Un país en crisis. Crónicas españolas de los años 30

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«Inhumanas hasta el grito, es uno de los textos más duros que he leído en tiempo y define muy bien el final de esta generación vital y prometedora»

 

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Un país en crisis. Crónicas españolas de los años 30
EDHASA

 

Texto: César Prieto.

 

El volumen que hoy les presentamos parece, por su título, que pueda espantar al lector habitual de EF EME. El posible interesado puede pensar que se trata de unas crónicas rancias, de un tiempo que no tiene que ver con la actualidad y que no entenderá los detalles. Nada más lejos de la realidad. Supongo que algunos de ustedes estarán interesados en las crónicas del Nuevo Periodismo, que la introducción a la antología presenta como “contar la realidad como una novela”, pero que más bien se podría definir como bajar a la calle a convertirla en noticia. Relacionado con él, está el periodismo de infiltración, esto es, convertirse en miembro de alguna organización o ambiente difícilmente accesible, para contar lo que ocurre desde dentro. Lo que hace Antonio salas en Diario de un skin.

Pues bien, el Nuevo Periodismo no lo inventaron Tom Wolfe, Guy Talese o Truman Capote. Que se aparten. Mucho antes de que este último acompañara a su asistenta doméstica a las casas que limpiaba en su jornada laboral, Josefina Carabias se infiltra ocho días en un hotel de Madrid haciéndose pasar por camarera; y nos cuenta con un ritmo ágil y tono radiofónico lo que allí ve.

La generación de periodistas de los años treinta llevó adelante una edad de oro, quizás solo superada por la de la Transición. Chicos jóvenes, con una fuerte presencia de mujeres —algunos de poco más de veinte años— en semanarios novedosos y con el apoyo de las Leicas que salieron por aquella época. De esa manera, trabajando codo con codo al lado de sus fotógrafos y con un descomunal genio intuitivo, salieron a la calle a ver qué pasaba. La misma modernidad de los jóvenes de la generación del 27 se ve en estos reporteros.

Hay mucho retrato en el mundo de lo marginal, que es lo que creaba morbo –y aún lo sigue haciendo—. Se recorre el Barrio Chino barcelonés en busca de los trabajadores que bordean lo insano, no del flamenco turístico, o se pasea por las Hurdes, creando el storyboard conceptual para la película de Buñuel. Relacionado con esto, el periodista cambia su traje y se introduce entre los hampones o los mendigos como uno más —lo que hacen hoy ciertas cadenas de televisión—, acude una semana a los comedores sociales como pobre de solemnidad o —de nuevo en el Barrio Chino, que los tenía magnetizados— araña en el mundo de las drogas de Barcelona. No lo creerán. El tráfico de cocaína era entonces escandaloso y casi llegaba con métodos actuales, solo que en vez de lanchas se usaba a algún remador solapado. El trueque se realizaba desde algunos taxis, como los narcopisos actuales.

Cierto es que hay media docena de artículos que no son de contenido costumbrista, sino político, y se alejan del tono general. La proclamación de la república catalana por parte de Companys, las elecciones ganadas por el frente popular… y sobre todo, el que cierra el volumen: “El quinto día llovió en Argelès”, una crónica de la situación de los refugiados españoles que se hacinaban en el campo de concentración que les prepararon los franceses. Inhumanas hasta el grito, es uno de los textos más duros que he leído en tiempo y define muy bien el final de esta generación vital y prometedora. En casi todos hizo estragos la guerra civil llevándolos al exilio o a la muerte. Un hachazo como otros a la generación más europea, más ilusionada por una España diferente y más activa intelectualmente que hemos tenido.

Anterior crítica de libros: No olvides las canciones que te salvaron la vida, de Carlos Pérez de Ziriza.

 

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