El disco del día: Reina Republicana

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«El marco estilístico más abundante es el que enlaza con los primeros Planetas, no en vano Banin y Florent colaboran en unos temas cargados de amigos; Guille Mostaza es otro»

Reina Republicana
«Reina Republicana»
LIMBO STARR

 

 

Texto. CÉSAR PRIETO.

 

 

Reina Republicana ya apuntaban en sus dos primeros singles –el de estreno un split con las Robertas– maneras que los convertían en la gran esperanza del pop nacional; ahora, estas expectativas se han confirmado con su primer LP. No resulta un disco esplendoroso, pero sí cómodo y cálido, canciones que a base de escuchas se va haciendo más cercanas. Y extrañamente, aunque sus referentes son muy directos, también resultan ellos reconocibles, tienen un sonido peculiar, un sonido que captas a la primera y que les dota de marcada personalidad.

El marco estilístico más abundante es el que enlaza con los primeros Planetas, no en vano Banin y Florent colaboran en unos temas cargados de amigos; Guille Mostaza es otro, por ejemplo. Así ‘Dime qué vas a hacer’ o ‘Ángeles pensando en mí’ tienen ese laconismo espiral de los primeros discos de los granadinos, esas melodías obsesivas. La segunda estación es La Buena Vida. ‘Clonidina’ guarda esa esencia de simplicidad, esos coros luminosos que son la conexión con los sesenta, algo de soft pop, sin mayor propósito que hacer canciones como el que juega.

Porque a partir de aquí empieza. Sí, el juego y las influencias se amplían. No solo aparecen estigmas de los lógicos, My Bloody Valentine por ejemplo, sino que apuntan directamente a Phil Spector, los grupos de chicas de los sesenta o los Beach Boys. ‘La ciudad ardiendo’ o ‘Mala memoria’ parecen salidas directamente del Brill Building. De hecho, con esta última harían maravillas las Ronettes. Y con ‘Mar Diamante’ se abren a la bossa nova, una rodaja brasileña en tono aparentemente menor que resulta una verdadera delicia.

Se deduce: el disco es pop en estado puro, con arreglos mesurados de cuerdas o pianos, pero colocados en el punto justo, con finales o puentes que son verdadera fantasía. ‘La reina’, que ya conocíamos, en su estribillo es una perfecta esponja que en su estribillo se ha empapado de todos los grupos españoles que triunfan desde los noventa.La portada –a la «maniera» de los Smiths– esconde, en definitiva un aire infantil muy presente por ejemplo en ‘Verano’. No es naïf, no es ingenuidad, es simplemente lo que hace este disco una ráfaga de nubes: la pureza épica.

Anterior disco del día: Corizonas.

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