Bolero. El vicio de quererte, de José Javier León

Autor:

LIBROS

«Un libro atrayente y necesario, que recorre todos los contextos de un género y sabe, en la medida de lo posible, hacerlo actual»

 

José Javier León
Bolero. El vicio de quererte

FUNDACIÓN JOSÉ MANUEL LARA, 2022

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

El lector quizás recordará lo que es un bolero. Se trataba de canciones que encerraban tiernos lamentos de amores desgraciados —no siempre, por eso— dirigidos a la interfecta, con un ritmo muy lento y un reconocible compás ternario de 3/4 —aunque evolucionó con el tiempo hacia un 4/4—. La cursilería no estaba reñida con él; es más, era marca de la casa y le daba un toque de antigüedad que se ajustaba perfectamente a su espíritu.

José Javier León aborda el género y lo que hace en su libro es conectar el bolero con los antiguos rituales del amor cortés, ese que se inventó en la Provenza del siglo XII y que exigía fases y ceremonias muy estrictas, que en los boleros se respetan a la perfección. También demuestra que su imaginería depende de la que diseñó el Modernismo de finales del siglo XIX, el Modernismo tardío más bien, lleno de epígonos. La cursilería viene de ahí más que de ningún otro lugar. En todo caso, se dedica a mirar y estudiar cada caso del poliedro casi infinito del amor.

El autor es doctor en filología y sabe tratar su texto de manera divulgativa y amena. No hay apenas erudición y el recorrido es fluido y casi magnético, cimentado sobre todo en letras de canciones que anticipan argumentos o demuestran conclusiones centradas en el hecho religioso. Los boleros son una celebración mística y heterodoxa y gran parte del texto recorre su actitud en el equilibrio entre el amor y la divinidad, contacto que viene también de la Edad Media, por otra parte. No es casual que la portada sea una imagen del Adán y Eva de Hans Baldung, esa en la que nuestros primeros padres adoptan la misma postura que Gainsbourg y Jane Birkin en el vídeo de “La decadanse”.

Tras la introducción, un relato espléndido donde comenta que nuestra generación se inició en el bolero con las fiestas de pueblo, aparece una breve alusión a su origen cubano y a su expansión por los países del Caribe y unas páginas atentas a la danza que el autor considera, en su versión más pura, un sustituto del sexo, igual que la caza lo es de la guerra. De ahí que las letras —aunque muchas veces la explicación está tomada al bies— tengan un fuerte simbolismo sexual, incluso en muchas ocasiones homosexual, aunque no salte la referencia a primera vista y se tenga que acudir a anécdotas que explican la manera de trabajar que seguían los grandes autores del género.

Desde luego, el bolero es un género definitivamente muerto, sin embargo José Javier León apunta a la parodia —con Los Luthiers— o la reinvención del bolero que aparece como abono en muchas de las músicas urbanas. La actualidad, por tanto, es suprema. Aparece incluso citado el Motomami de Rosalía.

En definitiva, se trata de un libro atrayente y necesario, que recorre todos los contextos de un género y lo sabe, en la medida de lo posible, hacer actual, en el sentido de que ofrece las claves para que se pueda entender en nuestros días, unos días en que aún se puede disfrutar, que hay mucho que disfrutar en el bolero.

Anterior crítica de libros: El gran Calvin y Hobbes ilustrado, de Bill Watterson.

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