieron figuras capitales de la música popular que en un principio les pueden resultar de lo más exóticas, ya se trate de Elvis, los Beatles, los Stones, David Bowie, Michael Jackson o Madonna.

Aquí lo hace a través de 25 canciones, 25 historias que van de Sinatra a Xoel López, todas ilustradas por Catuxa Alonso, y su principal virtud es plantearlas no solo con un encomiable poder de sintaxis capaz de cosquillear la curiosidad infantil, sino también con un espíritu lúdico, el de entender la música pop en todas sus derivadas (glam, punk, música disco, grunge, hip hop) como un apasionante juego que abre la puerta a infinidad de posibilidades de disfrute.

Anterior crítica de libros: Tardes de persianas bajadas, de Brett Anderson.

 

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