El disco del día: Pantones

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«Desinhibido, sin más voluntad que reunirse cuatro amigos con lo básico para tocar bonitas canciones, llenas de corazón y fantasía, guitarras aceleradas y bendita simplicidad»

Pantones
«Ruido rosa»
SUBTERFUGE

 

 

Texto: CÉSAR PRIETO.
 

 

Pantones pertenece a esa estripe de grupos que tantas alegrías han dado al pop en castellano. Desinhibido, sin más voluntad que reunirse cuatro amigos con lo básico para tocar bonitas canciones, llenas de corazón y fantasía, guitarras aceleradas y bendita simplicidad. Un mundo tópico en el que las letras hablan de papeles con corazones, de camisetas limpias y perfectas, de discotecas en las que se gestan amores a distancia; y sobre todo, de música, de mucha música. Versionan a las Crystals, nombran en un título a las Shirelles, citan a Brian Wilson o a Del Shannon. Un ramillete de cinco o seis de los grupos con estas perspectivas están entre lo mejor que se ha cantado nunca en la península, y ya no hablamos solo de Los Nikis, que parece que lo gestaron todo, ni de Airbag –con los que Pantone tiene tantos puntos de conexión–, sino de los sesenta cuando, por ejemplo, Micky y los Tonys se moldearon en este espíritu, que no en esta estética. Normal, en los sesenta no existían ni el punk ni el cine adolescente.

Pantones son Paty Critter, The Ant y Any Pop, de Madrid y las seis canciones de su primer disco tienen la producción de Joaquín Rodríguez y Javier Pelayo, éste último de DDT, palabras mayores para este sonido, que en el grupo tienen aire de nostalgia, de la magia de los cincuenta, de una desbordante alegría de vivir y, por qué no, de Juan de Pablos.

Así desfilan despedidas dramáticas, el secuestro de la estrella por su fan de ‘El coleccionista’ –sacado evidentemente de la película de William Wyler–, o la DJ que prepara una sesión especial para el chico del que está enamorada con la ilusión de que acuda esa noche al local. Apenas más, saben a poco. Bien, veo las cabezas de los prepotentes del rock sobresaliendo; sí, tonto, insulso, pero tan refrescante y vitaminado que sin ello perderíamos una música necesaria. Porque a veces las canciones basta con que diviertan.

Anterior entrega del disco del día: «Real World gold».

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