40 Live: Curaetion + anniversary, de The Cure

Autor:

DEUVEDÉS

«Se trata de canciones inmortales y esas funcionan en acústico, en electrónica o con cacerolas»

 

The Cure
40 Live: Curaetion + Anniversary (DVD)
UNIVERSAL, 2019

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Joder, esto era inesperado. Por un lado The Cure regresaron para celebrar cuarenta años de existencia y se decía que en muy buena forma. Todo el mundo hablaba gloria de su retorno a los escenarios. Yo no los había visto, así que simplemente me limité a creer lo que fuentes fidedignas me contaban. En el fondo imaginaba que tendrían razón, pero nada como ver las cosas uno. El caso es que no había mejor ocasión que este nuevo deuvedé con los dos conciertos que hicieron en Londres el año pasado: uno, como parte del festival Meltdown que (el propio Robert Smith había curado) para fans hardcore; el otro, pocos días después en Hyde Park para todos los públicos (dentro de un festival que ellos mismos montaron).

En fin, que meto el deuvedé, le doy al play y yo no estaba preparado para esto. ¿Qué me esperaba? Me esperaba a The Cure tocando sus canciones muy bien tocadas, a una banda que se conoce y a una audiencia entregada porque, coño, son The Cure y arrastran a fans irredentos. ¿Qué era lo que no me esperaba? A una banda en plan tan rock and roll, a un Robert Smith hipercarismático pese a la edad, a unos tíos disfrutando tanto de tocar. Me recordaban a los Rolling Stones cuando les ves disfrutando en el escenario. En los conciertos de este deuvedé The Cure se ríen, se lo pasan de puta madre y hacen que tú, desde el sillón de tu casa, disfrutes como un cabrón. Porque les ves contentos y esa felicidad se contagia. Pone en el deuvedé que hay que subir el volumen para disfrutar de estos dos shows y es exactamente lo que hice. El enganche fue inmediato y me vi el primero de una tacada y el segundo igual. Pero al día siguiente, que uno ya está mayor.

El show del Meltdown consta de dos sets chulísimos, comienza en la prehistoria del grupo con “Three imaginary boys” y avanza cronológicamente hasta el presente con la inédita “It can never be the same”, que suena bastante bien. Después se inicia el segundo set partiendo de otra inédita titulada “Step into the light”, también molona, y en marcha atrás vuelve hasta la prehistoria con “Boys don’t cry”. Entremedias los hits justitos (“High”, “Pictures of you”) y mucho material para los fans hardcore. Todo riquísimo: “A strange day”, “39”, “At night”, “Shake dog shake”, “Primary”… Un gozo. El concierto de Hyde Park va más a lo fácil, pero es que lo fácil en el caso de The Cure es sinónimo de material cojonudo. Arrancan a pleno sol con “Plainsong” pero, sorpresivamente, ¡no influye! ¡El hechizo de The Cure funciona a plena luz! ¡No necesita oscuridad! La banda entregadísima influye, el público entregadísimo influye, pero sin duda esto obedece a que se trata de canciones inmortales y esas funcionan en acústico, en electrónica o con cacerolas. “The walk”, “Lovesong”, “In between days”, “Just like heaven”, “Lullabye”… No se puede pedir más. Curioso —o quizá no tanto— que toquen seguidas “Burn” y “Fascination street”, pues casi podríamos decir que la primera nace de la segunda, aunque “Burn” es tan irresistible que se le perdona.

Anterior crítica de deuvedés: Scream for me Sarajevo, de Tarik Hodzic.

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