Conversaciones con Teddy Bautista, de Luis Lapuente

Autor:

LIBROS

«Una biografía en la que el arte y lo humano priman sobre la burocracia y lo gris»

 

Luis Lapuente
Conversaciones con Teddy Bautista
EFE EME, 2023

 

Texto: CÉSAR CAMPOY.

 

Solo Luis Lapuente, uno de los más eminentes divulgadores de los sonidos negros que existen, autor de la imprescindible trilogía publicada por Efe Eme (El muelle de la bahía, La tierra de las mil danzas y Los 100 mejores discos del soul), podía ser capaz de extraer tanto jugo a una conversación con Teddy Bautista, indiscutible pionero del soul español, visionario de los tiempos que le tocó vivir y músico virtuoso y avanzado, siempre en la vanguardia desde que decidió sumergirse en un universo, el sonoro, en el que se ha movido como pez en el agua.

Desafortunadamente, en los últimos lustros, a quien dirigió los destinos de la gigantesca SGAE siempre se le relacionó con aquel oscuro torbellino del cual, finalmente, salió indemne judicialmente. De hecho, habrá quien considere que las explicaciones y argumentos de Teddy sobre aquellos tumultuosos años articulan la parte más golosa de estas más de cuarenta horas de conversación. Y sí, la disección de aquella pesadilla, abordada sin ambages por el artista, se convierte en uno de los capítulos más jugosos de estas Conversaciones con Teddy Bautista. No obstante, acaba deviniendo un episodio más en una trayectoria tan abrumadora como apasionante, en cuyo transcurrir global adquiere mucho más interés el aspecto meramente musical que aquel largo calvario con la justicia.

A Teddy Bautista hay que recordarle, siendo rigurosos, por aquella sorprendente y prematura escapada a tierras estadounidenses para, bajo el manto de The Tokens, mutar aquellos Los Ídolos en The Canaries. Por registrar, ya en esos años y en suelo yanqui, piezas tan desconcertantes como la delirante “Baby, don’t surprise me”. Por haber popularizado, sobremanera en España, las esencias souleras con aquellos imbatibles Canarios, de directo inigualable, rasgándose la garganta hasta la extenuación y dar a luz tremendos cañonazos inolvidables como “Three-Two-One-Ah!”, “Free yourself”, “Get on your knees”, “Peppermint frappée”, “Trying so hard” o “Reaction”. Por haber contribuido a la profesionalización de la industria musical de este país. Por haber arriesgado, adentrándose en senderos serpenteantes, al embarcarse en proyectos como Jesucristo Superstar o Ciclos. Por haber contribuido al arte de referentes tan dispares como Triana, Cecilia, Leño, Camilo Sesto, Miguel Ríos, Topo o Nacha Pop.

Todas esas aventuras, y muchas más, aliñadas con docenas de sorprendentes anécdotas (el día que asistió, en el Nueva York del 73, y sin saberlo previamente, al concierto de un incipiente Bruce Springsteen) son las que deberían permanecer en la mente del respetable cuando el nombre de Teddy Bautista aparezca en una conversación, y no la imagen de aquel señor serio, encorbatado y trajeado, con aspecto de ejecutivo inaccesible.

En este volumen, afortunadamente, ambos interlocutores (loables, tanto la astucia de Lapuente, como la total disponibilidad del entrevistado, así como la erudición del dúo) destripan (no lo haremos así nosotros) una biografía en la que el arte y lo humano priman sobre la burocracia y lo gris. De aquel prehistórico encuentro (¡en Las Palmas!) con Cliff Richard y The Shadows a ese peligroso mecimiento entre los sonidos arriesgados propios y los «comercialotes ajenos», pasando por la peculiar relación con Alain Milhaud, el capital papel jugado por su padre, su militancia comunista o aquella colaboración frustrada con Lola Flores y, faltaría más, los entresijos técnicos y emocionales que van desde el inicio del proceso creativo hasta su efecto final (en muchas ocasiones, sanador) en el oyente, o, por supuesto, los vericuetos del enrevesado engranaje de la maquinaria musical y editorial de la era moderna.

Intuimos que este Conversaciones con Teddy Bautista se habrá convertido en una suerte de liberación necesaria, de exorcismo para el creador canario. Bienvenida sea, porque para el resto de los mortales y, sobre todo, para aquellos melómanos empedernidos, es un magnífico e imprescindible episodio, muy revelador, de uno de los capítulos más productivos e interesantes de la música popular española.

Anterior crítica de libros: Joan Manuel Serrat. Entre el cielo y el mar, de varios autores.

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