Maika Makovski: Crecimiento personal

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«Todo el que escribe una canción, actúa como una esponja. O no todo el mundo, porque hay gente que va directamente a plagiar, pero no es mi caso. Yo creo que el orgullo de un artista es que en su trabajo se vislumbre su propia personalidad, no la de otro»

La cantautora rock mallorquina inicia una nueva etapa en su trayectoria con su tercer álbum, un trabajo de título homónimo y grabado entre Bristol y Bath junto con el productor John Parish.


Texto: EDUARDO GUILLOT.
Fotos: LUÍS DÍAZ DÍAZ.


Su tercer disco es el que ha asestado el golpe de gracia. Quienes ya conocían a Maika Makovski por “Kradiaw” (2005), y “Kraj So Kóferot” (2007) no estarán sorprendidos, aunque el crecimiento de la mallorquina ha sido espectacular, pero aquellos que la descubran con su nuevo álbum se van a quedar boquiabiertos. Un disco al que ha puesto su nombre y que suena maduro, seductor y adictivo, grabado entre Bristol y Bath bajo la supervisión de John Parish –mano derecha habitual de PJ Harvey–, y que la sitúa en la élite del rock estatal.

Un título como “Maika Makovski” sugiere nuevo comienzo. ¿Ves así el disco?
No reniego de los trabajos que he hecho anteriormente, y para mí no es un comienzo en toda regla, pero sí es el primer disco del que me siento… Bueno, no se puede decir nunca totalmente satisfecha, al menos en mi caso, pero sí que hay un salto, una satisfacción que no he sentido con los anteriores. Escucho las canciones como álbum y me parece que no hay ningún personaje, que no hay teatro, que soy yo al cien por cien. Por eso tenía que llamarlo con mi nombre.

¿Había personajes en los anteriores?
No había personajes, pero sí una búsqueda. El primero lo grabé con veinte años, y el segundo con veintidós. Son edades que ya sugieren búsqueda. Espero que esa búsqueda siga toda la vida, pero quizá ahora he dado con algo.

También conlleva un cambio de imagen. ¿Está relacionado?
Es casualidad. De hecho, el disco llevaba grabado un año y yo seguía con el pelo largo. El corte está relacionado con un regalo que hice, y no tiene nada que ver con el disco.

¿Regalaste tu pelo?
Sí.

Bien, no voy a seguir preguntando por ahí.
Ja, ja, ja, ja, ja.

¿Los dos primeros discos eran necesarios para llegar hasta aquí?
Sí. Tanto como todos los años que hay detrás de esos discos, escribiendo canciones y grabando maquetas. Todo el mundo tiene que pasar por un proceso, tanto personal como creativo, para encontrarse. El otro día leí que Mark Oliver Everett, de Eels, decía que hay que encontrar lo que es único en cada uno de nosotros, y a mi modo de ver, sólo se consigue con trabajo. O con limitaciones [risas]. Pero no hay mucha evolución en las limitaciones.

¿Qué es eso único que has encontrado en ti?
Pues… Vaya pregunta… No sabría explicártelo con palabras. Creo que he limpiado temas sobre de que podría escribir que, en realidad, no me interesaban. Por ejemplo, hay algo recurrente en mí, que es hablar sobre paisajes interiores. Aunque tampoco sé si eso responde a la pregunta. ¿Por qué no me la haces dentro de un par de años? Creo que estoy en ello todavía.

¿Por qué John Parish era el productor idóneo para estas canciones?
Posee un sello muy acentuado en todo lo relativo a atmósferas, y tiene muchísimo gusto para las sutilezas. Jamás incluye algo por capricho. Y ese era mi concepto desde que empecé a escribir y producir las canciones con la banda. No quería hacer nada porque sí. Deseaba que hubiera mucho espacio en el disco y que cada instrumento tuviera un peso vital en la canción. Y es lo que John hace como productor.

Supongo que eras consciente de que surgirían comparaciones. ¿Te preocupaba?
Me preocupaba al principio, pero en cuanto acepté me planteé que tenía que asumir que ocurriría y contemplarlo como un daño colateral. Y es lo que he hecho, no le he dado importancia. Para mí, el disco dará su verdadera medida dentro de diez años, sin el revuelo que pueda o no armar ahora mismo.

Es interesante que uses la palabra daño, porque para mucha gente sería un claro beneficio. ¿Asumes esas comparaciones? ¿Admites que algunos temas pueden remitir a PJ Harvey?
Es que a mí no me interesa el punto de vista formal, sino de dónde salen las canciones, y yo sé que no salen de haber bebido de nadie. Al menos, conscientemente, porque al final, todo el que escribe una canción, actúa como una esponja. O no todo el mundo, porque hay gente que va directamente a plagiar, pero no es mi caso. Yo creo que el orgullo de un artista es que en su trabajo se vislumbre su propia personalidad, no la de otro.

«He estado escuchando durante este tiempo a Blind Willie Johnson, Skip James y muchos de estos tíos que tocaban un trozo de madera con cuerdas y pateaban el suelo con los tacones. Pero más que empaparme de blues, me he empapado del concepto. Y, por temática, también este disco es blues»

 

El BLUES Y EL MUNDO EXTERIOR

Háblame del blues como fuente de inspiración. Da la sensación de que escuchaste mucho antes de grabar. ¿Es así?
Me alegra que lo digas, porque aunque, por lo general, la gente no se está dando cuenta, este disco, para mí, es blues. Sí he estado escuchando durante este tiempo a Blind Willie Johnson, Skip James y muchos de estos tíos que tocaban un trozo de madera con cuerdas y pateaban el suelo con los tacones. Pero más que empaparme de blues, me he empapado del concepto. Y, por temática, también este disco es blues.

¿Puedes explicar de qué hablan las letras?
Puede parecer que se refieren a una relación entre hombre y mujer y todas las fases de puteo que hay desde su inicio hasta su final y más allá, pero también habla de una entrada y salida de un agujero. Empezó con una crisis y acabó con una salida, con luz. El disco tiene un punto esquizofrénico, va de un extremo a otro, hay mucha oscuridad y mucha luz a la vez, y creo que es porque está escrito durante todo ese proceso.

¿Cómo fue el ambiente en la grabación?
Muy natural. No del todo relajado, porque tuve un tic en el ojo que no desapareció hasta que empezamos a mezclar (risas). Pero, aparte del estrés o la importancia que yo le daba a que todo saliera bien, John es un hombre encantador, muy dulce, y es muy fácil trabajar con él. Es muy tolerante. Y los técnicos eran maravillosos. Todo resultó muy fluido. El estudio era como una casa privada, con chimenea incluida.

Financiaste la grabación por tu cuenta. ¿Por qué?
En ese momento, era la única salida que tenía. Hubiera preferido que no fuera así, no ser yo quien asumía el riesgo, pero creía suficientemente en mis canciones y mi banda como para hacerlo. Y confiaba en que el sonido y la producción iban a establecer una clara diferencia con los anteriores discos. En caso contrario, no lo hubiera hecho.

¿Fue difícil encontrar sello después de tener el master?
No fue fácil, pero en parte porque yo quería tener los instintos muy tranquilos a la hora de escoger una opción y entregar el trabajo realizado. El proceso de composición, grabación y producción había sido muy natural, casi mágico, y no me iba a ir con cualquiera. Quería encontrar gente con la que me sintiera a gusto, y creo que la espera ha valido la pena.

¿Te planteaste contactar con sellos de fuera?
Contacté con algún manager extranjero, pero no con sellos.

Finalmente, lo ha editado Origami. ¿Qué te ofrecieron que no te dieran otros?
Me los presentó nuestro representante en España, y me fío tanto de él, que confié en Origami. En estos meses me han demostrado que acertamos. ¿Dónde se ha visto que una discográfica te responda los mails a los treinta segundos? Pues es el caso. Trabajan muy bien. En los sellos españoles parece que hay una persona haciendo muchos trabajos distintos que, en realidad, tienen distintos nombres y, por tanto, deberían ser para diferentes personas.

Aunque sigues saliendo sola en muchas de las fotos y firmas el disco con tu nombre, ahora está más claro que Maika Makovski es una banda, ¿no?
Siempre he dicho que somos un híbrido. Tenemos mucho de banda, pero también de solista. Los temas que hacemos son muy personales, y eso los singulariza, pero los músicos también han tenido mucho que decir en cómo suena este disco y cómo se han vestido las canciones. Yo no entro en el local dando órdenes sobre cómo debe enfocar la canción cada uno, no es el método de trabajo que tenemos. Todo el mundo pone su granito de arena y somos una banda estable: La sección rítmica (el batería David Martínez y el bajista Juan Carlos Luque) lleva siete años conmigo.

¿Ha cambiado vuestro directo? Recuerdo que tiempo atrás versioneabas ‘Ace of Spades’, de Motörhead.
Apenas tocamos canciones de las anteriores, porque los temas de este disco son bastante distintos, así que hemos optado por crear un nuevo clima. Hay una persona más en el grupo, Óscar Benas, que toca la guitarra. Y yo tengo un farfisa… Son nuevos sonidos y texturas. Es un directo menos obvio. Quizá antes las canciones pedían una caña más simple. Estas no. Es más sutil, sin dejar de ser enérgico. En el Primavera Sound todavía estábamos intentando encontrarnos en esta piel de las nuevas canciones, porque no es nada fácil hacer un cambio tan brutal. Poco a poco estamos aprendiendo cómo incorporar toda la energía bruta de los conciertos de los dos discos anteriores, que eran más garageros, a esto, que es un poco más delicado sin dejar de ser brutal.

¿Y las salidas al exterior? ¿Vas a tocar fuera de España?
Es lo que he querido siempre, optar a tocar fuera. Y está sucediendo. Tenemos la suerte de contar con un manager inglés estupendo. De camino al festical South by Southwest (Austin, Texas), pasamos por Londres, Nueva York y Chicago, y hay previsiones de volver, así que creo que por fin va a ocurrir.

¿Qué tal fue la experiencia del South by Southwest?
Es muy divertido y curioso, como ir a otro planeta, en el que las leyes de los festivales están totalmente trastocadas. Hay alrededor de tres mil quinientas bandas en total, unas mil ochocientas oficiales, y el resto es gente que toca en la calle o en garitos alternativos. Te puedes imaginar la cantidad de actuaciones que hay al mismo tiempo y lo hartos que se te pueden quedar los oídos. Para mí, musicalmente es excesivo. Nadie aguanta la atención durante tanto tiempo. Lo que pasa es que como concepto me gusta, es bueno que haya un sitio donde se junten los artistas y se conozcan, y que sean tan dispares entre sí, de tantos lugares. Es muy enriquecedor hablar con gente tan distinta y tener contacto con ellos.



Desde aquí puedes acceder al Myspace de Maika Makovski.

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