“Escenas olvidadas. La historia oral de Golpes Bajos”, de Xavier Valiño

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LIBROS

“Se mire por donde se mire, el ensayo musical más necesario del año”

 

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Xavier Valiño
“Escenas olvidadas. La historia oral de Golpes Bajos”
EFE EME, 2018

 

Texto: MARCOS GENDRE.

 

Tras muchos años de espera, ha tenido que ser Xavier Valiño el valiente que nos regale la llave que abre la puerta del misterio en torno a Golpes Bajos. Tras adentrarnos, lo que nos topamos es la voz de los protagonistas, recogida de horas y horas de entrevistas a los miembros originales del grupo y su entorno más cercano. En este sentido, no es menos interesante la labor de recolectar los testimonios que Germán Coppini fue dejando por diferentes medios antes de su muerte, hace un lustro.

Tal como explica el periodista de Cospeito en la introducción, esta historia únicamente podía ser contada por ellos. Aunque para extraer tal caudal de palabras jugosas resulta básico contar con un francotirador atinado desde la zona de preguntas. Y Valiño es uno muy avezado en estas lindes. No en vano, ha conseguido que Teo Cardalda y compañía se hayan desnudado delante de la grabadora. El fin se va desplegando con fluidez pasmosa ante la mirada del lector: un documental para el que el autor hila diferentes épocas y cuestiones a base de pertinentes introducciones. De Pablo Novoa a la manager del grupo, Eugenia López, cada uno de los personajes que integran la función queda retratado de forma brutalmente intimista. La naturalidad en grado sumo es el guión que nos arrastra a las diferentes fases vividas por el grupo vigués.

De los caminos previos en formaciones como Trenvigo o Coco y los del 1500 a su eclosión, a través de su mítica actuación en “La Edad de Oro”, se nutren las páginas que forjan el ascenso meteórico de un grupo mil veces imitado pero jamás igualado. De Extraperlo a la última encarnación de Manel, se cuentan por cientos los que han intentado cobijarse bajo la sombra de los vigueses, aunque carentes de su impulso febril: la ambición por armar un cuerpo musical absolutamente genuino, que bebía tanto del tropicalismo como del tecno funk patentado por New Order.

Golpes Bajos eran algo más, lo cual queda plasmado en las citas de Coppini a los existencialistas franceses, sin olvidarnos de gustos compartidos como los de Smokey Robinson o las Supremes. Aquí no quedan cabos sueltos, Valiño exprime la verborrea de los entrevistados con la obsesión de despejar cuestiones básicas: ¿qué eran Golpes Bajos? ¿Un grupo pop policromático? ¿La respuesta al gris Vigo de los ochenta? ¿Los más adelantados de la Movida? ¿O todo a la vez? Pero más importante aún: ¿por qué después de tres décadas suenan todavía más adelantados que en su momento?

La respuesta a todas estas preguntas residen en los apasionados comentarios del malogrado Mario Pacheco o en la primera impresión que Pito (Ignacio Cubillas) tuvo al escucharlos por primera vez, sin poder creerse el grado de autenticidad que le llegaba a los oídos. Porque esta impresión es la que dejaban en todos los que se encontraban ante monumentos como ‘Malos tiempos para la lírica’ o ‘Cena recalentada’. Hitos no igualados de una historia que no es solo la suya, sino también la de una ciudad industrial del norte y la de todos sus feligreses, que encontraron en los juegos de palabras cosidos por Coppini el espejo de tantas vidas enjauladas en tradiciones enmohecidas, de caspa y valores caducos. Todo eso está aquí, en esta experiencia narrativa de pura necesidad. Un tesoro para fieles a la causa y para los que aún no sepan cuál fue el grupo más moderno de los ochenta en este rincón del Atlántico. Se mire por donde se mire, el ensayo musical más necesario del año.

Anterior crítica de libros: “El juego del ahorcado”, de Inma Turbau.

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