El disco del día: Omara & Chucho

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«A estas alturas nadie discute que Omara Portuondo y Chucho Valdés están en la cresta de la música cubana. Ya sea solos o acompañados, sus obras siguen avalando esta posición y figurarán entre las grabaciones históricas de referencia»

Omara & Chucho
«Omara & Chucho»
WORLD VILLAGE/HARMONIA MUNDI


Texto: GERNOT DUDDA.


Omara Portuondo y Chucho Valdés juntan de nuevo sus caminos en lo discográfico catorce años después de “Desafíos”, un trabajo que iba mucho más allá de la simple interpretación de los clásicos cubanos. A pesar de lo que muchos puedan pensar por tratarse de quien se trata, no solo de boleros vive el dúo. Por lo menos en la letra pequeña, repleta de pequeños grandes detalles que sacan por un segundo a las canciones de su entorno y permiten conseguir versiones diferentes y únicas. También revela su gran interés por el formato y sus ganas de juguetear con la música, lo que sale bien gracias a su profunda cultura musical y a esa facilidad que tienen ambos de vivir siempre la música con esa naturalidad.

El disco se abre y se cierra con la misma canción, ‘Noche cubana’, interpretada por separado por cada uno de ellos; primero a capella por Omara, y al final por Chucho en un tremendo solo de piano. Explotan la coincidencia semántica del ‘Claro de luna’ de Beethoven usándola como intro y outro de ‘Llanto de luna’. Lo mismo pasa en ‘Y decídete mi amor’, donde esta vez es Rachmaninoff el que ofrece la inspiración para la intro, con la celebrada imaginación de Chucho para hacerla sonar tan suya gracias a su particular destreza con las teclas. Sorprendentemente (o no tanto), Chucho no ha necesitado escribir nada para estas caprichosas introducciones y finales. Lo ha improvisado todo en el estudio a medida que se le iban ocurriendo cosas mientras grababa.

‘Nuestra cobardía’ es un clásico de José Antonio Méndez y ‘Recordaré tu boca’ lo es de Tania Castellanos. En ‘Esta tarde vi llover’ han contado con la trompeta de Wynton Marsalis –de visita en La Habana–, y es una de las más espectaculares del disco. Más expresiva aún –y precedida nuevamente por una de esas melancólicas intros de Chucho– es ‘Mis sentimientos’, un viejo tema de Los Zafiros, el gran grupo vocal cubano de los años 60. ‘Huesito’ es una muy pizpireta guaracha, muy en parte debido a la chispa que le mete Omara al cantarla. La cubanía ajena al bolero continúa con ‘Babalua ayé’, convertida en todo un clásico de la música afro-cubana.

A estas alturas nadie discute que Omara Portuondo y Chucho Valdés están en la cresta de la música cubana. Ya sea solos o acompañados, sus obras siguen avalando esta posición y figurarán entre las grabaciones históricas de referencia en la tan febril y enconada escena cubana de los siglos XX y XXI, donde una buena mayoría de músicos son o han sido, como mínimo, genios.

Anterior disco del día: Nada Personal.

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