Watch my moves, de Kurt Vile

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DISCOS

«Se le nota rejuvenecido, sirviendo canciones de apariencia sencilla como si le hubieran caído del cielo, sin hacer el más mínimo esfuerzo»

 

Kurt Vile
Watch my moves
OVERNITE KV/VERVE-UNIVERSAL 2022

 

Texto: XAVIER VALIÑO.

 

Desde que editara en 2018 Bottle it in, su octavo disco, el prestigio y los seguidores de Kurt Vile no han dejado de medrar. Tras su álbum a medias con Courtney Barnett (Lotta see lice, 2017), que cambió las revoluciones y la forma de componer de la australiana, Vile trabajó con el fallecido icono del country-folk, John Prine, en el epé Speed, sound, lonely KV y abrió los conciertos de Neil Young justo antes de la pandemia. De hecho, en la primera canción de su novena entrega, “Goin on a plane today”, asegura: «Voy a abrir para Neil Young / Tío, la vida puede ser un placer / ¡Imagínate si llego a saber esto cuando era joven!».

El álbum, registrado en su estudio casero OKV Central que ha construido en el barrio de Mount Airy en Filadelfia, implica una vuelta a las raíces, al lugar donde nació. Se le nota rejuvenecido, sirviendo canciones de apariencia sencilla como si le hubieran caído del cielo, sin hacer el más mínimo esfuerzo, con la tranquilidad casi perezosa de siempre, de forma similar a lo que hacía el bueno de J. J. Cale. En sus catorce cortes, más una versión de “Wages of sin”, de Bruce Springsteen, se intuyen melodías clásicas que luego reviste con algo de psicodelia o distorsión, y guitarras que se repiten una y otra vez, mientras va tejiendo lentamente un sonido absorbente de cruda belleza.

Anterior crítica de discos: Costumbrismo mágico, de Ladilla Rusa.

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