Ciencia ficción, de Todo el Largo Verano

Autor:

DISCOS

«Impresiones de gran belleza destiladas de situaciones inhabituales»

 

Todo el Largo Verano
Ciencia ficción
FERROR RECORDS, 2020

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Los grupos musicales que nacen por la zona de Ferrolterra poseen una sonoridad especial. Por supuesto, no todos los grupos. Hay muchos heavies como Eskakeo, indies como SuperGlú, cantautores o bandas de folk; pero también una serie de músicos que alientan unas mismas coordenadas sonoras, unos mismos paisajes. Usan guitarras eléctricas, pero manteniendo el pulso en la placidez y la elegancia; dan importancia suprema a la melodía y los arreglos son sencillos, pero muy cuidados; en ocasiones aparecen algunos toques que recuerdan a la música tradicional y uno diría, sin poder precisar más, que hay una humedad atlántica en ellos. En las letras están muy atentos a su ciudad y a sentimientos narrados con cierta melancolía.

A todo ello se añade, en tercer elepé de Todo el Largo Verano, el toque mágico de Ciencia ficción. Es importante leer la contraportada, puesto que es un fragmento de El sol desnudo, una novela de Isaac Asimov en la que los habitantes del planeta Solaria no tienen contacto entre sí y solo pueden comunicarse por medios electrónicos. Sí, un disco trazado durante el confinamiento y que saca partido de estas circunstancias; pero no desde el aburrimiento y el elogio a la colectividad —como han hecho tantas canciones— sino desde pinceladas de imaginación.

Tras la introducción instrumental de “Solaria” —casi perfecta para los títulos de crédito de una película de retrofuturismo—, “40 días juntos” explora que la intimidad, la pareja, puede vencer a todos los trazos de inestabilidad creados por la súbita cuarentena. Es en ella donde aparece reflejada la alegoría de Asimov, en aquel planeta en el que «no hay nadie alrededor». Y todo se desenvuelve en un ejercicio de pop de guitarras de trazas setenteras pero resolución actual y en un solo de impecable buen gusto.

También “Logan 5” demuestra que en este periodo el grupo ha tenido en sus manos relatos de ciencia ficción, puesto que el título y la letra —en gallego: «vou a fuxir»— remiten a la novela de William F. Nolan La fuga de Logan, en que el protagonista escapa de un mundo futuro en que la máxima edad permitida son los 21 años.

En gallego escriben y cantan “Cando chegue o final”. El sonido de Ferrol se mueve entre Los Limones y Andrés do Barro, un ídolo local al que le han sabido ver hechuras del mejor pop, tratamientos innovadores para su época, que esta canción recoge mirando al Atlántico. Enfoca a Brasil, con cadencias tropicales y buscando la bossa nova. Coinciden en ello, sin quizás saberlo, con soluciones que trajo La Buena Vida a estos cantes de ida y vuelta.

También en la estela de Andrés do Barro se sitúa “Por la ventana”, el recorrido por Ferrol que marcamos como propio de la estética de la ciudad: plazas, el Arsenal, la ría, la catedral de San Julián van deslizándose en la única apertura posible desde un confinamiento entre un riff enormemente pop e increíblemente adictivo.

Y en este mundo, casi es inevitable otra referencia: Parade. “3.. 2.. 1..”, inspirada también en un relato o “A la luna”, coinciden en esa melancolía serena que el músico de Yecla da a los paseos por el cosmos. Esta última es un eje de perfecto lirismo, a lo Ray Bradbury, con aire de sueño o teclados finales de cuento. Un lirismo que se acrecienta en la que cierra el disco, “El sol siempre vuelve a brillar”, mensaje claro de esperanza y melodía que sabe encontrar la placidez y la serenidad. Quizás sea conceptual, desde luego sigue cierta línea en su argumento, pero lo que no se puede negar a Ciencia ficción es que acumula impresiones de gran belleza destiladas de situaciones inhabituales. Los artistas suelen trabajar así.

Anterior crítica de discos: The baddest of, de Inoportunos.

Artículos relacionados