Vidas fugaces: Mitos que desaparecieron en los 50 y 60

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El negro 2016 nos lleva a meditar cuántos músicos jóvenes se han quedado en el camino, cuantas estrellas prometedoras no llegaron a cumplir los 30, o los 40. Sara Morales realiza una serie de entregas de los músicos de culto de vidas rápidas, centrándose en la primera entrega en los fallecidos entre los 50 y los 60.

 

Texto: SARA MORALES.

 

Se fueron demasiado pronto, aunque les dio tiempo a dejar una huella imborrable que continúa marcando los pasos culturales del resto de los mortales todavía hoy. Murieron jóvenes, pero no todos dejaron un bonito cadáver como se dice, pues fueron víctimas de accidentes, asesinatos, sobredosis, enfermedades, suicidios… Y es que, más allá del sobreestimado Club de los 27, el rock and roll esconde entre las páginas de su leyenda una enorme lista de músicos que marcaron un hito histórico por ser pioneros, únicos e irrepetibles pero que desgraciadamente desaparecieron a una edad temprana. Hubo un día en que lo tuvieron todo, el destino parecía prometedor e iluminaba sus carreras, pero resultó que la vida tenía otros planes para ellos. Les recordamos.

 

Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper
El fatídico martes 3 de febrero de 1959 fue bautizado, acertada y tristemente, como “el día que murió la música”. Buddy Holly, de 22 años y autor de emblemas como ‘Peggy Sue’, había alquilado una avioneta para viajar más rápido y cómodo de Clear Lake (Iowa) al siguiente destino de su gira, Moorhead (Minnesota). El aparato, a los mandos del joven e inexperto piloto Roger Peterson, contaba con dos asientos más que aunque en un principio estaban pensados para dos de los músicos de Buddy, finalmente fueron ocupados por Ritchie Valens, de 17 años y creador de ‘La bamba’, y The Big Bopper de 29 y con temas sonados a sus espaldas como ‘Chantilly lace’. A los pocos minutos de haber despegado, la avioneta se estrellaba contra un campo de maíz muriendo los cuatro pasajeros a bordo y con ellos, tres brillantes estrellas del rock and roll.

Eddie Cochran
En 1958, a sus 20 años y con su guitarra Gretsh de madera naranja, había grabado ya dos obras maestras: ‘Summetime blues’ y ‘C’mon everybody’. Nadie podía imaginar que tan solo dos años más tarde, este precoz discípulo del rock nacido en Minnesota pero criado en California, iba a perder la vida en un accidente de tráfico durante su gira por Inglaterra. El 16 de abril de 1960, en la localidad londinense de Chippenham, perdió el control del vehículo en el que viajaba junto a su novia Sharon Sheeley y su amigo, el también inolvidable, Gene Vincent. Estos dos consiguieron salvar sus vidas, pero Eddie moría al día siguiente del siniestro en el hospital. La población de Chippenham continúa celebrando un festival de rock en recuerdo al músico cada 17 de abril.

Stuart Sutcliffe (The Beatles)
Stu, como solían llamarle, formó parte de la banda seminal de los Beatles –The Silver Beatles– desde que su gran amigo Lennon le convenciera en 1959 para comprarse un bajo. Él siempre había destacado en el arte de la pintura, pero no pudo negarse a las mieles de formar parte de un grupo que presumía de un futuro prometedor. Tras un concierto en Liverpool, la banda se vio involucrada en una pelea en la que Stu recibió un fuerte golpe en la cabeza que le dejaría importantes y crónicos dolores como secuelas; y aunque en un principio intentó ignorarlas para seguir el ritmo ascendente de la banda, pronto le pasarían factura. Coincidía entonces uno de los viajes de los Beatles por Hamburgo, allí fue donde conoció a su amor, la fotógrafa Astrid Kircher, y donde se quedaría a vivir para matricularse en la escuela de Bellas Artes, abandonando el grupo en 1961. Murió el 10 de abril de 1962 con 21 años de una hemorragia cerebral consecuencia de aquellos golpes callejeros un tiempo atrás. Stu no destacó por ser un músico brillante, y su paso por la banda fue fugaz en comparación con la historia que arrastran; pero fue él, junto a Lennon, quien bautizó al grupo con el definitivo nombre de The Beatles.

Sam Cooke
El creador de gemas del soul y el R&B como ‘You send me’, ‘Only sixteen’, ‘Wonderful world’ o ‘Chaing gang’ fue asesinado a tiros la noche del 11 de diciembre de 1964 cuando tenía 33 años. 
Tras una fiesta en un club de música en directo donde conoció a la joven Elisa Boyer de 22 años, reservó una habitación en un motel de Los Ángeles (Motel Hacienda de South Figueroa).  Él quiere mantener relaciones sexuales, ella se niega, comienza el forcejeo y la fuerte discusión llega a oídos de la recepcionista del motel, Bertha Franklin. Esta, al ver salir corriendo a la chica de la habitación, sin dudarlo, desenfunda su pistola Winchester y dispara tres veces sobre Sam, que fallece en el acto. Su muerte continúa sembrando dudas, pues al parecer en su día no se investigó lo suficiente por tratarse de un hombre de color.
Con el tiempo, su viuda Barbara Campell y su hijastra Linda pasarían a formar parte de la dinastía Womack.

Otis Redding
Compartía el título de “Rey del soul” con el malogrado Sam Cooke, y su destino no fue mucho más alentador. Otis, de 26 años, acababa de grabar para la posteridad la imperecedera ‘Sitting on the dock of the bay’, pero no pudo asistir al éxito mundial de su canción ya que tres días después de pasar por el estudio, el avión en el que viajaba a Wisconsin se estrellaba contra el lago Monona. En el accidente, ocurrido el 10 de diciembre de 1967, murieron también su secretario y cuatro músicos de The Bar-Kay’s, la banda que le acompañaba para los conciertos que tenía entre manos. Su funeral fue el más multitudinario de la época: asistieron más de 5.000 personas y se dejaron ver rostros como James Brown, Aretha Franklin o Stevie Wonder, entre otros muchos.

Johnny Burnette
Miembro fundamental de la primera oleada del rockabilly de 1955, Johnny dio vida –junto a su hermano bajista y un compañero de instituto a la guitarra– a un grupo llamado The Rock and Roll Trio que consiguió sonar lo suficiente como para que el carismático Alan Freed los incluyera en sus programas y sesiones de la época. Sin embargo, al poco tiempo el trío se disolvió y Johnny, en ocasiones acompañado de su hermano, emprendió una exitosa carrera en solitario popularizando el tema ‘You’re sixteen’ (original de los hermanos Sherman) y fundando su propio sello discográfico. Cuando todo parece sonreírle, justo un año después, mientras pescaba con su barca por Clearlake (California) otro barco de dimensiones mayores chocó contra él arrojándolo inconsciente al agua donde murió ahogado. Esto ocurrió el 1 de agosto de 1964, Johnny tenía 30 años.

Brian Jones
Su cuerpo fue encontrado por su novia de entonces, Anna Wohlin, flotando boca abajo en la piscina de su mansión el 3 de julio de 1969. La muerte de Brian Jones, el que fuera fundador y líder declarado de los primeros Rolling Stones, sigue siendo una de esas tragedias del rock todavía sin resolver.

Multiinstrumentista, creativo, con gusto por el riesgo y lo experimental, cuando murió hacía un mes que había abandonado la banda despedido por sus compañeros debido a su comportamiento polémico y problemático, pero tenía grandes planes de colaboraciones con algunos amigos y músicos de renombre. Muchas son las versiones que rodean su muerte, todavía hoy sin esclarecer: suicidio, sobredosis, ahogamiento tras un ataque de asma, asesinato a manos de unos obreros que andaban realizando obras en su casa… Tras las investigaciones policiales, el suceso terminó asumiéndose como un accidente sin culpables y así es como, entre incógnitas sin resolver, ha pasado a la historia. Por su parte, el propio Brian Jones con su muerte abría la puerta del venerado Club de los 27 como el miembro número uno, el primero en ingresar en él, una vez más el fundador.

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