Jazzbo: Fiesta de guante blanco

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«Para nosotros, los mensajes implícitos en el jazz-ska jamaicano son la tolerancia y el respeto. Si alguien asume esta filosofía, da igual la ciudad en la que viva la música»

Desde Alemania, los integrantes de Jazzbo le sacuden con fundamento a una singular fusión de jazz y sonidos jamaicanos. Músicos curtidos desde los años sesenta, este mes, visitan España en una gira de diez fechas. Eduardo Tébar se pone en contacto con ellos.


Texto y foto: EDUARDO TÉBAR.


Una enfermedad obligó al saxofonista Detwin Johannsen a abandonar la formación de Jazzbo hace un año y medio. No obstante, participó en la grabación de “Hoy: Jazzbo” (Liquidator), lujoso vinilo rojo en diez pulgadas del que sólo se editan 500 copias. Seis nuevas canciones de los alemanes, codiciados entre los coleccionistas y referencia de peso en la escena del jazz-ska facturado en Europa. Al frente del combo se mantiene su hermano, el trombonista Waki Johannsen, a quien se le ha despertado el apetito de escenario. En 2009, los berlineses apenas se prodigaron en público. Tras cubrir la plaza del saxo con Fabian Astor –también germano, ¡aunque militó en los mexicanos Los Yerberos!–, acaban de realizar una intensa gira por Brasil. ¿Siguiente aventura? Ni más ni menos que diez conciertos en España durante el mes de octubre. Algo que no ocurría desde 2007 –exceptuando su participación en el festival All Reggae to the People de Granada en 2009–. Los Johannsen representan la integración del espíritu y los sonidos jamaicanos. Jazz de Nueva Orleans, rocksteady tradicional, el primer ska. Instrumentales joviales, corporales y elegantes. Llevan en esto desde los sesenta. Conviviendo con titanes como Skatalites, Derrick Morgan o Laurel Aitken. Y todavía disfrutando como enanos. Waki babea al recordar la experiencia carioca, plasmada en la portada del disco.

Cruzáis el charco como JazzBo. Cuenta, cuenta.
¡Fue una experiencia brutal! El público, especialmente en Belo Horizonte y Porto Alegre, creó un espíritu muy festivo; el ambiente más juerguista que habíamos presenciado hasta ahora. Si te gusta tocar en clubes a la intemperie, es una gozada. Pero también actuamos en ciudades grandiosas, como Sao Paulo, donde realizamos uno de nuestros conciertos más largos. Como siempre cuando uno está en ruta, ocurren cosas inesperadas. En Porto Alegre, alguien se acercó de repente y nos invitó a tocar en su programa de televisión. Media hora más tarde estábamos ahí, presentando nuestros temas en directo, en un estudio pintado de rosa y verde. Nada de esto nos hubiesen sucedido si no llegan a estar apoyándonos Toni Face, del sello Liquidator, y Bruno Lancellotti, de Radiola Records.

Toni Face os popularizó en España cuando os fichó para Liquidator y publicasteis “Black friday” (2003). ¿Tanto le queréis como para dedicarle un tema en este mini álbum?

Toni es un gourmet de la música. Y lo digo en todas las dimensiones de la expresión: intuición musical, gestión, dedicación, sociabilidad… Vive la música jamaicana con más intensidad que nadie. Con todos estos ingredientes, y su enorme contribución a Jazzbo desde 2003, ¿cómo no dedicarle un tema?

Cuesta veros fuera del circuito berlinés.
Se debe una serie de razones prácticas: hijos pequeños, diversos proyectos, otros trabajos… Y la pereza.

Pero choca lo que conseguís: una música tan tropical desde un país tan frío.
Bueno, ¿cómo vives cualquier tipo de música? Hay que ponerse muy filosófico para valorar esto. En la práctica, la escena jamaicana de Berlín ofrece la cantidad necesaria de desfase y conciertos. Pero, ¿es así como la gente vive la música? Para nosotros, los mensajes implícitos en el jazz-ska jamaicano son la tolerancia y el respeto. Si alguien asume esta filosofía, da igual la ciudad en la que viva la música.

¿Y se puede innovar sobre algo que se inventó hace medio siglo?
Sí. En nuestra opinión, la música de Jazzbo ha evolucionado en los últimos trece años. Poco a poco nos hemos ido aproximando a otros estilos y, por tanto, hemos ampliado nuestro enfoque musical. Estamos convencidos de que es bueno que se adhieran las virtudes de otras músicas al sonido tradicional.

Lo comprobé el año pasado en vivo. En vuestros directos resaltan más los elementos africanos y latinos.
Es cierto, Jazzbo adopta estilos como el calypso en ‘Muhammad Ali’. No hay una regla general sobre los elementos ajenos al ska-jazz que introducimos en las canciones. Todo resulta muy intuitivo. La cuestión a la que nos lleva este asunto es: ¿ayuda a mejorar nuestra música?

En “Hoy: Jazzbo” incluís cuatro composiciones propias. ¿Por qué habéis tardado tanto en sacar la vena creadora?
Lo registramos bajo la influencia de la gira por Brasil. La mayoría de las composiciones reflejan el interés de la banda por el roots reggae. Para nosotros, este disco es un paso más en una dirección marcada desde el principio: una lenta integración de los diferentes géneros musicales en el marco del jazz-ska puro. No sabemos a dónde nos llevará todo esto.

Grabasteis en directo en el estudio, con muy pocos micrófonos de ambiente. ¿Es ese vuestro secreto?

Nos gusta sonar como somos y como sentimos nuestra música. Nos da igual que sea en un concierto o en un estudio de grabación.

¿Y de dónde salen títulos tan divertidos como ‘Reggae B. Good’ o ‘Rumba missing No. 5’?
Los títulos están buscados a conciencia. La música debe divertir, ¿no? Uno de nuestros favoritos es ‘Red in blue’, que está dedicado a todos los electricistas del mundo. Algunos, más que simpáticos, son cínicos, como ‘Lynndie England’. Otros son dadaístas, como ‘Rumba missing No. 5’.

La historia de Jazzbo comenzó homenajeando a Skatalites y Rico Rodríguez. ¿Los consideráis piedras filosofales del jazz-ska?
Jazzbo nació como una banda para directos. Cuando publicamos nuestro primer single, en 1999, quisimos ponerle el título de «A tribute to The Skatalites and Rico». Pretendíamos expresar nuestro respeto a los músicos innovadores, a los grandes referentes para la creación del jazz-ska en Jamaica. De ningún modo se trata de una lista completa, pero creemos que The Skatalites, es decir, Roland Alphonso, McCook Thommy, Jackie Mittoo, Drummond Don y Rico Rodríguez fueron la clave para la formación de esa gran música que nos llegó de una manera tan pura. Además, algunos de nosotros hemos tocado con ambos, The Skatalites y con Rico, en varios lugares. Esto ha reforzado aún más nuestros sentimientos positivos hacia ellos.

¿Qué aprendisteis de Laurel Aitken?
Varios de nosotros trabajamos como músicos de apoyo de Laurel. Creo recordar que fue entre 1996 y 1998. Por entonces, Laurel ya era un hombre muy mayor, desmejorado. Disfrutamos mucho tocando con él, pero existían también algunos elementos trágicos. Y estos son los recuerdos más duraderos. Así que, francamente, la principal lección que hemos aprendido es que no conviene depender de los shows en vivo para asegurar unos ingresos de jubilación. Es una triste foto de despedida.

¿Y qué recuerdas de Prince Buster?
Casi todos los del grupo le consideramos el gran cantante de la época primigenia, junto con Toots, de los Maytals, y Leonard Dillon, de los Ethiopians. Cuando los miembros de Jazzbo conocimos a Prince Buster, en 1995, esta vez tocando con Engine 54, llevaba bastante tiempo inactivo. Aunque tenía todavía un potencial increíble.

Waki, ¿qué bandas merecen la pena del panorama actual?
En primer lugar, déjame mencionar a Yebo, de Berlín. Mi hermano y yo fundamos en 1979 esta banda pionera del ska tradicional. Está muy, muy cerca del concepto de Jazzbo. Y Daniel [Dückers, pianista de Jazzbo] toca todavía con ellos, desde 1995. Yebo es una de las principales formaciones no jamaicanas de ska-jazz tradicional. Para nosotros, Yebo supone un techo. Otro proyecto brillante de ska-jazz es Wood In Di Fire. No son berlineses por accidente. Nuestro bajista, Martin [Bartels] fue uno de sus fundadores. Si una noche pasas por Berlín, acércate a verlos.  Actúan a menudo en el distrito de Mitte, en el Schokoladen. Pero, ¡ya basta de promocionar lo de casa! Por supuesto que hay un montón de bandas interesantísimas por todas partes. Ahí están New York Ska-Jazz Ensemble y los Aggrolites. Y también conjuntos españoles de un gusto muy fino, como The Kinky Coo Coo’s o Los Granadians. Bueno, a veces hay que buscar en ellos el punto de jazz o el punto de ska, pero siempre lo hacen con maestría.


Estos son lo conciertos de Jazzbo en España:

7 de octubre: Barcelona Rude Club (Barcelona)
8 de octubre: Four Seasons (Castellón)
9 de octubre: Boogaclub (Granada)
10 de octubre: La Galería (Alicante)
11 de octubre: Arena Rock (Zaragoza)
12 de octubre: Chinaski (Guadalajara)
13 de octubre: Black Note (Valencia)
14 de octubre: Café Garcilaso (Toledo)
15 de octubre: Flamingo (Madrid)
16 de octubre: Dr. Escarabajo (Segovia)


Desde aquí puedes acceder al Myspace de Jazzbo.

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