Canciones cruzadas: ‘Aunque tú no lo sepas’, de Quique González para Enrique Urquijo

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Un poema de Luis García Montero inspiró a Quique González para el tema que escribió para Enrique Urquijo. Una bonita historia que unió a los tres creadores y que reconstruye Jagoba Estébanez.



Texto: JAGOBA ESTÉBANEZ. 

 

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Canción: ‘Aunque tú no lo sepas’

Música y letra: Quique González. Basado en un poema de Luis García Montero.
Versión: Enrique Urquijo y Los Problemas
«Desde que no nos vemos»
DRO, 1998

 

‘Aunque tú no lo sepas’ es una canción escrita por Quique González para Enrique Urquijo, basándose en un poema de Luis García Montero. El cantante de Los Secretos la incluyó en «Desde que no nos vemos», su segundo y último disco con Los Problemas (DRO, 1998). Ese mismo año, Quique debutó profesionalmente con «Personal» (Universal), decidido a vivir por y para la música.

González lo tuvo claro desde su infancia, cuando escuchaba discos de Antonio Vega o Los Secretos, pero los comienzos nunca fueron fáciles. Tras varios intentos fallidos y trabajos esporádicos para costearse su pasión —en un McDonald’s o como animador turístico de un hotel en Mallorca—, siendo veinteañero consiguió introducirse en el circuito de los bares musicales de Madrid. A finales de los 90 ya era asiduo a míticos lugares como el Rincón del Arte Nuevo, donde entonces también despegaban otras figuras como Carlos Chaouen. En esa época tuvo la suerte de conocer a uno de sus ídolos, nada menos que Enrique Urquijo. En el número 5 de Cuadernos Efe Eme relata con detalle cómo fue su primer encuentro: «Recuerdo que entró Enrique y lo primero que le dije fue que era muy fan. Supongo que eso le gustó, entró muy bien conmigo, la verdad. Creo que me tuvo aprecio desde el primer momento. Yo era un chaval, yo flipaba con Enrique».

Aquel fue el inicio de una relación breve pero eterna. En cierta ocasión, Urquijo le pidió a González que escribiera una canción para él, para su segundo trabajo con Los Problemas. Quique aceptó el encargo y encontró la inspiración de la letra en un poema del libro “Habitaciones separadas” (Visor, 1994) de Luis García Montero, que había tomado prestado en una biblioteca. Así nació el famoso tema ‘Aunque tú no lo sepas’, uno de los dos temas que Quique le escribió a Enrique. No hizo falta que escuchara el segundo, porque el primero le atrapó.

 

Inspirado por Luis García Montero

Luis García Montero (Granada, 1958) es uno de los mejores poetas contemporáneos del país. Era uno de los fieles del bar granadino La Tertulia a principios de los ochenta, donde coincidía con grandes estrellas como Enrique Morente o Joaquín Sabina. Era plena Transición, y el arte estaba cambiando. Ya no era algo elitista, sino que emergía en las calles, en los baños de un bar o en grafitis en un tren. La poesía pasa de hablar sobre Venecia, episodios bélicos, motivos católicos o momentos mitificados a contar lo que le ocurre a Juan Andrés un 18 de octubre de 1992 mientras parte un tren de cercanías de vía estrecha en un pueblo de siete mil habitantes. No solo se habla de fiestas de guardar; también de lunes por la mañana. Los enamorados ya no llevan a sus amadas en carrozas, sino en taxi. ¡Dónde quedó Don Juan!

García Montero refina las voces de la calle plasmándolas en el papel como nadie. Sabe muy bien que la poesía es soledad creada en un ámbito de intimidad, pero no olvida al público. Es un artista muy asequible y adictivo, de palabras sencillas pero muy poéticas, crea un arte útil. Te hiere, te conmueve, te consuela y te reconforta. Así lo hace en «Aunque tú no lo sepas», el poema que inspiró la canción, un conjunto de versos de luz tenue con brillos oníricos sobre el deseo. La ilusión llevada a algo tangible, cuando una persona además de soñar un mundo junto a otra, lo siente y hace mella en ambas. Y aquel (o aquella) a quien habla, sin saberlo, ha formado parte de muchas más cosas de las que imagina. Existe. Porque (gracias a Dios) formar parte de la vida de alguien no es solo cuestión de física, sino también de algo espiritual. Se trata sobre todo de aprender a vivir entre realidad y pensamiento, aferrándose a la quimera.

 

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Cuando leyó el poema, González empatizó con él, y le sirvió de inspiración para la canción del mismo título que le entregó a Urquijo. Enrique la grabó en 1998, un año antes de morir. En 2002, Quique incluyó una versión del tema en su tercer disco, “Pájaros mojados” (Universal). Desde entonces ha recorrido cientos de bares, teatros y salas de mayor tamaño, convirtiéndose en una de las canciones bandera del artista, y del público a la vez, tal y como Luis García Montero pretendía.

 

Única grabación conjunta

Solo existe un registro de esta canción interpretada a medias por Urquijo y González, en directo, en un antiguo programa de TVE llamado «Séptimo de caballería». Por la red circula un vídeo de la actuación bastante borroso, pero de una magia impagable. «Para mucha gente es un vídeo muy compartido y celebrado», reconoció Quique en la extensa entrevista que protagonizó en el número 5 de Cuadernos Efe Eme. «Recuerdo que cuando bajamos las escaleras hacia el escenario le dije a Enrique: “Quiero que sepas que para mí es la hostia salir a cantar aquí contigo”. Y me dijo Enrique: “Sé lo que quieres decir, porque cuando yo salí a tocar con María Dolores Pradera la primera vez pensaba lo mismo”».

 

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