Álex Cooper y los discos de la era pop

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«Alejandro con esta selección de canciones, grupos o artistas de los 60 ha demostrado no sólo un gusto musical excelente sino, además, un vasto conocimiento de aquel momento artístico irrepetible»

El libro de Álex Cooper «Club 45. 90 canciones de la Era Pop para mods y jetsetters», es una invitación a descubrir grabaciones olvidadas o desconocidas de los años 60. Un volumen imprescindible que nos presenta Javier de Castro.


Texto: JAVIER DE CASTRO.


Debo reconocer que, tras la lectura de este libro caprichoso en fondo y forma –al final haré alusión más amplia a su aspecto estético y a las calidades editoriales que encierra–, mi obligación sagrada sería abandonar ipso facto todas mis ocupaciones en los distintos medios musicales especializados en los que colaboro desde hace veinte años y reconocer que soy un historiador y crítico musical de pacotilla. Yo que me jactaba de ser un especialista en la música de la década prodigiosa, debo reconocer que más del 50% de las bandas y solistas que forman la selección hecha por su autor me eran absolutamente desconocidas, con lo que si es que me ha servido para algo –y evidentemente que me ha servido, y muy contento por ello– ha sido para aprender un montón y ponerme al día en la materia. No me duelen prendas en confesar el placer que ello me ha producido y el reto que se me abre de cara al futuro más inmediato, puesto que, a tenor del valor que se les atribuye a todos ellos en este «Club 45. 90 canciones de la Era Pop para mods y jetsetters» (Chelsea Ediciones), que los describe como buenísimos, hacerme con grabaciones de toda esta gente y devorarlas a poder ser en riguroso formato vinílico; hasta entonces, tras una primera inmersión en la red, he empezado a escuchar a unos cuantos de estos grupos y solistas y JURO que se me han puesto los dientes largos…

Pero vayamos por partes. Empezaré explicando que quien se ha liado la manta a la cabeza y se ha sacado de la manga este espléndido volumen no es otro que Alejandro Díez Garín, otrora fundador y líder carismático de la legendaria formación Los Flechazos, y que en la actualidad, como los buenos aficionados a las sonoridades sixties bien saben, y desde hace más o menos una década, se «esconde” detrás del seudónimo artístico Cooper. Con su propio nombre de pila junto con el de su alter ego –Álex Cooper– es como ha decidido Díez Garín aparecer en portada y asumir la autoría de un texto cuyo título tampoco deja espacio a la duda en cuanto al planteamiento y a los objetivos que se ha fijado el brillante artista leonés: ofrecer una amplia selección con unas cuantas de sus canciones preferidas de entre el amplio abanico de posibilidades y variedad que la música sixtie –facciones beat, mod o garajera– ofrece a todas luces. La gracia del tema es que –si me permiten el comentario– a diferencia de una gran mayoría de artistas que cuando se les pregunta al respecto de sus gustos, al margen de preferencias personales concretas y, en general, un uso tópico de citas más o menos de “moda” para quedar bien, Alejandro con esta selección de canciones, grupos o artistas de los 60 –la mayoría anglosajones, aunque hay varios ejemplos de grupos del norte europeo y de nuestro país como Los Salvajes, Los Íberos o Los Canarios– ha demostrado no sólo un gusto musical excelente sino, además, un vasto conocimiento de aquel momento artístico irrepetible.

Vaya ya por delante una confesión de quien esto escribe. Y es que, al margen, de haber escogido unos cuantos ejemplos de la llamadas primera y segunda divisiones musicales anglosajonas y europeas (The Who, Small Faces, Troggs, Byrds, Kinks, Yardbirds, Spencer Davis Group, Rod Stewart, The Move, Easybeats, los primeros David Bowie y Marc Bolan, Long John Baldry, Georgie Fame, Graham Bond, Zoot Money’s Big Rolls Band, Ronnie Bird, The Remains, entre otros) el peso del libro lo soportan la tercera, cuarta, quinta y hasta la regional del escalafón musical sesentero, no siendo esta ubicación en absoluto peyorativa puesto que atendería más que nada a criterios de impacto en el mercado y popularidad efectiva que no a un barómetro infalible habida cuenta sus indudables virtudes. Gente como The Cheynes, Mickey Finn & The Bue Men, Bo Street Runners, The Mark Leeman Five, The Favorite Sons, The Clayton Squares, David John & The Mod, The Shots, The Eyes, Ivan’s Meads, The Beatstalkers, The Craig, The Montanas, John Bull Breed, Peter B’s, Thane Russal, A Wild Uncertainty, Steve Hammond, 5 A.M. Event… ¿sigo? The St. Louis Union, The Measles, The Untamed, The Purple Hearts, The Other Limits, The Ward of Court, Alan Bown Set, The Attack, Julian Covey, Hamilton & The Movement, The Eyes of Blue, The Twilights, The Syn, Rupert’s People, Sharon Tandy, The Quik, The Flies; Lucas & The Mike Cotton Sound, o The Mauds (junto a otros como The Action, The End, The Motions, The Truth, The Shadows Of Night, Artwoods, Soul Angels, Golden Hearrings, The Game, The Scots of Saint James, The Mode, A Band Of Angels, The Primitives,Tony Jackson Group, The Roulettes, Riot Squad, Gary Farr & The T-Bones, Jimmy James & The Vagabonds… a los que sí que conocía, puesto que en su mayoría, contaban con alguna cosa suya editada en nuestro país) han sido escogidos por la bondad o belleza de tal o cual de sus canciones y se les describe magníficamente contextualizados en sus –casi siempre, por desgracia– cortas y poco populares carreras, pese a su calidad.

La información sobre todas las personalidades individuales y colectivas ofrecidas, aunque breve –dependiendo de la importancia, la cosa va de un tercio de página a página completa, y en algunos casos hasta dos– es exhaustiva y viene adornada con ilustraciones en blanco y negro o a todo color de portadas de discos, postales de promo o recortes de prensa de diferentes países, todo ello rigurosamente original y perteneciente –¡menuda envidia!– a la colección privada del autor. Los textos son muy amenos y demuestran la amplia cultura musical de Álex Cooper, en una edición que debería ser considerada una auténtica obra de autor tanto por su continente como por su contenido.

Chelsea Ediciones, sello que aparece en contraportada y créditos como responsable del tema, no es más que una “tapadera” a una autoedición en la que su responsable ha vertido sin duda algunas de sus derias. Desde el formato, que con su portada luciendo a la legendaria modelo –y ocasional cantante– Twiggy recuerda a uno de esos típicos «booklets» que a treinta o cuarenta años vista han venido a abastecer al mercado de las reediciones en CD, recopilaciones más o menos afortunadas de las bandas más legendarias de este segmento musical que nos ocupa. Sorprende también hasta la manera de presentar los textos y las imágenes ilustrativas que se asemejan visualmente a los fanzines que a falta de otra información el aficionado pudo ir rastreando cuando el revival sixtie adquirió carta de naturaleza a partir de la década de los 80.

No pasar por alto, tampoco, ni el prólogo a cargo de Alex Oró, sin duda alguna otra autoridad en la materia –además de colaborador habitual de EFE EME–, ni la presentación a cargo del autor. En ambas el lector hallará el porqué de todas las cosas de este libro desde ahora referencial e imprescindible para conocer a algunos de los protagonistas que menos se proyectaron a nivel popular a lo largo y ancho de los 60 puesto que su principal problema –o virtud, quién sabe– es que vivían y se movían por los sótanos y los garajes de aquel gran entramado musical. Eso sí, una porción poco conocida aunque consustancial culpable también de tan espectacular explosión creativa.

Puedes adquirir «Club 45. 90 canciones de la Era Pop para mods y jetsetters», desde aquí.

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