Australian carnage. Live at the Sydney Opera House, de Nick Cave & Warren Ellis

Autor:

DISCOS

«Canciones morosas e inquietantes en las que Cave va declamando su letra, casi recitándola, mientras Ellis mantiene una base sonora escueta»

 

 

Nick Cave & Warren Ellis
Australian Carnage. Live at the Sydney Opera House

GOLIATH / AWAL – PPOPSTOCK!, 2023

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

En retrospectiva, se podría decir que la trayectoria de Nick Cave inició una nueva etapa con Push the sky away (2013), en la que su más fiel escudero y quien marca el sonido de The Bad Seeds es Warren Ellis. Juntos han dejado, además, al margen de su obra con la banda The Bad Seeds, varias bandas sonoras, reforzando el vínculo. El pasado 2022 emprendieron una gira de dieciseis conciertos por Australia, en la que ambos se presentaron prácticamente solos, aunque contaban ocasionalmente con un coro de tres personas cercano al góspel por momentos, Colin Greenwood (Radiohead) y Larry Mullins (The Bad Seeds).

Sus tres conciertos en la Ópera de Sydney, del 16 al 18 de diciembre, se grabaron y ahora se edita un álbum doble de casi dos horas, con dieciocho temas extraídos de esas fechas. Son, como los discos que ha editado desde 2012, canciones morosas, inquietantes y largas en las que Cave va declamando su letra, casi recitándola, mientras Ellis mantiene una base sonora escueta, con apenas variaciones.

Lo titulan Australian Carnage live, como queriendo dar a entender que su último álbum en estudio, Carnage (2021), es el principal sustento del repertorio, cuando hay seis cortes del mismo frente a ocho de Ghosteen (2019) y, aunque pudiera parecer lo contrario, ninguno de su precedente, Push the sky away (2016), de sonido similar.

Solo dos cortes anteriores a 2019 tienen cabida en este directo: “Idiot prayer” (The boatman’s call, 1997) y “Breathless” (Abbatoir blues / The lyre of Orpheus, 2004), integrada perfectamente la primera en el sonido de esta nueva etapa, mientras que la segunda parece fuera de lugar con su ligereza. A ello le suma una recogida y agradecida versión de “Cosmic dancer”, de T Rex. Y entre los temas de los dos últimos discos, “White elephant” sigue resultando tan intenso como ya mostraba en su último documental This much I know to be true (2022), al tiempo que la tremendista “Hand of god” pasa por ser el momento más cercano a The Birthday Party o los primeros tiempos de The Bad Seeds.

Anterior crítica de discos: Javelin, de Sufjan Stevens.

Artículos relacionados